El sector del aceite analiza las diferentes vías para lograr la competitividad en el cuarto de los Diálogos de Expoliva
¿Cómo ser competitivos ahora y en el futuro? ¿Funciona la organización empresarial en el sector del aceite? ¿Qué supone concentrar la oferta? ¿Cuáles son las ventajas de la especialización? Fueron algunas de las cuestiones planteadas en el cuarto de los Diálogos de Expoliva organizados como antesala a la Feria Internacional del Aceite e Industrias Afines, y que tuvo lugar en el Palacio de Congresos de Jaén (IFEJA) el 21 de abril. En esta ocasión, las ponencias se centraron en ‘El sector de la elaboración de aceite de oliva. Distintos modelos de competitividad para un entorno similar’. Las inauguraron Carmen Ortiz, la consejera andaluza de Agricultura; Aurelio Mesa, director técnico de Amenduni Ibérica, empresa patrocinadora del evento, y Ángel Vera, presidente del consejo de Administración de Ferias Jaén.
La consejera de Agricultura, Carmen Ortiz, insistió a los asistentes a las jornadas, más de 200 profesionales, en que el sector debe de aprovechar las circunstancias únicas como las que se dan en esta campaña con el fin de afianzar logros y seguir penetrando en el mercado exterior. Así, destacó las previsiones de consumo de aceite e hizo hincapié en que el aceite es el producto agroalimentario andaluz más exportado, con más de 2.300 millones de euros en la pasada campaña. Para Ortiz, el reciente revuelo desatado en torno al consumo de aceite de palma podría conllevar un aumento de la demanda de aceites más saludables y sostenibles por parte de la industria agroalimentaria, con el fin de dar respuesta a unos consumidores más exigentes. “Esta circunstancia probablemente beneficiará también al aceite de oliva, que cada vez se utiliza más en los alimentos procesados”, dijo.
En su intervención, la consejera se refirió también a los retos futuros, como planificar bien las campañas y segmentar mejor los consumidores. “Hay un aceite de oliva para cada cliente y cada uso”, afirmó Carmen Ortiz en relación a los aceites Premium, virgen extra, de marca blanca o refinados, para dejar claro que “en cada uno de ellos podemos generar valor como han demostrado las empresas del sector”. Ortiz destacó lo fundamental de diferenciar los aceites según su calidad, entre otros parámetros, y que estas cualidades se vean reflejadas en los precios de forma más directa, tal y como ocurre en países como Italia. Habló también de la necesidad de seguir haciendo un sector más técnico, con maquinaria eficiente y moderna y sistemas de riego que aumenten la competitividad.
Carmen Ortiz, consejera de Agricultura.
Empezar Expoliva lo suficientemente formados e informados
Juan Vilar, consultor estratégico y organizador de las jornadas, explicó a los asistentes que los Diálogos de Expoliva son una clave de conocimiento y experiencia “que se ha intentado dar al sector para que empiecen la feria lo suficientemente informados y, así, puedan planificar bien las estrategias y decisiones que les interesen”.
La primera de las mesas de la interesante jornada, titulada 'Estrategias competitivas mediante modelos organizativos de integración y economía social', la comenzó el director general de Oleoestepa, Álvaro Olavarría. El director general definió la situación actual del sector como buena, con abundancia de producto y con unos precios aceptables. Algo que, según indicó, no debe confiarnos de cara a un futuro cercano. Así, hizo referencia a las “superficies enormes y a las plantaciones de olivar por toda la geografía que deben servir de aviso para prepararnos para un importante aumento de la producción”. Para Olavarría, concentrar la oferta será una buena arma para un futuro no muy lejano, cuando la producción de aceite de oliva se incremente notablemente. Su mensaje, sin embargo, también reflejó los logros que el sector ha acuñado durante estos últimos años. “España es líder en exportación de aceite y eso no fue siempre así. Cuando entramos en la Comunidad Europea exportábamos 100.000 toneladas y, actualmente, casi diez veces más”, dijo. “Lideramos el comercio a granel y el envasado. Y ese es el camino”, apostilló. Olavarría señaló las “oportunidades tremendas del sector al fomentar el aceite como un producto saludable y destacó en este sentido la labor de la Interprofesional del Aceite de Oliva.
