Éco-Emballages, la respuesta francesa
Éco-Emballages es, según sus promotores, un dispositivo pragmático y flexible que se inscribe dentro de la lógica de la directiva europea y que implica a municipios y comarcas, poderes públicos y empresas. A finales de 1996 unos 9 millones de franceses clasificaban sus residuos de envases domésticos, con lo que se permitía el aprovechamiento de 600.000 T de envases y embalajes domésticos, de los cuales 400.000 se reciclaron.
La sociedad anónima francesa Éco-Emballages fue creada a mediados de 1992 con el objetivo de "ayudar a las sociedades productoras, importadoras y distribuidoras de productos embalados a participar en la eliminación y aprovechamiento de sus residuos de embalajes", según reza su objeto social. Se trata de una empresa privada encargada de esta misión de interés general.
Éco-Emballages inició sus actividades el 1 de enero de 1993 y tiene una concesión del Estado por seis años, de acuerdo con las normas especificadas en el decreto francés 92-377 del 1 de abril de 1992. A finales del año que viene, por lo tanto, concluye su primer mandato y será entonces cuando se podrá hacer un balance definitivo de la gestión realizada y el momento en que el Estado decidirá si prorrogarle el mandato o replantear los objetivos.
Éco-Emballages tiene un mecanismo y funciones muy parecidas a las de la sociedad española Ecoembalajes. De hecho, Eco-Embalajes es su directa heredera ya que el modelo ha sido copiado del francés aunque con adaptaciones a la situación española. Éco-Emballages presta ayuda a las entidades locales que ponen en marcha una recogida selectiva y les concede ayudas para la explotación de sus programas de recogida y selección.
Los municipios tienen la seguridad de poder revender los materiales reciclables como el vidrio, acero, aluminio, papel, cartón o plásticos a precios garantizados. Este sistema permite a los municipios, por un lado, administrar de forma racional los RSU y beneficiarse de la parte aprovechable. Por otro lado, facilita que los recicladores reciban materias primas secundarias de buena calidad y que las empresas de distribución cumplan con sus obligaciones, que básicamente es el pago de una cantidad fija por cada envase puesto en el mercado, el llamado punto verde.
Fondo de 50.000 MPtas en seis años
El 70% de los accionistas de Éco-Emballages son envasadores, pero también están presentes los representantes de los cinco grandes sectores de materiales y las grandes marcas de distribución que ostentan el 10% del capital. La sociedad cuenta con 240 accionistas y en 1995 manejó unos fondos de 550 millones de francos, unos 13.750 MPtas, por lo cual es objeto de exhaustivos controles.
Éco-Emballages se ha comprometido a asignar a las entidades asociadas 50.000 MPtas durante seis años, de 1993 a 1998, a título de apoyo al funcionamiento del sistema de recogida selectiva y recuperación de envases urbanos. En 1995 asignó unos fondos de 5.000 MPtas, de los cuales el 61% se destinaron a apoyo de la explotación de su programa de recogida selectiva, el 16% al campañas de información y sensibilización y el 23% restante a ayudas a programas piloto de equipamiento.
Ëco-Emballages se compone de dos partes: la sociedad operativa y el holding. El holding, denominado Ecopar, está compuesto por unos 300 accionistas y se ocupa de reunir a los envasadores y a los importadores de productos envasados y de controlar la gestión de Éco-Emballages a través de su consejo de administración. La sociedad operativa Éco-Emballages está formada por todos los representates de la vida social y económica de la sociedad francesa, más o menos vinculadors con el mundo del embalaje, y se reúne varias veces al año y se encarga de que las actuaciones de Éco-Emballages permitan que a finales de 1998 se alcance el objetivo de aprovechar el 75% de los residuos de los envases y embalajes domésticos.
Éco-Emballages es la encargada de recaudar un canon a todos los envases puestos en el mercado (el punto verde), que se fija en función del peso y volumen del envase. Su valor se prorratea en función del número de productos envasados que se prevén introducir en el mercado durante el año del ejercicio. De momento, su valor ha sido inferior a 25 céntimos de pesetas por envase y más del 90% de los envases domésticos llevan el logotipo de Éco-Emballages. Con el dinero recogido, subvenciona parte de la recogida selectiva de los RSU.
El año pasado, se distribuyeron cerca de 10.000 MPtas al centenar de colectividades asociadas a Éco-Emballages. La sociedad financia, asimismo, programas de investigación y desarrollo puestos en práctica por los sectores de materiales. En 1996, Éco-Emballages destinó más de 1.500 MPtas a la financiación de procedimientos para la mejora del del reciclaje.
Relación entre coste y eficacia
"Vamos por el camino correcto, pero hace falta que perseveremos y que estemos pendientes de mantener siempre una relación entre coste y eficacia aceptable para la ciudadanía, los empresarios y el medio ambiente", sostenía hace poco Jean-Louis Beffa, presidente de Saint Gobain y el encargado por el ministro de Medio Ambiente en 1991 de un informe acerca de la organización de lo que más tarde sería Éco-Emballages.
