Empresas españolas del plástico compran en China para 'sobrevivir'

23/05/2006

23 de mayo de 2006

Las empresas españolas de la industria del plástico, ante el traslado a China de los fabricantes a los que suministran, se ven obligadas a "sobrevivir" comprando partes en el país asiático para ser más competitivas, explicaron a EFE los responsables de estas compañías.

"Venimos a China a comprar, porque los costes de fabricación en España son muy altos, y nos sale mejor comprar las piezas manufacturadas aquí y acabarlas en España", explicó Andrés Marsé, propietario de la firma familiar Industrial y Comercial Marsé, que produce periféricos para maquinaria de inyección de plástico.

"O compramos la máquina ya acabada, que también es una opción,o semielaborada, para acabarla en España y no tener que decir que todo es chino, y así se vende como europea", dijo, revelando la práctica general.

Varias empresas de la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria para Plástico y Caucho (IMAPC), con el apoyo del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), están concluyendo estos días una misión comercial directa en Beijing y Shanghai, donde visitaron la feria internacional del sector en el país, Chinaplas 2006.

En los pasillos de la feria, Jesús García, representante de la empresa valenciana Mayper (Materia Prima y Periféricos para la Industria del Plástico), coincidía con Marsé: "no nos queda alternativa, es pan para hoy, y mañana no sabemos qué tendremos", reconoció.

"Los fabricantes chinos son muy peligrosos, pueden hundir nuestro sector en Europa", opinó Marsé.

"Son serios en las entregas, y aunque no tienen acabado todavía, lo van mejorando poco a poco", añadió Francisco García, técnico mecánico de Mayper, que el único futuro que le ve a su sector en España es "ponerle muchas velas a la Virgen, porque se espera una sacudida buena".

"El problema es que los fabricantes europeos de plástico ahora están produciendo aquí en China, y les están enseñando (a los industriales chinos)", señaló Jesús García. "Pronto fabricarán ellos aquí (componentes periféricos para la industria del plástico, los chinos), y entonces veremos con qué nos encontramos nosotros".

García teme que una vez desplazada la producción europea del plástico a China, se rompa su red de representantes y el tejido industrial en el que las empresas de periféricos españolas están insertadas, "no sé si podremos recuperarlo", dijo.

Con todo, no se plantean seguir hasta China a sus clientes, los grandes fabricantes, como hacen otras empresas pequeñas y medianas españolas en otros sectores, si se llegara a consumar su traslado al gigante asiático.

"Es imposible", opina Marsé, "aquí se pueden posicionar las empresas grandes; las empresas pequeñas, familiares, como las nuestras, no pueden".

"Para el pequeño industrial es muy difícil, porque no tiene infraestructuras ni capital. Sí para venir y comprar máquinas, pero no para montar aquí un sistema tan grande como el que tenemos en casa", insistió Jesús García.

"Esta situación sólo hará daño en realidad a los pequeños, porque los grandes ya bien posicionados en Europa sobrevivirán", opinó Francisco García.

"Los gigantes europeos se aliarán con los productores potentes de China", añadió Antonio García. "Europa se quedará para aportar tecnología", dijo, dando a entender que toda la fabricación acabará por trasladarse a países emergentes con precios de producción más competitivos.

"Esperemos que con el tiempo suba el nivel de vida en China y aumente el precio de sus máquinas, pero da lo mismo, entonces los fabricantes se irán al sudeste asiático" indicó el director general de Mayper.

Jesús García sintetizó la rápida evolución del sector en China comparándola con la historia de Chinaplas en Shanghai: "hace ocho años vine por primera vez, y se hacía entre un edificio viejo y una calle peatonal, donde estaban ya los ocho o diez grandes industriales europeos de maquinaria de plástico", recuerda.

Este año la feria celebra su edición número veinte, con cerca de 1.300 expositores de 30 países y regiones, un espacio de 92.000 metros cuadrados de muestra y un millar de máquinas en funcionamiento para las demostraciones.

Fuente: Terra