Entrevista a Antonio Sánchez Villaverde, alcalde de Montoro (Córdoba)
Desde que se recoge la aceituna hasta que el consumidor disfruta de nuestro aceite de oliva, uno de los más reconocidos en el mundo entero, se han invertido infinidad de horas, de días y de esfuerzo. Quizá el consumidor no es del todo consciente porque el sector no ha sabido poner en valor un producto tan apreciado y venerado por la gastronomía internacional. Así lo manifiesta el alcalde de la localidad cordobesa de Montoro, Antonio Sánchez Villaverde, quien, además, es presidente del Consorcio Feria del Olivo de Montoro. Entre el 14 al 17 de mayo, el evento celebrará su decimoséptima edición para mostrar el peso del sector del olivo, el nivel tecnológico que éste alcanza. Sin duda, será un punto de encuentro para esta industria, claramente afectada por unas políticas agrarias cuestionables y cuestionadas.
¿Qué encontrará aquel que visite la presente edición de la Feria del Olivo de Montoro?
Por un lado, las novedades que presentan los propios expositores como se ha hecho siempre desde los comienzos del certamen, y por otro, las que organizamos desde la feria. El certamen se produce en un momento en el que el sector vive una situación de continuo desarrollo tecnológico e innovación. Y así se podrá constatar gracias a los expositores de la feria, que tienen una clara apuesta por la calidad y el medio ambiente. Esta edición contará con diferentes concursos de gran interés y premios a la innovación y la transparencia.
Además de presentar las novedades de los expositores, ¿qué otros objetivos persigue la feria?
La XVII Feria del Olivo de Montoro tiene por objeto poner de manifiesto la importancia económica del sector olivarero y buscar soluciones a la difícil y compleja problemática de producción y comercialización de sus productos, dando a conocer las últimas innovaciones en maquinaria, avances tecnológicos y científicos.
Aunque es todavía pronto, ¿qué puede decirnos en cuanto a cifras (número de expositores, superficie expositiva …)?
Yo creo que este año se van a superar las expectativas. La demanda crece cada día, estamos recibiendo constantes solicitudes. Según los últimos datos de la semana pasada, tenemos 76 stands, con mucha representación de empresas extranjeras. Además, hay que destacar que hay numerosas empresas nuevas, un indicativo de que pese a las dificultades, a la crisis, el espíritu emprendedor se está acrecentando y hay empresas que quieren aprovechar el marco de la feria como carta de presentación y para hacer negocio.
¿Cuántos visitantes esperan recibir? ¿Esperan igualar las cifras de años anteriores?
Nuestra feria, como se ha demostrado durante los últimos años, es un certamen muy profesional. No es una feria al uso en el que cabe todo y caben todos. Hemos creado una feria profesional dedicada al sector porque entendemos que es un foro donde las empresas vienen a vender y a hacer negocio, a dar su propia información y a contactar con otras empresas. En cuanto al número de visitantes, somos muy optimistas.
Díganos, ¿cuál es el perfil de los que se acercan a la feria?
Son profesionales y, sobre todo, representantes del sector productivo, cooperativas, industriales, olivareros…
¿Qué destacaría de la edición de este año?
Para analizar la situación actual, contamos con unas jornadas técnicas donde hablaremos de todas las oportunidades de negocio, sobre la internacionalización y cómo buscar nuevos mercados. Para ello, contamos con la colaboración de la Junta de Andalucía para todos los temas relacionados con exportación y con la apertura de mercados. Pondremos en contacto a las empresas con países como Portugal, países del norte de África, Chile y Brasil, aparte de los países del Mediterráneo.
Parece que la comercialización es una de nuestras asignaturas pendientes…
Sin duda, junto a la puesta en valor y la búsqueda de mercados, no sólo en el ámbito del aceite sino también en el de la maquinaria que se construye y se hace en España, sobre todo en Andalucía. Tenemos la posibilidad de invertir y de mejorar todas las instalaciones que hay en otros países.
Usted vive en una región dedicada en gran parte al olivo. Díganos, ¿a qué otros retos se enfrenta el sector?
Hay retos prácticamente en todas las fases: el cultivo, la recogida, el cuidado o el respeto al medioambiente. Y el resultado de la PAC.
