Entrevista a Gerd Liebig, director general de Sumitomo (SHI) Demag Plastics Machinery GmbH
Su empresa forma parte del grupo japonés Sumitomo. En Japón existe una base legal para la economía circular desde el año 2000. ¿En qué nivel se encuentran actualmente en Japón?
La diferencia fundamental entre Japón y Alemania es que Japón es una isla; por tanto, todo está regulado de forma autónoma: los incentivos, la separación de residuos y el reciclaje. Además, Japón puede contar con un alto nivel de disciplina del consumidor. Para Japón, el mar y la pesca son muy importantes, y la población es sensible a la cuestión de la contaminación marina. Por esta razón, el apoyo a la economía circular es mayor que en muchos países europeos. En Europa, la gente se centra en las prohibiciones, pero no tiene en cuenta que la huella de carbono aumenta en realidad al no utilizar plástico en muchos ámbitos. Por ejemplo, el papel altamente recubierto como material compuesto no es separable. No sería una alternativa viable. Lo mismo ocurre con el vidrio, que consume más energía que el plástico, tanto en la producción como en el transporte a largas distancias.
Director general de Sumitomo (SHI) Demag Plastics Machinery GmbH
¿Y hasta qué punto existe un intercambio entre Sumitomo (SHI) Demag y la empresa matriz sobre la sostenibilidad a nivel corporativo?
La neutralidad climática desempeña un papel fundamental dentro del Grupo Sumitomo, y los directores generales de todas las empresas asociadas deben esforzarse por lograr la sostenibilidad y la neutralidad climática. La forma más importante de conseguirlo es nuestra apuesta por las máquinas totalmente eléctricas, que suponen un importante ahorro de emisiones de CO2. Hace diez años, el 20% de nuestras máquinas eran totalmente eléctricas; hoy son más del 80%.
¿Hay que seguir avanzando?
Sí, porque las cuestiones de sostenibilidad y neutralidad climática han llegado ahora también al sector del consumo. Por eso espero ver un aumento de la demanda de máquinas totalmente eléctricas en ese ámbito. Hace cinco años, convertimos uno de nuestros dos centros en Alemania en máquinas totalmente eléctricas. Aunque en su momento fue muy difícil llevar a cabo este cambio –después de todo, primero prescindimos de un volumen de pedidos del 20%–, nuestra decisión ha resultado ser muy clarividente. Nuestra expectativa de que los mercados se orientarían hacia la sostenibilidad y el ahorro energético ha resultado ser cierta. Como resultado de nuestra temprana decisión, ahora tenemos una enorme ventaja competitiva.
¿La pandemia de la COVID ha hecho que el público sea más consciente de los beneficios del plástico?
No, al menos todavía no en Europa. En China, por ejemplo, la atención se centra en la higiene a la hora de utilizar los plásticos. Sin embargo, también hay señales positivas en Europa, como la decisión de McDonalds de sustituir los envases de cartón desechable, hasta ahora habituales, por envases de plástico de larga duración integrados en un sistema de depósito en algunos restaurantes piloto. Si los consumidores cambian su comportamiento y además están dispuestos a gastar más dinero, esto puede suponer un gran éxito en la reutilización del plástico, tanto en el sistema de depósito como en el reciclaje.
¿Qué opciones hay para reducir el consumo de materiales?
¿Cuál es la situación de los materiales compostables y reciclables?
Básicamente, los transformadores necesitan incentivos financieros para cambiar a esos materiales. Lo difícil es conseguir que la calidad de las piezas recicladas, pero también de las compostables, sea comparable a la del material virgen. El procesamiento de los materiales reciclados no es en sí mismo un reto tecnológico insuperable. A fin de cuentas, procesamos muchos materiales, y los reciclados han ampliado la gama de materiales. El reto consiste en controlar las propiedades no uniformes de los materiales mediante un control inteligente del proceso. Los fabricantes de materiales están trabajando intensamente en la estabilización y mejora de las propiedades de los materiales, lo que resulta muy prometedor. La limitación en el uso de los reciclados depende de la pureza.
¿Qué otra contribución puede hacer su empresa en materia de maquinaria para aumentar la sostenibilidad?
Centrarnos totalmente en la electricidad. En Europa, casi una de cada dos máquinas es ya totalmente eléctrica. Las máquinas totalmente eléctricas son el futuro y, tras su éxito en la medicina y la electrónica, la proporción de máquinas totalmente eléctricas está aumentando en los envases y ahora también en el sector del automóvil. Las máquinas de moldeo por inyección totalmente eléctricas requieren menos energía, menos agua, menos lubricación con aceite y menos utilización de materiales, lo que básicamente significa muchos menos recursos. Tomemos como ejemplo una máquina totalmente eléctrica de 350 toneladas: en comparación con una máquina hidráulica de la misma clase de fuerza de cierre, una máquina totalmente eléctrica produce entre un 40% y un 80% menos de CO2 al año.
Vídeo de la entrevista a Gerd Liebig: https://vimeo.com/655340619