Entrevista a Josep Cano i Damunt, director de LoftBCN y artífice de Loftcowork
8 de julio de 2011
El coworking es todavía poco conocido en España. ¿Cómo entran en contacto por primera vez con esta forma de trabajo?
A decir verdad, nosotros no entramos en contacto con el coworking, sino que de una forma muy natural, el coworking entró en contacto con nosotros y se coló en nuestro estudio. En realidad, hace 6 años, cuando decidimos comenzar otra clase de aventura empresarial, estábamos buscando un espacio con las mismas características que hoy ofrecemos: puestos de trabajo baratos, compartidos, de diseño, bien localizado, con prestaciones comunitarias, salas de reuniones, … ¡y no existía nada de esto! Tiempo después vimos que existía una corriente europea que pondría en marcha lo que hoy se conoce como coworking, que en el fondo era una necesidad latente del mercado laboral, de la pequeña empresa, del freelance y de todo aquel profesional que no necesita excesos económicos ni preocupaciones.
¿Cómo y cuándo nace Loftcowork?
Nosotros originariamente somos un estudio de arquitectura interior y diseño de mobiliario que decidió expandir sus oficinas hace ya un año. Necesitábamos más espacio para nuestra actividad, y el local adyacente a la oficina había quedado vacío. Sin embargo, era demasiado grande, pero nos encantaba y por ello decidimos invertir, reformar el espacio a través de un proyecto unificador de los espacios con nuestro propio estilo y diseñar también el mobiliario, creando así un espacio muy singular, dándole una doble dimensión. Un espacio que ocupa nuestra actividad en el que se encuentran 5 puestos de trabajo y otros 12 puestos son para nuestros coworkers. Las sinergias que se crean y que se pueden llegar a crear son espectaculares; somos una empresa 2.0, la evolución de las redes sociales.
Esta iniciativa, ¿está inspirada por alguna experiencia de coworking que hayan conocido?
No es una idea que surja de otra idea, sino de un cúmulo de experiencias previas que se fueron almacenando en nuestros subconscientes hasta que, como ya dije, de una forma muy natural la ocasión llegó a nosotros. Fue en ese momento cuando hicimos acopio de información acerca de los coworkings en España y Europa, su funcionamiento, gestión, prestaciones y servicios, y vimos muy claro que la situación antes mencionada en la que nos encontrábamos encajaba perfectamente con esta filosofía. Haciendo algunos cálculos nos dimos cuenta de que era rentable y apostamos firme con una gran inversión que ya está dando sus frutos.
¿Qué modalidad de espacios podemos encontrar en Loftcowork?
Ante la imposibilidad de tener tantas modalidades como necesidades tienen nuestros colaboradores hemos estudiado 4 paquetes que abarquen en la mayor medida posible todas las expectativas laborales; desde los 95 euros hasta los 275 se encuentran paquetes de 10 días mensuales, turnos de mañanas de 5 horas, de tardes, jornadas completas, y en todos ellos la posibilidad de elegir entre dos tipos de mesa: la individual (en el altillo de nuestro gran loft, siendo un espacio más íntimo y recogido) y la compartida (pensada para dos personas aunque físicamente entrarían hasta 4 dependiendo de la actividad).
¿Qué servicios básicos ofrecen a sus clientes?
En realidad no son nuestros clientes, somos sus colaboradores, es parte de la filosofía coworking. Los servicios básicos son, aunque suene trivial, todos: desde el espacio de cocina con microondas y nevera, hasta servicios de paquetería y domiciliaciones fiscales y sociales, pasando por la climatización, la sala de reuniones con pantalla TFT de 32”, servicio de impresión, Internet, telefonía, taquillas guarda-enseres, amplias estanterías, espacios de almacenaje bruto y una plantilla inmejorable que mima a cada uno de los coworkers (Rafa López). Somos una gran familia de 9 hermanos, si alguno quiere quedarse un poco más a trabajar fuera de horario, podemos hacer la vista gorda.
Todo lo anterior metido en un lugar emblemático con forma de ‘loft a la catalana’, el antiguo silo de textiles de Can Felipa, en el corazón del Poblenou, al lado del 22@.
¿Cómo se refleja en el mobiliario y en sus equipamientos el trabajo compartido?
Todo el mobiliario es diseño propio. Nuestro bagaje como arquitectos ha sido crucial para entender y llevar a cabo la reforma. Sabíamos qué queríamos y cómo lo queríamos. Le pusimos el ‘sello’ de nuestro estilo al espacio. Está bañado en la estética LoftBCN: el ladrillo visto, el minimalismo, el monocromismo, el acero, el jugar con las dobles alturas… Ni qué decir tiene que las mesas son enormes y los enchufes están escondidos. Están diseñadas como si fuesen para nosotros: mucho espacio para los planos impresos y escondites para esas odiosas madejas de cables que se forman entre ordenadores.
Compartir espacio con otras empresas proporciona también la oportunidad de establecer sinergias… Pónganos algún ejemplo
En un primer momento pensamos en la posibilidad de seleccionar a nuestros colaboradores intentando que todos ellos tuvieran relación con el mundo del diseño. Sin embargo, ahora nos estamos dando cuenta de que la mayor sinergia se produce en la disparidad de competencias y no al contrario. Es claramente un liquen, así como una simbiosis entre un alga y un hongo; los dos tienen algo que el otro necesita para hacerse más fuerte. Aparte de este intercambio laboral al cual no podemos poner cara por ser discretos para con nuestros coworkers, existe un intercambio ideológico incluso más interesante entorno a la máquina de café: “Si tú tienes una manzana y yo un plátano y los intercambiamos; tu tendrás un plátano y yo una manzana. En cambio, si tú tienes una idea, y yo otra, y las intercambiamos, lo dos tendremos dos ideas”. Toda diferencia causa sinergia y no competencia.
¿Estar situado en el 22@ ayuda?
Para serte sincero, de una forma directa, no. De forma indirecta, sí. Me explico. El 22@ es un hervidero de empresas consolidadas (pocas hay de pequeña envergadura o nueva creación hablando en proporción y dentro del marco económico en el que nos encontramos) y hoteles de lujo. El tráfico empresarial en la zona es muy activo, pero desde mi punto de vista es un amago de la ‘City’ londinense. Sin embargo, gracias al 22@ como ente, se ha generado una infinidad de comunicaciones, infraestructuras y pequeños negocios que pueblan y enriquecen la zona, convirtiendo todo el Poblenou en el lugar idóneo para compaginar vida y trabajo. Nuestros colaboradores son un claro ejemplo de ello. ¡Además estamos a 15 minutos a pie de la playa!
De momento, ¿qué acogida está teniendo su iniciativa? ¿Se plantean ampliar el negocio con otros espacios?
Como todo negocio, cuesta arrancar y más aún en estos tiempos, pero con el auge que se está generando en estos últimos años entorno a los coworks en España (algo que en Europa se está desarrollando hace años), pretendemos estar en unos meses en la cresta de la ola. Ahora tenemos cola para que nos vengan a visitar y dentro de poco la tendremos para que vengan a trabajar. Nuestro pronóstico es muy prometedor a la vez que realista y los tres meses que llevamos abiertos nos lo han confirmado. No somos ambiciosos en exceso. Nos mantendremos en esta situación para mantener nuestro producto como exclusivo, sin embargo no descartamos extender nuestra filosofía a otras ciudades emergentes de la Península.