Entrevista a Jorge Zanoletty, presidente World Office Forum

Cuando escuchamos a los ponentes sobre sostenibilidad el pasado mayo, durante la celebración de World Office Forum de Madrid, y conocimos un poco a fondo la nueva normativa europea, Energy Performance of Buildings Directive, nos dimos cuenta de que trabajar sobre esta cuestión era más urgente de lo que la mayoría piensa. Y también de que el nivel general de conocimiento sobre sus diferentes aspectos y su propia urgencia está bastante limitado a los expertos. Así que creímos interesante hacer una labor proactiva de divulgación.

Barcelona tiene un mercado de oficinas del volumen suficiente para que estos planteamientos atraigan a muchas personas y la ciudad siempre ha tenido una vocación europea e innovadora, así que creemos que es un terreno fértil para sembrar una nueva forma de pensar con carácter general. Nos atrevemos a pensar, además, que el debate sobre la sostenibilidad de los edificios de oficinas es extensible a la concepción integral de ciudad sostenible. Esta última es una discusión que hemos procurado incluir en nuestro programa por medio de presentaciones (Smarter Cities de IBM) y una mesa redonda al efecto.

Nuestro ideal es que no solo la audiencia aprenda de los ponentes, sino que ‘todos aprendan de todos’, porque cada uno en su profesión acumula dosis de experiencia que son útiles para la comunidad. Por supuesto nuestra ocupación primordial es elaborar un programa interesante, con cierta inclinación a la exigencia. Quiere ello decir que no pretendemos la mera divulgación de ideas básicas, sino que realmente buscamos profundizar en conocimiento avanzado, que permita a todos cuanto menos adivinar dónde están los límites de nuestro trabajo y las exigencias de esta cuestión en el futuro más inmediato. En resumen, sí se pretende que los asistentes aprendamos, pero también se presupone una vocación de esfuerzo en cuestiones de alto nivel profesional.

No es cuestión de pararse o no sino de avanzar en la dirección correcta. Dos cuestiones relacionadas obligan a ello. De una parte, cada vez más inquilinos, los globales sobre todo, exigen edificios sostenibles como única opción, porque lo vinculan a su reputación corporativa. Ello hace que la demanda de espacio en este tipo de edificios esté creciendo por encima de la demanda general. Y, unido a ello, los inversores, conscientes de ello, cada vez se inclinan más hacia la compra de edificios que cumplan con la nueva normativa. Ello va a obligar no sólo a promover más edificios sostenibles y a reformar los existentes para hacerlos más eficientes. Precisamente la sostenibilidad es una defensa contra riesgos futuros.

En las oficinas la eficiencia energética es clave. Los equipos informáticos generan calor y en ciertos climas la insolación se suma a ello. El combate clásico es a base de subir el aire acondicionado. La climatización es responsable de una gran parte del consumo energético de un edificio y reducir su consumo un reto. Pero efectivamente, la idea de sostenibilidad engloba no solamente el consumo de la energía propia del edificio, sino la que utilizan los trabajadores en sus desplazamiento o incluso, como se valora a través de los estudios de LCA —Life Cycle Assessment— la que se utiliza en su construcción o su demolición en su momento. Todo ello debe ser evaluado e idealmente mejorado.

Carlos Alonso va a desarrollar una comparativa entre las certificaciones LEED y BREEAM. Efectivamente la certificación es importante porque permite a usuarios o inversores, por ejemplo, evaluar sus decisiones con unos ciertos baremos universales. En cualquier caso, creemos que la certificación debe tomarse como un ‘punto de partida’ en cuanto al continente de la actividad profesional. Debería complementarse con una gestión proactiva hacia la eficiencia y una educación de la fuerza de trabajo que trasmita un respeto creciente hacia el medio ambiente, a nivel profesional y personal.

Creemos que fabricantes, gestores —facility managers— y arquitectos han asumido en general el reto, aunque hay mucho trabajo a hacer y aproximaciones muy diversas. Creemos, por ejemplo, que un cierto nivel de ahorro no despreciable puede conseguirse con medidas de inteligencia, informática como por ejemplo desarrollará Cisco Systems, en las que la relación entre inversión y ahorro es muy baja y podrían acometerse casi de inmediato. Es probable que propietarios y usuarios se encuentren más abajo en la curva de aprendizaje.

A todos los profesionales del sector. Existe una cierta presunción de que la sostenibilidad de este tipo de edificios es una ‘cuestión técnica’. Ciertamente hay un componente tecnológico y de innovación. Pero las implicaciones financieras —por cuestiones de alquiler o inversión— o de gestión son de tal calibre que yo recomendaría a directores generales o presidentes de las compañías propietarias que no se diesen por satisfechos con que su director técnico ya conozca estos temas. Su implicación, en aspectos tales como la reputación corporativa o la pura cuenta de resultados en un entorno de costes energéticos crecientes, obliga a que todos los profesionales aprendan, aprendamos, porque la trascendencia de esta cuestión no hará sino crecer en el futuro. Así que, WOF Green Office está dirigido a todos, desde responsables máximos a gestores, técnicos, arquitectos, usuarios y todo tipo de asesores.

Hacer de la sostenibilidad una parte de su agenda profesional y un objetivo de formación continua. Para ello es importante intentar estar al día de los últimos desarrollos y adelantos, qué hacen otras compañías, competidores incluidos, y conocer a la gente con la que trabajar para avanzar en la dirección correcta. ¡Networking, siempre networking!