No le parece acertada la distribución…
No es que no me parezca acertada, es que es injusta. Se trata de una decisión más que partidista contra Andalucía porque las pérdidas serán tremendas en esta región mientras que el resto de comunidades autónomas se verán favorecidas. Se ha incrementado la cantidad que les correspondía y estamos hablando de una cantidad importante, de muchos millones de euros, 1.500 millones que afectarán a casi 300.000 agricultores.
Entiendo…
Va a afectar muchísimo a un tipo de cultivo que representa casi el 82% de los cultivos municipales, con 20.000 hectáreas derivadas de ellas, la mayoría dependientes. En cuanto a la capacidad agraria, el 66% son explotaciones menores de cinco hectáreas. Además, esa reducción económica que ha realizado el Gobierno se va a aplicar a todas las explotaciones agrarias, incluso a las pequeñas. Debemos tener en cuenta que antes el pequeño agricultor que cobraba menos de cinco mil euros no se veía afectado por ningún tipo de reducción. En este caso, perjudica al pequeño y mediano agricultor que vive de ello.
Pero ¿cómo explicaría que vivamos esta situación, en la que muchos se plantean cesar su actividad, siendo como somos el mayor productor de aceite del mundo con una calidad reconocida internacionalmente?
Ojalá lo supiese. En realidad es un cúmulo de cosas. No hemos sabido comercializar el aceite: ése ha sido uno de los principales problemas. Quizá, no hemos dado el paso para intentar mejorar las infraestructuras o no se ha procurado acostumbrar a los consumidores a valorar un producto como el aceite de oliva. Desde que se recolecta la aceituna y su grasa acaba en la botella a disposición del consumidor, ¡cuántos días, cuántas horas y cuánto esfuerzo se ha dedicado!
Es cierto…
Yo siempre me he preguntado cómo es posible que un país como España, que ha recibido 70 u 80 millones de turistas desde la década de 1970, no haya sabido poner en valor este producto como lo han hecho otros productos y otros países.
¿Qué se debería hacer?
Hoy en día el consumo de aceite de oliva en España no aumenta considerablemente porque no estamos educando a nuestros hijos por una alimentación sana.
¿Algún mensaje positivo?
Sí, los médicos recomiendan su consumo. Ya no es sólo un producto alimenticio, es también un producto saludable, con antioxidantes y capaz de mantener el índice de colesterol de forma sana.
¿En qué medida puede ayudar o perjudicar al sector la prohibición de las aceiteras rellenables en los establecimientos hoteleros?
Estoy muy de acuerdo con esta decisión, y creo que se debía haber tomado mucho antes, precisamente para evitar su desprestigio porque el relleno del aceite a veces ha perjudicado la imagen del aceite de oliva. Muchos establecimientos ofrecían girasol en lugar de oliva. Por otro lado, al rellenar la aceitera, se pringaba al consumidor y no se tenían garantías. Con esta nueva medida, se está garantizando la calidad del aceite y mantiene digno al sector envasador. Es un camino para poner en valor este producto.
Volviendo a la feria, ¿con qué se daría por satisfecho en esta edición?
Tengo que decir que estoy más que satisfecho por el grado de participación que estamos teniendo, por el grado de implicación en el desarrollo de actividades. Tenemos el VIII Concurso Internacional de Calidad de Aceite de Oliva Virgen Extra ‘Pedro León Mellado’, el VI Concurso de Accesibilidad en los Envases de Aceite de Oliva, el XVI Concurso de Innovación y Transferencia Tecnológica, el XVII Certamen Nacional de Poesía… No debemos olvidar que esta feria no sólo tiene una connotación técnica e institucional sino también va muy unida a la participación ciudadana.
¿Qué más?
Además, las jornadas técnicas, en las que participan denominaciones de origen y el consejo regulador, están relacionadas con la exportación y la búsqueda de mercados. Se han organizado actividades sobre análisis sensorial con el aceite de oliva virgen extra… Con todo esto quiero decir que tenemos el apoyo del sector, de las instituciones.
Otro motivo de satisfacción es que veo cómo en Andalucía y en España en general sigue habiendo ilusión, gente valiente, empresarios que siguen mejorando con el escaso apoyo financiero que tienen, y todo ello va encaminado a una mejora del producto y de su calidad, lo que repercute en el consumidor, en el ciudadano.