Optimización en el transporte y manejo de material reciclado

En el sector del reciclaje de plásticos, la elección entre la granza y el triturado es un factor determinante en los procesos de reutilización y extrusión de materiales. Cada formato presenta características específicas que influyen en su manipulación, transporte y aplicación. Marco Patruno, responsable de ingeniería de Coscollola Engineering, abordó esta cuestión en una ponencia en la pasada edición de Plastics & Rubber centrada en el transporte de material reciclado y la gestión del polvo.

Uno de los aspectos clave que Patruno destacó es la diferencia en la geometría y el tamaño de partícula. Según explicó, “la granza es el resultado de un proceso de extrusión, lo que le confiere una forma uniforme, generalmente en forma de lentejas, esferas o cilindros con tamaños que suelen oscilar entre 3 y 5 milímetros”. Por el contrario, añadió que “el triturado o flake, tiene una forma mucho más irregular y puede alcanzar dimensiones de hasta 50 milímetros. Esta variabilidad afecta directamente a su manipulación y aplicación en procesos posteriores”.

Marco Patruno, responsable de ingeniería de Coscollola Engineering impartió una ponencia durante Plastics & Rubber.

Respecto a la densidad aparente, Patruno señaló que “la granza presenta una densidad más estable, entre 0,5 y 0,8 g/cm³, dependiendo de la composición del material, como la presencia de cargas minerales o film”. Sin embargo, puntualizó que “en el caso del triturado, la densidad varía en un rango mucho más amplio, pudiendo llegar a valores tan bajos como 0,05 g/cm³, especialmente en triturados de film, lo que implica mayores retos en términos de almacenamiento, dosificación y transporte”.

El contenido de polvo es otro factor clave analizado por Patruno, quien subrayó que “la granza, al ser obtenida mediante extrusión, genera una cantidad mínima de polvo. Sin embargo, durante su transporte y almacenamiento, este parámetro puede incrementarse”. En cambio, indicó que “en el triturado, el polvo es una consecuencia inherente del proceso de molienda, y su cantidad dependerá del estado de las cuchillas, el desgaste de estas y la calidad del mantenimiento. Un mantenimiento deficiente puede disparar la generación de polvo y afectar la calidad del material reciclado”.

Explicó técnicas de manipulación, transporte y aplicación.

Marco Patruno también explicó cómo el formato del material reciclado repercute en diferentes etapas del proceso, incluyendo el transporte y dosificación a las máquinas. “La granza, por su uniformidad y menor generación de polvo, es ideal para procesos que requieren una dosificación precisa y estable”, afirmó. No obstante, advirtió que “el triturado, debido a su variabilidad en tamaño y densidad, puede necesitar sistemas de transporte y dosificación más robustos para garantizar un flujo constante y evitar bloqueos”.

Como ejemplo práctico, Patruno mencionó el uso del triturado de botellas recicladas de PE. “En este tipo de instalaciones, el triturado se introduce en el sistema de extrusión mediante dosificadores que mezclan correctamente los componentes, virgen y reciclado, permitiendo el reaprovechamiento eficiente del residuo sin comprometer la calidad del producto final”, explicó.

Marco Patruno durante su intervención.

"A diferencia de otros competidores que solo ofrecen sus soluciones para pellets, nosotros las ofrecemos para todo tipo de formatos: pastillas, lentejas, escamas, microesferas y, por supuesto, polvo y micropellets, lo que nos permite adaptarnos a diferentes necesidades y aplicaciones", indicó. "Esta diversidad en formatos es uno de los factores que nos diferencia del estándar del mercado, ofreciendo soluciones más versátiles y eficientes para nuestros clientes".

Como conclusión, el representante de Coscollola Engineering, indicó que la elección entre granza y triturado debe basarse en las necesidades específicas de cada aplicación industrial. Mientras que la granza facilita una manipulación más sencilla y estable, el triturado representa una opción más económica, aunque requiere un control más riguroso en cuanto a almacenamiento , dosificación y transporte. Tal y como concluyó Marco Patruno, “la correcta gestión de estos parámetros es fundamental para mejorar la eficiencia en el reciclaje de plásticos y minimizar el impacto ambiental del sector”.