Entrevista a Juan Luis Cabrera, socio-administrador de Olivos Extremadura

Con una trayectoria de más de 30 años en la venta de olivos para toda España, Olivos Extremadura es especialista en la entrega de olivos milenarios y centenarios. Así, su producción de olivos sigue un riguroso programa de abonos, tratamientos fitosanitarios y asesoramiento experto para ofrecer un producto de la máxima calidad del sector. Juan Luis Cabrera, socio-administrador de Olivos Extremadura, habla para Tecnogarden sobre el éxito y trabajo de la compañía para ofrecer unos olivos de calidad.

Juan Luis Cabrera, socio-administrador de Olivos Extremadura.

Olivos Extremadura nace de la pasión y la inquietud de su fundador por el mundo de las plantas, y en particular, por el olivo. La combinación de esta pasión con la tenencia de las máquinas, equipos e instalaciones adecuadas ha sido fundamental para el crecimiento de la empresa.

Desde sus comienzos, hemos evolucionado significativamente, mejorando las instalaciones e incorporando técnicas modernas de cultivo y manejo. Esto nos ha permitido mejorar la calidad de nuestros productos y aumentar nuestra producción.

Hoy en día, Olivos Extremadura se ha consolidado como un referente en el sector, gracias a nuestra dedicación y amor por el olivo, así como a nuestra capacidad de adaptación y crecimiento.

Para el éxito en el cultivo de olivos en una región como Extremadura, considero que los factores más importantes son:

Clima: En Extremadura contamos con un clima mediterráneo, que es ideal para el olivo. La combinación de veranos calurosos y secos, junto con inviernos suaves, favorece el crecimiento y la producción de aceitunas. Además, la disponibilidad de agua, ya sea a través de lluvias o sistemas de riego, es fundamental para asegurar la salud y calidad de los árboles.

Tradición en el cultivo: En Extremadura tenemos una larga historia en el cultivo de olivos, lo que implica un conocimiento profundo de las variedades más adecuadas y las técnicas de cultivo. Esta tradición se traduce en prácticas agrícolas adaptadas a las condiciones locales, así como en una cultura de valorización del olivo.

Manejo sostenible: Implementamos prácticas agrícolas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente con lo que no solo mejora la calidad del producto, sino que también asegura la viabilidad a largo plazo del cultivo.

Innovación y tecnología: La incorporación de tecnologías modernas en el manejo del cultivo, como el riego solar por goteo y el uso de técnicas de análisis de suelos, puede optimizar la producción y mejorar la calidad del aceite.

En resumen, una combinación de condiciones climáticas favorables, un legado cultural fuerte, la selección adecuada de variedades y prácticas sostenibles son esenciales para el éxito del cultivo de olivos en Extremadura.

El manejo del terreno y la adecuación para el cultivo de olivos es fundamental para garantizar un buen desarrollo y producción. Algunas particularidades geológicas y de suelo que se buscan incluyen:

1. Drenaje: Los olivos prefieren suelos bien drenados. Los suelos arcillosos, que retienen demasiada humedad, pueden provocar problemas de encharcamiento y enfermedades radiculares.
2. Textura del suelo: Suelos franco-arenosos son ideales, ya que permiten un buen equilibrio entre retención de humedad y aireación.
3. pH del suelo: Los olivos prosperan en suelos ligeramente alcalinos, con un pH entre 7 y 8. Suelos demasiado ácidos pueden afectar negativamente su crecimiento.
4. Nutrientes: Suelos ricos en materia orgánica y nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio son beneficiosos. Un análisis de suelo puede ayudar a determinar la fertilidad y las enmiendas necesarias.
5. Pendiente y exposición: Se prefieren terrenos con pendientes suaves que permitan un buen drenaje y una exposición adecuada al sol. La orientación sur o suroeste suele ser la más favorable en climas mediterráneos.
6. Profundidad del suelo: Los olivos requieren suelos profundos para desarrollar raíces robustas. Un suelo superficial puede limitar su crecimiento y resistencia a la sequía.
7. Clima: Aunque no es una característica del suelo, el clima también juega un papel crucial. Los olivos requieren un clima mediterráneo con veranos cálidos y secos e inviernos suaves.

