Una avería en una almazara puede suponer grandes pérdidas en la cuenta de explotación. Tener que parar uno o varios días de molturar puede suponer un auténtico agujero financiero para la fábrica que podría haberse evitado en el 60% de los casos sólo con previsión. Un informe de Pieralisi, basado en la experiencia de más de medio siglo de esta multinacional, determina que seis de cada diez averías de la maquinaria con la que se produce el aceite de oliva no se producirían si antes se hubiera una revisión general de la fábrica.
Hace tres años que Pieralisi lanzó su programa de mantenimiento programado. Se trata de una campaña que incentiva a sus clientes a realizar las revisiones de almazaras y cooperativas con antelación para que, una vez en campaña, “no tengan que verle la cara a nuestros técnicos”. Lo afirma Antonio Carazo Lanagrán, responsable de Producto de Pieralisi para España y Portugal, quien asegura que el mantenimiento programado es ya un sistema arraigado en las principales zonas productoras de aceite de oliva de la Península Ibérica. De hecho, indica, ya son pocas las citas disponibles para las almazaras hasta que comience la campaña de recogida de aceituna 2022-2023. El mantenimiento programado incorpora un descuento económico del 20% al cliente, lo cual lo hace más atractivo a la hora de contratarlo. Se intentan evitar de este modo los cuellos de botella que sucedían de forma habitual en campañas anteriores cuando, tras el verano, la gran mayoría de las almazaras demandaba una puesta a punto de sus instalaciones.
Eficacia y respuesta inmediata
Pero, ¿qué sucede con las fábricas que no han contratado un servicio de mantenimiento programado? Pieralisi también cuenta con una línea de servicio posventa destinada a ofrecer a sus clientes la atención más eficaz y rápida y evitar a toda costa que la almazara pierda tiempo debido a una avería. El servicio funciona los siete días de la semana hasta las diez de la noche y desde las siete de la mañana. Lo componen un equipo humano formado por treinta profesionales especializados repartidos estratégicamente por todo el territorio peninsular, unas importantes instalaciones -con una central en Mengíbar para atender a Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura y Portugal y una sucursal en Zaragoza destinada el resto de España- y una maquinaria de la mayor calidad para realizar estas reparaciones.
Tal es la eficacia de este sistema, que, según indica Antonio Carazo, el 90% de las averías se logran solventar en una primera visita. No en vano, una vez que se da la voz de alarma por parte de la almazara, un coordinador se encarga de detectar con los afectados cuál es el problema con el fin de enviar el personal más adecuado y el material necesario a la fábrica.
Reparación y sistema de cambio del sinfín
Una de las incidencias más comunes en las fábricas de aceite de oliva está relacionado con dos piezas fundamentales en la molturación de aceite de oliva: el sinfín y el reductor. Tras moler la aceituna y separar su aceite a través de la fuerza centrífuga del decanter, el sinfín es el encargado de conducir al exterior el orujo, o lo que es lo mismo, la pulpa, la piel y el hueso de la aceituna una vez desprovisto de su aceite y de su agua o alpechín. La avería del sinfín supone tener que parar toda la producción, algo que el sistema Pieralisi contrarresta con una atención rápida y un importante volumen de recambios, lo que conocen como su sistema de cambio. Esto le permite hacer la sustitución inmediata del sinfín a sus clientes una vez que se detecta un fallo. Se trata de no perder tiempo mientras se arregla el gran tornillo y se facilita que la almazara siga produciendo al mismo tiempo que su pieza original se repara en los talleres de Pieralisi.
En los talleres de Pieralisi salen cada día dos sinfines reparados, una cifra que no sería posible sin las importantes dimensiones de las instalaciones de la multinacional. Dicho arreglo se hace con la mayor precisión y con los mejores materiales. De ahí que, pese a lo que a veces pueda parecer, “se realiza a un precio muy ajustado”, explican desde Pieralisi.“No es lo mismo un taller que hace una reparación para salir del paso, que el tratamiento que se le da en Pieralisi, donde se garantiza que la pieza quede como nueva”, apunta matiza. “Nosotros ofrecemos calidad y confianza y eso lo demuestran años y años de experiencia”.
Fases de reparación
Esta calidad se da en cada una de las fases de las trece en total que suponen la revisión y reparación de un sinfín. Tras la recepción de la pieza, lo primero que se hace es desmontar y lavar de forma exhaustiva y con productos no agresivos. Lo segundo que se realiza es el corte de la hélice. En Pieralisi lo realizan de forma oblicua, lo que facilita una mejor soldadura después. La maquinaria para realizar este corte oblicuo normalmente no está disponible en otros talleres, por su complejidad y coste. “Pero en Pieralisi sabemos que cada detalle cuenta y ponemos la mejor tecnología al servicio del cliente”, apunta Carazo Lanagrán.
Una vez hecho el corte, se puntea la pletina y se revisan las chapas del difusor y del scorner, un deflector longitudinal que impide la salida del aceite ya separado junto con el orujo. Contar con las máquinas de calibración necesarias para todos estos pasos influye también notablemente en el trabajo final. Después, se procede al soldado de la hélice y al torneado, con el que se eliminan los restos de soldadura. Otra de las fases cruciales es la recarga del rivetto con tungsteno, un metal que se aplica a través de robots. De este modo se garantiza un acabado homogéneo y deslizante, algo que no siempre sucede si se aplica este material a mano. Así, el sinfín podrá girar al mayor número de revoluciones por minuto sin sufrir, lo que también se logra con un buen calibrado y equilibrado, una de las fases finales del proceso de reparación del sinfín. “En Pieralisi somos muy conscientes de que un buen protocolo de reparación es crucial para darle el mejor servicio a nuestros clientes. De hecho, hay piezas como el bowl que, aunque en otros talleres sí lo hagan, nosotros no reparamos con soldadura en algunas partes claves del mismo. En estos casos lo cambiamos directamente”, apunta Antonio Carazo.
2ndLife
El vasto procedimiento que se realiza para reparar un sinfín es también el mecanismo que se sigue a la hora de reconstruir estas piezas y destinarlas al servicio 2nd Life de Pieralisi. No se trata de una reparación ni un “reacondicionado” sino que se reconstruye totalmente la pieza con el fin de que salga al mercado con todas las garantías, pero con un precio mucho más económico para el cliente.
Las amplias instalaciones con las que cuenta Pieralisi permiten hacer acopio de este y otros materiales, para el servicio posventa habitual o para el 2Life con el que tener asegurado el abastecimiento de las almazaras de aceite de oliva de toda la Península Ibérica. “Por eso son también aconsejables los mantenimientos programados, ya que nuestros técnicos hacen acopio de material tras las visitas a las almazaras”, apunta el director de Producción.
Para las almazaras de mayor dimensión, este servicio de mantenimiento se suele hacer con un contrato específico gracias al que las revisiones y puestas a punto están siempre incluidas sin que el personal de las almazaras tenga que demandarlas de forma específica. “Es también otra des posibilidades que ofrecemos a nuestros clientes, ya que se trata de adaptarnos a todas sus necesidades”, concluye Antonio Carazo.
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“En la campaña anterior parecía que no llegaríamos a 250.000 toneladas, pero lo logramos gracias a que Puglia superó en un 60% sus expectativas de producción”