La diversidad de los aceites de oliva virgen extra de Aragón
Raquel Rey-Giméneza, María Dolores Machina Ventura1, Ana Julia Royo Martín1, María Luisa Díaz Jiménez1, Diego Laya Reig2, Ana Cristina Sánchez-Gimeno3
1Laboratorio Agroambiental, Gobierno de Aragón, Montañana, Zaragoza.
2Centro de Sanidad y Certificación Vegetal, Gobierno de Aragón, Montañana, Zaragoza.
3Tecnología de los Alimentos, Facultad de Veterinaria, Universidad de Zaragoza, Instituto Agroalimentario de Aragón– IA2, Zaragoza.
08/11/2024El cultivo del olivo es una parte esencial del patrimonio agrícola de Aragón, donde se preserva una rica tradición oleícola. Aunque las nuevas explotaciones están cambiando el paisaje en esta comunidad (Figura 1), el cultivo tradicional de variedades locales en secano sigue predominando en las tres provincias.
Según datos del Gobierno de Aragón, Empeltre y Arbequina son las variedades más cultivadas, siendo Empeltre la autóctona por excelencia. Otras variedades locales y minoritarias, algunas de ellas limitadas a zonas geográficas muy reducidas, aún resisten la presión del mercado del aceite de oliva, manteniendo su valor. Entre estas variedades destacan Royal de Calatayud (también conocida como Verdeña en el Somontano, Huesca) y Negral de Sabiñán, que ocupan el tercer y cuarto lugar en la producción olivarera de Aragón (Figura 2). Estas variedades, junto a otras como Alquezrana, Royeta de Asqué, Manzanota, etc., son un testimonio de la diversidad genética del olivar aragonés y del esfuerzo por preservar un patrimonio agrícola que sigue siendo relevante para las economías locales.
El olivar aragonés ha estado históricamente concentrado en tres áreas geográficas bien definidas: el noreste de Huesca, el oeste de Zaragoza y el sureste de Teruel
El olivar aragonés ha estado históricamente concentrado en tres áreas geográficas bien definidas: el noreste de Huesca, el oeste de Zaragoza y el sureste de Teruel. Estas zonas olivareras siguen siendo un referente en la producción de aceite de oliva, cada una con sus particularidades. Los datos del Anuario de Estadística de 2023 del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación permiten visualizar cómo ha aumentado el cultivo del olivar en regadío en la provincia de Zaragoza (47%), mientras que, en la provincia de Teruel prácticamente un 91% del olivar se cultiva en secano.
En cuanto a los aceites de oliva virgen extra (AOVE) producidos en esta comunidad autónoma, la provincia de Huesca destaca por sus aceites multivarietales, elaborados con distintas variedades autóctonas cultivadas en secano, como Alquezrana o Verdeña. En Zaragoza y Teruel predominan las variedades más conocidas, como Empeltre y Arbequina. Aunque los aceites de oliva de estas dos últimas variedades pueden encontrarse comercializados como monovarietales, predomina el coupage de ambas, tal y como se recoge en los pliegos de las dos Denominaciones de Origen Protegidas (DOP): Aceite del Bajo Aragón y Aceite Sierra del Moncayo. La zona de producción oleícola de la DOP Aceite del Bajo Aragón se sitúa en el sureste de Aragón, abarcando 77 municipios de Zaragoza y Teruel. La DOP Aceite Sierra del Moncayo engloba 34 municipios únicamente de Zaragoza. Además, en Huesca, una tercera DOP, Aceite del Somontano, está pendiente de su aprobación en la Comisión Europea. Esta nueva DOP comercializará aceite de oliva virgen extra multivarietal, en el cual podrán incluirse hasta 17 variedades locales.
Con el fin de investigar la influencia de estos factores en la composición del aceite de oliva virgen extra producido en Aragón, se llevaron a cabo estudios durante tres cosechas consecutivas (2017, 2018 y 2019) desde dos enfoques.
Para diferenciar el aceite de oliva virgen en el mercado, es fundamental estudiar cómo ciertos factores influyen en su composición química. Entre estos destacan factores agronómicos como las condiciones climáticas del año de cosecha, el grado de maduración de las aceitunas y otros, como las características genéticas de la variedad o el clon
El segundo enfoque se centró en analizar la diferenciación en la composición química de los aceites de oliva virgen extra producidos en las tres principales zonas olivareras de Aragón. Si se identificaba tal diferenciación, se podría establecer la trazabilidad geográfica de los aceites de oliva. En este análisis se emplearon 260 aceites de oliva virgen extra producidos durante los años 2017, 2018 y 2019 en las tres provincias de Aragón.
El clima local de las tres zonas estudiadas se clasifica como mediterráneo continental, caracterizado por veranos cálidos e inviernos frescos (López, 2007). Sin embargo, en la zona oleícola del sureste de Aragón se diferencian además otros dos tipos de clima: estepario seco y submediterráneo cálido continental, con un fenómeno frecuente de 'inversión térmica' en invierno, marcado por episodios de densa niebla (López, 2007).