En resumen, la combinación de un buen drenaje, textura adecuada, nivel de nutrientes, pH correcto y condiciones climáticas favorables son esenciales para el éxito en el cultivo de olivos.

En nuestros cultivos, trabajamos principalmente con olivos centenarios y milenarios, que han demostrado ser los más adaptados a las condiciones de nuestra región a lo largo del tiempo. Cada una de estas variedades ha desarrollado características únicas que les permiten resistir cambios climáticos y enfermedades.

• Resiliencia a enfermedades: Estas variedades han sobrevivido a lo largo de los años, lo que indica una fuerte resistencia a plagas y enfermedades comunes, como la mosca del olivo y la enfermedad del fuego.
• Adaptación al clima: Los olivos centenarios y milenarios han evolucionado para soportar condiciones climáticas extremas, como sequías prolongadas y temperaturas elevadas. Esto los hace ideales para regiones con climas mediterráneos, donde las fluctuaciones son comunes.

Para maximizar el crecimiento y rendimiento de los olivos, es importante considerar varios factores en la plantación y disposición. Aquí hay algunos enfoques clave:

• Selección del sitio: Los olivos prefieren suelos bien drenados, con un pH entre 6 y 8. Evitar áreas con riesgo de encharcamiento es crucial.
• Espaciado adecuado: La distancia entre árboles puede variar según la variedad, pero generalmente se recomienda entre 5 y 7 metros. Esto permite una buena circulación de aire y acceso a la luz solar.
• Diseño de la plantación: Un diseño en hileras puede facilitar el mantenimiento.
• Riego: Los olivos son resistentes a la sequía, pero el riego controlado durante el crecimiento y la floración puede mejorar significativamente el rendimiento.
• Manejo del suelo: Mantener un buen nivel de materia orgánica y evitar la compactación del suelo ayuda al desarrollo de las raíces.
• Poda: La poda adecuada es esencial para mejorar la luz y la circulación de aire, lo que puede aumentar la producción y la calidad del árbol.
• Control de plagas y enfermedades: Implementar prácticas de manejo integrado de plagas ayuda a mantener la salud del cultivo.
• Fertilización: Un análisis del suelo puede guiar la aplicación de fertilizantes para asegurar que los árboles tengan los nutrientes necesarios.

Siguiendo estos enfoques, se puede maximizar el crecimiento y la productividad de los olivos.

La gestión del control de plagas y enfermedades en los olivos es fundamental para garantizar la salud de los árboles y la calidad de la producción. Las estrategias más efectivas suelen incluir una combinación de prácticas de manejo agronómico y el uso de productos fitosanitarios, siempre bajo la supervisión de profesionales.

1. La observación constante de los cultivos permite identificar plagas y enfermedades en etapas tempranas. Esto incluye el uso de trampas y análisis de muestras de suelo y hojas.
2. Mantener una buena aireación y drenaje, así como podar adecuadamente, puede prevenir la proliferación de hongos y otras enfermedades.
3. Un adecuado manejo nutricional contribuye a la resistencia de los olivos frente a plagas y enfermedades.
4. Fomentar la presencia de enemigos naturales de plagas, como insectos benéficos, puede ser una estrategia sostenible y efectiva.

El uso de fitosanitarios debe ser siempre realizado en coordinación con profesionales del área. Esto incluye:

• Consultar a agrónomos para determinar la necesidad de aplicar tratamientos fitosanitarios, basándose en el monitoreo y diagnóstico.
• Elegir productos que sean específicos para las plagas o enfermedades detectadas, priorizando aquellos que tengan menos impacto ambiental y que sean compatibles con los métodos de control biológico.
• Llevar un registro de las aplicaciones realizadas y evaluar su efectividad, ajustando el manejo según sea necesario.

Estas prácticas, combinadas con el asesoramiento profesional, son clave para mantener los olivos saludables y productivos.