Cristóbal Gallego, presidente del grupo Jaencoop, insistió en que “los buenos momentos no nos tienen que tapar la realidad del sector”. “Tenemos un sector productivo alto y si un año todos los países productores coinciden en una buena producción, podemos tener un problema”, explicó. Gallego insistió en la importancia de la labor de los diferentes grupos de comercialización de aceite y mostró como la opción más favorable seguir apostando por los mercados internacionales con el fin de poder seguir dando salida a nuestro aceite, tal y como ocurre ahora, en futuras campañas en la que la producción sea mayor. Además, dejó claro la importancia de contar con herramientas legislativas que puedan ponerse en marcha en la realidad del mercado para poder adecuar la oferta y regular el mercado. “Esto beneficiará tanto a los productores como a los consumidores, y tanto en campañas de alta producción como de baja”, apostilló.
Rafael Sánchez de Puerta, vicedirector general de Dcoop, destacó como fundamentales la colaboración entre los diferentes grupos aceiteros y la necesidad de “tener los objetivos claros”. Para Sánchez de Puerta, el mercado todavía es capaz de absorber todo el aceite que se produce y, en lo referente a producción, destacó un futuro de crecimiento de olivar debido a que éste se ha convertido en un cultivo refugio como consecuencia de la crisis de otros cultivos. El vicedirector general de Dcoop insistió en la riqueza del olivar y de todo lo que conlleva su producción y distribución, riqueza que, en su opinión “se seguirá manteniendo”. A pesar de su visión positiva del futuro, destacó la importancia de tener herramientas eficaces para poder regular el mercado y también para poder aumentar la oferta de aceite de un modo competitivo. Así, destacó como fundamental que las administraciones se impliquen con el riego del olivar. “No podemos tener un olivar cada vez más competitivo frente a otro con cada vez más dificultades y que la única diferencia entre ambos sea el riego”, apuntó. “No se puede mirar para otro lado, debe de haber una apuesta decidida y tenemos muchas posibilidades de mejorar en ese sentido”, concluyó.
Juan Gadeo, presidente del Grupo Interóleo, explicó el modelo de comercialización del grupo y las diferencias con respecto a otros destacando a los socios como su verdadera razón de ser. Insistió en la importancia de “vender bien y reducir costes” para mejorar la renta de los agricultores, partiendo de la base de que una de las deficiencias del sector es que el precio del aceite no se fija en producción, sino en destino final. “Una gestión profesionalizada que se sustenta en las ventajas de la concentración de la oferta, que permiten orientar nuestro trabajo al mercado con una importante agilidad en la adopción de decisiones”, dijo en referencia a su grupo.
Especialización y competencia
La segunda mesa de esta interesante edición de los Diálogos Expoliva, 'Modelos estratégicos de competencia basados en la perspectiva de la especialización', contó con la presencia de los representantes de gran parte de los grandes grupos del sector distribuidor y comercializador. Al presentarlos, Juan Vilar hizo hincapié en la necesidad de prestar mucha atención al gestor de incertidumbre en el mundo oleícola. “El mundo va a seguir siendo diferente y hay que aprender a sobrevivir en un entorno completamente incierto”, dijo. “Para ello, lo fundamental es conocerlo”, apostilló el consultor estratégico, quien insistió en la necesidad de tratar de ejercer “nuestro” poder sobre el entorno.
Antonio Gallego, director general de Migasa, contó cómo su empresa, con 175 años de historia, que cuenta con 1.000 profesionales, 17 factorías y factura 1.000 millones de euros al año, ha sabido combinar la especialización con la innovación y la comercialización gracias a las diferentes marcas que comercializa en más de 90 países siendo líder en numerosas ocasiones. Destacó la importancia de ir conociendo los mercados. No en vano, destacó que el 40% del volumen de negocio de Migasa se debe a las exportaciones.
Para Gallego, es de vital importancia tener clara la tendencia global a buscar productos saludables. Insistió en la necesidad de cuidar el aceite de oliva, el único que depende del olor y del sabor. Para ello, se refirió a los análisis organolépticos que, “si bien son útiles, sería necesario un método alternativo para evitar debilitar el buen nombre de nuestro producto”. Así, dejó claro que la Administración debería buscar un método físico y químico que fuera efectivo y determine la calidad de los aceites. “No todos quieren aceites que amarguen y piquen”, insistió.
Para lograr ventaja en el mercado, añadió, es importante invertir en la mejora de los procesos productivos. Habló de sus logros en este sentido, de las numerosas inversiones realizadas y de hitos como el envase de tetrapack.
Por su parte, Luis Torres Morente, director general de Maeva, no cree que el aceite haya entrado en un estado de confort y aseguró que siempre hay problemas. Dejó claro las dificultades de una empresa pequeña como la suya para hacer frente a los gastos de compra de producto y a la reducción de costes en el envasado. “Si ni el agricultor gana, ni el empresario, ¿quién lo hace?”, se preguntó, para continuar: “El consumidor, porque le estamos dando un producto a alto precio, pero por debajo de su precio”.
En cuanto a la clasificación de los aceites y el cuidado de su calidad, para Luis Torres lo más importante es reducir las fechas de consumo preferente, con el fin de ofrecer siempre información clara al consumidor y advertir del deterioro del producto conforme pasa el tiempo. Además, hizo referencia al hecho de que el aceite sea un producto “que no se puede tocar, ni enriquecer, ni modificar”, algo que, como insistió, sí ocurre con otras materias primas como la leche, a las que se les añade calcio, etc. “¿Cómo se innova entonces? Nosotros lo intentamos con los envases, los formatos…”, matizó. Así, destacó las líneas para nuevas familias monoparentales o singles. “Hay que adaptarse a las necesidades sociales con nuestro producto”, dijo.
Luis Folqué, consejero delegado de Sovena Aceite de Oliva, una empresa “con visión global e instalaciones en 4 continentes”, destacó la importancia de prestar atención al aumento de la producción. “Llevamos años con producciones cortitas, pero en el momento en el que haya un año en el que los 6 gigantes productores de aceite de oliva tengan un año de buena cosecha a la vez, nos encontraremos con 4.500.000 toneladas de aceite y hay que estar preparado para ello”, apuntó. Para Folqué, es muy difícil buscar consumidores nuevos y conquistar otros mercados. Uno de los aspectos para lograrlo es invertir en innovación, insistir en una política de divulgación de producto y buscar consumidores que no conocen el aceite de oliva. Como ejemplo, contó una anécdota de un viaje a India en el que descubrió cómo el aceite de oliva se usaba para curar la picadura de serpiente y para el cuidado del culito de los bebés. “Es a esta gente a la que hay que enseñarle que el aceite de oliva es un producto de consumo diario y adaptarlo a las diferentes culturas”, señaló.
Folqué definió al panel test como una herramienta de “clasificación” cortita en la que sólo se aprecia el frutado, el picante o el amargor. “Hay que darle más vueltas y formas para que analice la calidad y este análisis sirva para el consumidor europeo o para el estadounidense igualmente”. También indicó que el aceite de oliva es un producto muy bueno, pero que tiene pocas posibilidades de innovación, y recordó que el 50% del que se consume se hace como ingrediente de otros productos y sin que el consumidor sepa lo que es.
Sergio Antón, adjunto a dirección general y director internacional de Acesur, destacó que España sea ya el líder en producción de aceite de oliva, pero no en la comercialización de aceite envasado. Aun así, hizo hincapié en que poco a poco se va invirtiendo la tendencia y que, de ser un país exportador de materia prima, ahora también es cada vez más un país exportador de aceite de oliva envasado. Sin embargo, en su opinión, este salto no ha supuesto añadirle un valor más al aceite envasado que no sea el que acarrean los costes de dicho envasado. “Nosotros lo que debemos valorar es en lo que somos líderes, porque no sólo somos líderes en producción de aceite de oliva, sino también en aceite de oliva de calidad”. Para ello, valoró la importancia de las labores de la Interprofesional del Aceite de Oliva en esta área.
Para Antón, que el mercado global sea consciente de esta calidad es importante sobre todo teniendo en cuenta el valor de la exportación para los aceites de oliva. Contó cómo hace 20 años, la empresa Acesur tenía una facturación de 80 millones de euros, que actualmente han pasado a ser 580 millones anuales. “Y en ello ha sido vital la exportación y la externacionalización de la empresa y del producto. De ahí que insista en la importancia del acercamiento cada vez más al cliente y a los mercados finales”, concluyó.