Empeltre, la variedad autoctona del valle del ebro
Olivar centenario de Empeltre, Belchite (Zaragoza). Autor: Jesús Betrán.
La influencia de los factores agronómicos sobre el rendimiento graso de la aceituna
Parcela de ensayo de Empeltre en la finca experimental de cultivos leñosos del Gobierno de Aragón, en Alcañiz (Teruel).
Los ensayos realizados en la finca experimental, a lo largo de la maduración de la aceituna, revelaron que la fecha de cosecha fue el principal factor que afectó su rendimiento graso en peso seco. Por otro lado, las variaciones en las condiciones climáticas de las campañas tuvieron un impacto más significativo en el rendimiento graso en peso fresco (Rey-Giménez y Sánchez-Gimeno, 2022a).
El estudio también analizó la evolución de la pigmentación o índice de madurez de las aceitunas, que fue notablemente más rápida en 2017, un año marcado por un otoño particularmente seco. En contraste, la pigmentación fue mucho más lenta durante el otoño de 2018, que fue considerablemente más húmedo, aunque la carga de aceitunas en el olivo fue mayor. De hecho, la aceituna no logró alcanzar la pigmentación negra violácea al final del muestreo a diferencia de lo que ocurrió en 2017 y 2019. La relación entre la rapidez de la pigmentación de la aceituna y la sequía, así como la mayor carga del olivo, ha sido reportada en otros estudios, lo que dificulta sacar conclusiones definitivas sobre la influencia de la campaña en la evolución de la pigmentación. Estos resultados cuestionan el uso del índice de maduración como único parámetro para determinar el momento óptimo de cosecha, especialmente cuando se busca maximizar el rendimiento graso.
La influencia de los factores agronómicos sobre la composición química del aceite de oliva virgen extra
Los ácidos grasos juegan un papel importante en la calidad nutricional y sensorial del aceite de oliva. El ácido oleico, en particular, es un componente clave que contribuye a reducir del colesterol LDL y a aumentar el HDL, convirtiéndose en un aliado en la prevención de enfermedades cardiovasculares. La relación entre ácidos grasos monoinsaturados (como el ácido oleico) y poliinsaturados (como el ácido linoleico) puede utilizarse para evaluar la estabilidad oxidativa del aceite: un mayor contenido de grasas monoinsaturadas asegura una vida útil más prolongada y una mejor resistencia a la oxidación, lo que mantiene la calidad sensorial del aceite de oliva.
Los resultados del estudio mostraron que, a medida que las aceitunas maduraron, aumentó el contenido de ácido linoleico, mientras que el contenido de ácido oleico se mantuvo estable. Asimismo, se observó una disminución en el contenido de ácido palmítico, el principal ácido graso saturado. Estos hallazgos, entre otros no reflejados en este artículo, sugieren que la fecha de cosecha afecta en la composición de los ácidos grasos, excepto en el caso del ácido oleico.
La variabilidad meteorológica durante las diferentes campañas de cosecha tuvo un mayor impacto en los tres ácidos grasos principales que el momento de recolección. Uno de los hallazgos más interesantes fue que la relación entre ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados (M/P), influenciada principalmente por el ácido oleico, estuvo más sujeta a la variabilidad de la campaña que al momento de recolección. En 2017, un año marcado por un otoño extremadamente seco, esta relación fue la más baja, lo que sugiere una influencia significativa de las condiciones climáticas de cada campaña.
Los esteroles son componentes menores de los aceites de oliva, pero son esenciales para garantizar su autenticidad. Por ello, se les considera la 'huella dactilar' de cada aceite vegetal o grasa animal, por lo que su análisis ayuda a prevenir la adulteración del aceite de oliva con aceites de menor calidad. Esto protege tanto a los consumidores como al sector oleícola. Además, el estudio del perfil de esteroles ayuda a preservar la diversidad genética de las variedades de aceituna, un aspecto clave para la competitividad en un mercado globalizado.
El análisis de la composición de esteroles caracterizó los aceites de oliva virgen extra Empeltre con un contenido medio de β-sitosterol del 85,58% y Δ5-avenasterol del 5,62%, junto con cantidades elevadas de campesterol (3,16%) y de Δ7-estigmastenol (0,46%). Otros estudios han informado resultados similares en cuanto a este último esterol, lo que sugiere que el elevado porcentaje de Δ7-estigmastenol podría ser una característica genética de la variedad Empeltre, un aspecto que aún requiere más investigación. El estigmasterol, con un contenido medio del 1,34%, resultó ser el esterol más variable, aunque no se encontró correlación entre su porcentaje y la acidez del aceite, a diferencia de lo que han informado otros autores.
Para combatir el fraude alimentario en el sector del aceite de oliva y fortalecer la confianza del consumidor, las normativas actuales (UE, 2022; COI, 2022) establecen límites en la composición de esteroles
En 2017, caracterizado por una sequía extrema con solo 16 mm de lluvia en otoño, se observó la mayor cantidad de esteroles totales. Esto coincide con otros estudios que vinculan el déficit hídrico con un aumento en su contenido. Además, bajos contenidos de estigmasterol y, especialmente, altos niveles de Δ7-estigmastenol. En contraste, durante 2018, que fue extraordinariamente lluvioso (con 10 veces más lluvia que en 2017), se obtuvieron aceites con altos porcentajes de estigmasterol. Existen resultados contradictorios publicados sobre la asociación de altas cantidades de estigmasterol con la disponibilidad de agua.