La fertilización es un aspecto crucial en el cultivo de olivos, ya que influye directamente en el crecimiento. A continuación, te explico su papel y cómo seleccionar los productos adecuados:

Papel de la fertilización

• Los olivos requieren nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo y potasio, además de micronutrientes como magnesio, calcio y hierro. La fertilización adecuada asegura que las plantas tengan suficiente alimento para crecer y producir.
• Una correcta fertilización puede aumentar la cantidad y calidad de la masa folial.
• La fertilización ayuda a fortalecer las plantas, haciéndolas más resistentes a enfermedades y plagas.
• Aplicar fertilizantes de manera equilibrada contribuye a mantener la salud del suelo, evitando la degradación y promoviendo la biodiversidad microbiana.

Selección de productos adecuados

• Realizar un análisis del suelo es fundamental para determinar los nutrientes disponibles y las carencias. Esto ayuda a elegir el tipo de fertilizante adecuado.
• Decidir entre fertilizantes orgánicos (como estiércol o compost) y fertilizantes químicos depende de las prácticas agrícolas y los objetivos de sostenibilidad.
• La sincronización de la fertilización es clave. Aplicar nutrientes en momentos críticos del ciclo vegetativo, como antes de la floración o en el desarrollo, maximiza su eficacia.
• Realizar un seguimiento de la respuesta de los olivos a la fertilización y ajustar las aplicaciones según sea necesario para optimizar el rendimiento.

Implementar un plan de fertilización bien estructurado y adaptado a las necesidades específicas de los olivos garantiza un cultivo más saludable y productivo.

Sí, en nuestra región que está afectada por la sequía, hemos implementado diversas técnicas de gestión hídrica, fundamentalmente el sistema de riego por goteo para optimizar el uso del agua. Este sistema permite un suministro preciso y controlado de agua directamente a las raíces de las plantas, minimizando el desperdicio.

Además, tenemos instalado un sistema solar que además de eficiente, es sostenible y una excelente opción para el medio ambiente, ya que optimiza el uso del agua

Con estas estrategias buscamos no solo optimizar el uso del agua, sino también asegurar la sostenibilidad a largo plazo de los recursos hídricos en la región.

En la actualidad utilizamos las técnicas de producción tradicionales junto con diversas tecnologías y métodos innovadores para monitorear el estado de los olivos y prever problemas. Algunas de las más destacadas incluyen, la instalación de apps que nos ayudan a registrar observaciones, recibir alertas sobre plagas o enfermedades y gestionar sus cultivos de manera más eficiente.

No, no hemos notado cambios significativos en el comportamiento de los olivos debido a variaciones en el clima en los últimos años.

El proceso de selección y plantación de nuevos olivos implica varios pasos cuidadosos para garantizar su crecimiento en condiciones óptimas. Primero, seleccionamos personalmente los olivos centenarios y milenarios que tienen una excelente formación y salud. Esto nos asegura que las plantas elegidas sean robustas y resistentes a las condiciones ambientales.

Una vez seleccionados, evaluamos el suelo y el clima de la zona de plantación para asegurarnos de que sean adecuados. Luego, preparamos el terreno, asegurándonos de que tenga un buen drenaje y la nutrición necesaria.

La plantación se realiza en la época adecuada, generalmente en otoño o primavera, y seguimos un esquema de riego controlado para facilitar el establecimiento de las raíces. Finalmente, implementamos un plan de cuidados continuos, que incluye poda, fertilización y control de plagas, para fomentar un crecimiento saludable a lo largo de los años.

Para mejorar continuamente las técnicas de cultivo de olivos, las empresas suelen llevar a cabo una variedad de investigaciones y pruebas, que incluyen:

• Pruebas de fertilización: Experimentos con diferentes tipos y dosis de fertilizantes, tanto orgánicos como sintéticos, para optimizar el crecimiento y la producción.
• Manejo del riego: Análisis de sistemas de riego, cantidad, época, etc… y su impacto en la producción.
• Control de plagas y enfermedades: Investigaciones sobre métodos de control biológico y químico para combatir plagas y enfermedades específicas del olivo.
• Técnicas de poda: Experimentación con diferentes métodos de poda para mejorar la producción y facilitar la formación del olivo.