Francia cuenta con 36.560 municipios, que es un número de cuatro a siete veces más elevado que los otros países europeos. Estos municipios, desde la creación del férreo estado centralista, son los responsables de la administración de los residuos sólidos urbanos y lo siguen siendo como establece la ley de bases de 1975. Sin embargo, con la entrada en vigor de la ley de residuos en Francia, la responsabilidad municipal de la recogida y eliminación de los RSU debe inscribirse en el marco de un plan departamental de eliminación de basuras, a medio camino entre las provincias y las comarcas españolas ya que existen 100 departamentos en Francia.
Además, a partir del año 2002 estará prohibido depositar en los vertederos municipales cualquier tipo de basura que no sean residuos últimos, entendiendo por tales aquellos desechos que no sean susceptibles de ser tratados en las condiciones técnicas o económicas del momento. La reglamentación de Éco-Emballages también fija que en el 2002 deberán ser aprovechados el 75% de los residuos de envases por reciclaje, compost o recuperación energética o química.
Tres tipos de ayuda a los municipios
Las relaciones entre Éco-Emballages y los municipios son siempre de colaboración. Una colectividad que tenga un plan de aprovechamiento de los residuos de envases ambicioso y compatible con los objetivos de Éco-Emballages firma un contrato con la empresa homologada, que compromete a la colectividad a proporcionar a las soceidades de materiales unos residuos con un máximo de impurezas especificadas.
A cambio, Éco-Emballages le aporte tres tipos de ayudas financieras: primera, la financiación del coste adicional que supone la recogida selectiva y la clasificación de los residuos en comparación con la simple recogida e incineración de los RSU; segundo, la garantía de retorno, mediante la cual Éco-Embalages se compromete a pagar a la colectividad un precio fijo durante seis años; y tercero, una ayuda financiera y técnica a los municipios en sus campañas de sensibilización de recogida selectiva.
Pese a ello, los municipios tienen absoluta libertad para establecer el plan de recogida que crean más adecuado, siempre dentro del plan departamental. La contrapartida los municipios tienen la obligación de alcanzar los objetivos de aprovechamiento especificados en contrato. Además, las ciudades y las agrupaciones intermunicipales no tienen obligación de trabajar con Éco-Emballages. La lógica del sistema es la garantía de libertad de las colectividades locales, ya que son ellas las que tienen la obligación de recoger los RSU.
"La gestión de los residuos es un tema extremadamente personalizado, diversificado, culturalmente marcado y sobre el que no existe una actuación única y óptima a la vez", dice Patrick Legrand, presidente honorífico de France Nature Environement, federación de varias asociaciones galas de medio ambiente, a un suplemento especial informativo de Éco-Embalajes del que está extraída gran parte de este artículo.
A finales de 1995 habían suscritos más de 100 contratos entre colectividades asociadas y Éco-Emballages. Esto significa que más de 5.000 municipios franceses, que representan a unos 18 millones de habitantes o el 28 % de la población, ya han puesto en práctica programas de recogida selectiva y clasificación.
Una organización flexible
Éco-Emballages es vista por los principales expertos franceses de medio ambiente como una sociedad flexible que es capaz de adaptarse a las variadas circunstancias que plantea el problema del reciclaje de envases y funcionar con eficacia. Su objetivo es ayudar a las entidades locales a encontrar soluciones eficaces para cada emplazamiento.
Aunque, como dice Alexis Galley, gran conocedor del tema, Éco-Emballages no tenga la misión de ayudar a los municipios a no tirar sus residuos a los vertederos, contribuye indirectamente al reciclaje y aprovechamiento energético de los envases urbanos. Y concluye asegurando: "No existe ningún tipo específico francés de gestión de los residuos de envases domésticos. Éco-Emballages no tiene un enfoque dogmático sino flexible y progresivo y, por tanto, no veo nada que se aponga a la adopción por parte de otros países de sistemas equivalentes al dispositivo francés".
Ayudas que tienen las colectividades asociadas a Éco-Emballages | |||
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Materiales | Ayudas (Ptas/T) |
Garantía de retorno (Ptas/T) |
Ingresos mínimos de la colectividad (Ptas/T) |
Metal | |||
incinerado |
1.875 | 0 a 1.250 | 1.875 |
no incinerado |
7.500 | 1.250 a 5.000 | 8.750 |
Aluminio | |||
incinerado |
12.500 | 12.500 a 70.000 | 25.000 |
no incinerado |
37.500 | 25.000 a 87.500 | 62.500 |
Papel-cartón | 18.750 | recogida gratuita por el reciclador |
18.750 |
Plásticos | 37.500 | recogida gratuita por el reciclador |
37.500 |
Vidrio | 750 | 4.375 a 5.500 | 5.125 |
nota: precios válidos desde 1993 hasta finales de 1996. Cambio 1 FF=25 Ptas. |