Los resultados indicaron que el año de cosecha tuvo más influencia en el contenido de polifenoles de los aceites que el momento de recolección, agrupado en recolección temprana o tardía. Por ejemplo, los aceites de oliva de 2017 mostraron el mayor contenido de polifenoles, con un promedio de 590 mg/kg de ácido cafeico. En 2019, este contenido se redujo a 232 mg/kg. Estos resultados reflejan el impacto de las condiciones climáticas del año de cosecha en la variabilidad observada en el contenido de polifenoles. Un ejemplo claro se observa al comparar el año 2017 con el resto, tanto en el contenido como en la disminución fenólica a lo largo de la fecha de cosecha (Figura 6). Considerando los resultados de los tres años, el valor máximo (987 mg/kg de ácido cafeico) se obtuvo en aceites tempranos, recolectados a principios de octubre de 2017, mientras que el mínimo (85 mg/kg de ácido cafeico) se obtuvo en aceites de mediados de diciembre de 2017, cuando se registraron temperaturas mínimas muy bajas, incluyendo heladas.
Por otro lado, los polifenoles están asociados a una mayor estabilidad a la oxidación de los aceites de oliva. Los aceites de oliva obtenidos de aceitunas menos maduras resultaron ser más estables frente a la oxidación en comparación con los de aceitunas más maduras. Para este parámetro, la fecha de cosecha influyó más que el año.
Arbequina y las variedades locales royal de calatayud y negral de sabiñán
Como se mencionó en los resultados obtenidos en la variedad Empeltre, cultivada en la misma finca, un factor clave para la rentabilidad del olivar es el rendimiento graso en relación al peso seco de la aceituna. En este estudio, las dos variedades locales mostraron rendimientos superiores al de Arbequina (Figura 7), e incluso al de Empeltre (Rey-Giménez y Sánchez-Gimeno, 2023).
La composición de ácidos grasos de los aceites de oliva virgen extra obtenidos fue un elemento diferenciador clave en los dos años analizados, 2017 y 2019. Por ejemplo, los aceites de Arbequina destacaron por su mayor contenido de ácido palmítico, mientras que los de Negral de Sabiñán mostraron un alto contenido de ácido linoleico y un nivel muy bajo de ácido oleico. En el caso de Royal de Calatayud, aunque la composición en ácidos grasos de sus aceites varió entre campañas, los resultados sugieren que esta variedad tiene mayor estabilidad oxidativa. Esto se debe a que presenta una mejor relación entre ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados (M/P) (Figura 8), gracias a su mayor contenido en ácido oleico, lo que le proporciona además un perfil nutricional más favorable.
Otro resultado remarcable fue la variación en el contenido total de fenoles en los aceites a medida que avanza la fecha de cosecha de las aceitunas al igual que ocurrió en los aceites de Empeltre. En general, se observó una disminución en los polifenoles, aunque los aceites de Arbequina presentaron un aumento significativo al inicio de la maduración, alcanzando un pico a finales de octubre o principios de noviembre que suele coincidir con la fecha de mayor rendimiento graso en esta variedad (Uceda y cols., 2008, Rey-Giménez y Sánchez-Gimeno,2022b).
Trazabilidad geográfica de los aceites de oliva virgen extra de Aragón
En el segundo enfoque del estudio, se analizaron 260 muestras de aceite de oliva virgen extra procedentes de diferentes zonas productoras de Aragón. Los resultados sobre las variedades Arbequina y Empeltre revelaron que la zona de producción tuvo mayor impacto en los ácidos grasos oleico y linoleico, y por tanto en la relación monoinsaturados/poliinsaturados, que el año de cosecha o que la variedad por sí sola. También se observó que la combinación de variedad y zona de producción afectó en la composición de los ácidos grasos, lo que podría estar relacionado con las prácticas agronómicas locales. Un ejemplo claro es la variedad Empeltre en el sureste de Aragón, donde las aceitunas suelen recolectarse en un estado de madurez más avanzado, ya que se utilizan tanto para mesa como para la producción de aceite.
Este estudio también demostró que es posible diferenciar los aceites de oliva de Aragón según su zona de producción, basándose en la composición de ácidos grasos y esteroles. Los aceites del sureste de Aragón presentaron un menor contenido de ácido oleico y un mayor porcentaje de ácidos grasos poliinsaturados, además de tener niveles más elevados de esteroles totales y Δ7-estigmastenol. En contraste, los aceites del noreste mostraron menores concentraciones de esteroles totales y Δ7-estigmastenol, pero cantidades más altas de otros esteroles. Tanto los aceites del noreste como los del oeste de Aragón destacaron por una relación más favorable entre ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados.