Entrevista a David Lázaro, director de Ingeniería y Sostenibilidad de CB Richard Ellis en España
15 de diciembre de 2009
El pasado mes de septiembre, las oficinas de la planta 24 que la consultora CB Richard Ellis tiene en la Torre Picasso de Madrid, obtenían el certificado Leed de Oro en la categoría de CI – Commercial Interiors. Se convertía así en en la primera oficina Leed Oro de España y la primera oficina Leed CI de interiores Oro de Europa. El equipo de Interempresas TV visitó las instalaciones acompañados por David Lázaro, director de Ingeniería y Sostenibilidad de la consultora, que nos explicó en qué se basa este certificado y qué ha supuesto para la empresa diseñar las oficinas siguiendo sus parámetros.
Para empezar, una breve presentación del Leed...
El Leed —Leadership in Energy and Environmental Design Clasificación—es un estándar voluntario, ideado por el US Green Building Council o Consejo de Construcción Verde Americano, que consiste en un sistema de clasificación de edificios en base a una serie de criterios. El principal criterio Leed es el de ‘liderazgo en energía y desarrollo sostenible’. Y lo importante del Leed son los beneficios que consigue y las repercusiones que tiene.
El Leed, en diferentes versiones
- Core and shell: se refiere el núcleo y el envoltorio del edificio
- New Construction: para edificios de construcción
- Existing building: el desarrollo del Leed en un edificio ya existente
- Commercial Interiors: interiores, por el que CB Richard Ellis presentó su oficina de la planta 24.
Asimismo, existen otras modalidades, como ‘Hospitales’ o ‘Casas’ que en España tienen de momento poco impacto, según apunta David Lázaro. Además, en cada versión se puede optar a 4 niveles:Platino, Oro, Plata y Certificado.
Ustedes se propusieron certificar Leed una oficina preexistente...
Sí, la versión por la que optamos desde CB Richard Ellis fue la de ‘Commercial Interiors’. Ello supone implantarse en un edificio que no es Leed pero que la adecuación de interiores se hace de acuerdo al estándar del Leed. Este estándar hace referencia a 5 factores importantes: localización, el uso del agua, ahorro de energía, calidad del interior y reutilización de los materiales.
La localización hace referencia al hecho que, cuando una empresa decide implantar su oficina en un lugar u otro se favorezca o priorice un emplazamiento sostenible en cuanto a localización, que no se deba hacer 40-50 kilómetros para ir a la oficina (tanto en el trabajo diario como durante las obras), favorecer conexiones al transporte público, que exista la posibilidad que los empleados vayan en bicicleta (con un lugar para dejarla y un espacio para ducharse y cambiarse, etc.), todo ello puntúa.
Pero el Leed no sólo se preocupa por dónde te implantas: también mira el ahorro y el uso racional del agua. El aprovechamiento de aguas grises para determinados procesos, la mejora de captación de agua de lluvia, etc.
Y también hace especial hincapié en el apartado de energía y atmósfera. Tengamos en cuenta que los edificios son grandes consumidores de energía, por lo que todo lo que esté relacionado con prácticas de ahorro de energía está muy bien valorado.
Otro aspecto es la calidad del interior. Aquí se tratan aspectos no sólo relacionados con la calidad del aire sino también en cuanto al acceso de los empleados a la luz natural, que haya una buena reflexión, sin divisiones, que todos tengan un espacio razonable alrededor, un buen control de la temperatura y la luz que incide en la oficina, etc.
El último aspecto es la reutilización de los materiales y recursos. Es decir, si en la empresa existe la política de no reutilización de materiales, no va a puntuar, pero si se reutiliza parte del mobiliario ya existente en la nueva implantación, o bien se utiliza material con contenido reciclado, está muy bien valorado. Por ejemplo, existen fabricantes que apuestan por esta línea y parte de sus productos cuentan con un 40% de materia prima reutilizada, que procede del poscompostaje, etc. Esa es la idea que persigue el Leed.
¿Qué supuso para CB Richard Ellis tener en cuenta estos factores?
Para nosotros el Leed fue un estándar de diseño, una forma de construir de manera sostenible y más racional nuestras oficinas. De hecho, hemos constatado, solamente siguiendo el manual de diseño Leed, ahorros importantes en cuanto a consumos energéticos. Comparado con nuestros compañeros de la planta 27 de esta misma Torre Picasso, consumimos un 50% menos de energía eléctrica, lo cual es muy importante y, al mismo tiempo, tenemos una mejora del aire interior, una mayor productividad junto con una disminución del absentismo, una menor rotación...factores en definitiva que no son tan objetivos como la factura eléctrica pero que también son importantes. Y hay estudios en el mercado norteamericano, más maduro que el nuestro, que así lo constatan.
