Luces y sombras en el olivar italiano
Después de un 2018 horrible en el sector del aceite de oliva italiano, el sector respira aliviado, gracias a las previsiones de producción con el signo positivo. Pero, junto a las luces, todavía hay muchas sombras en el sector, que parece ser rehén de la vieja rigidez y de las nuevas tensiones, según el análisis realizado por Assitol, la Asociación Italiana de la Industria del Aceite.
La principal nota positiva se refiere a la campaña del aceite que, ya en una fase avanzada, se sitúa en las 300.000 toneladas anunciadas en octubre por las organizaciones agrícolas. Sin embargo, los episodios climáticos extremos y los problemas aún no resueltos, como la Xylella en Salento, han tenido un impacto negativo en el sector. Desde el punto de vista de la producción, Italia no es homogénea: mientras que el sur parece estar en gran recuperación, las regiones de Lazio, Toscana, Liguria y Garda están sufriendo. Se confirma, según Assitol, el déficit de producción nacional: el sector olivarero no es capaz de satisfacer las 500.000 toneladas requeridas por el mercado italiano.
La producción mundial de más de 3 millones de toneladas, las importantes reservas de aceite, especialmente en España, y la creciente producción italiana explican los bajos precios, que son normales en un mercado que puede contar con cantidades considerables de materias primas y un consumo ligeramente inferior en los países productores, explican desde la asociación. Consideran que el fenómeno de las ventas por debajo del coste es preocupante, ya que daña toda la cadena de suministro de aceite de oliva al inicio de la campaña y hace que la producción y el envasado de aceite de oliva sean cada vez menos rentables.
“Si queremos remunerar correctamente a nuestro sector, tenemos que apalancar a los consumidores, a los que debemos transmitir la cultura de este gran producto, convenciendo así a los que compran de que gasten la cantidad adecuada de dinero”, subraya Anna Cane, presidenta del grupo Assitol. En este sentido, el razonamiento de la ministra de Agricultura, Teresa Bellanova, está apoyado por Assitol. “Si no se gana el desafío del valor -confirma el presidente de los industriales- el sector saldrá perdiendo, no sólo en casa, sino también en el extranjero, donde la competencia es cada vez más feroz y numerosa”.