En esta oficina hemos implantado medidas como el control de iluminación de luz natural, favoreciendo un ambiente claro, con un alto índice de reflexión para aprovecharla al máximo, sistemas de iluminación artificial y sistemas de monitorización de los índices de CO2 en función de la ocupación; es decir sólo ventilamos en función de la gente que hay y no de forma permanente siguiendo un horario. También hemos implantado sistemas de bajo consumo energético, en parte gracias al uso de portátiles.
Además, es importante también destacar la racionalización del espacio. Hemos diseñado la oficina con muy pocos despachos; sólo dos; más dos salas de reuniones, para contar con más espacio común en la zona de trabajo, no hay compartimentación pero, en cambio, sí tenemos pequeñas salas para realizar llamadas que no requieran mucho tiempo y para cuando no sea necesario ocupar una sala de reuniones. Es una forma de ganar en privacidad y evitar, a la vez, la emisión de ruido durante la conversación. En este sentido, también el tratamiento de paredes y techos está pensado para reducir el eco y las reverberaciones que podrían darse en un espacio tan diáfano como esta oficina.
Otro factor importante es el relacionado con el CPD. En esta planta no tenemos una sala de ordenadores constantemente ventilada sino que nos comunicamos mediante fibra óptica con la planta 27. Si descontáramos ese efecto, probablemente hablaríamos de un ahorro energético del 30%, aunque en la factura eléctrica es del 50%. Esto significa que las medidas que nosotros hemos aplicado impactan en un 30% de reducción de consumo frente a una oficina tradicional. Y esa es la idea del Leed. No se persigue únicamente el certificado por sí mismo, sino que se logran claros beneficios.
Si es optativo... ¿por qué CB Richard Ellis quiso certificar la oficina?
Porque representa una clara identificación de un mercado, probablemente ahora emergente, pero que será importante y al que nos queremos dirigir. Muchas de las grandes sedes que ahora se están construyendo son Leed o buscan la certificación Leed. El proyecto del BBVA es uno de ellos y podemos contar entre 30 y 40 otros proyectos que buscan esta certificación. Y es un posicionamiento de marca. Por ejemplo, Nokia sólo se emplazará, por política corporativa y responsabilidad social, en oficinas Leed. Y también es una apuesta estratégica por diferenciación, claramente, pero nos hemos dado cuenta que también tiene un ahorro de costes importante: amortizamos nuestros costes al quinto mes.
Está claro que plantearse el diseño de una oficina supone un esfuerzo de por sí, pero si además se quiere lograr espacios abiertos, luz natural y zonas comunes sin perder ni un ápice en productividad, cumpliendo a la vez con los requisitos Leed, el reto es todavía mayor. David Lázaro y todo su equipo lo afrontaron y a la vista están los resultados. Sin embargo, hay detalles que se escapan al visitante ocasional como el suelo, realizado en linóleum natural, fácilmente renovable, que ofrece además una mejor calidad del aire interior: “si lo comparamos con una moqueta, por ejemplo, reduce, y mucho, la presencia de ácaros y polvo y facilita su limpieza”, nos explicaba.
En cuanto a la iluminación, destaca el sistema de control de ésta que garantiza la mínima luz exigida, aumentando la luz artificial en función de la iluminación natural que entre. “Adicionalmente, cada lugar de trabajo cuenta con unos flexos por si alguien necesita más luz. Además, contamos con estores en las ventanas para regular también la intensidad. Por otra parte, el color mayoritario es el blanco para asegurar la mejor reflexión”.
En la zona más productiva se fomenta el espacio abierto, con mesas corridas, y que minimiza los costes de cualquier modificación en un departamento; basta sólo con cambio de puesto de trabajo. Por ello también se utilizan ordenadores portátiles, que, además, también consumen menos. Asimismo, este espacio abierto favorece la comunicación y permite que todo el mundo tenga acceso a la luz natural, “no sólo los privilegiados con despacho”. De hecho, sólo hay dos despachos y las salas de reuniones son internas, situadas alrededor del núcleo central del edificio, favoreciendo más el espacio.
Pero si toda esta planificación se ha echo a costa de ‘robar’ espacio común y optando por no tener grandes despachos, David Lázaro nos remarcaba que “este espacio ‘perdido’ lo ganamos en una zona más lúdica, para compartir, que tanto sirve para preparar las comidas como para hacer celebraciones internas. Es un espacio más informal dentro de la empresa, con mesa de ping pong, dardos y una Wii, que permite romper, sin necesidad de salir a la calle, con la rutina del trabajo”.