Las autopistas de peaje como instrumento para la recuperación económica y generación de empleo

El 22 de marzo, la Asociación Europea de Autopistas de Peaje (Asecap) ha celebrado un webinar sobre los planes de reconstrucción europeos, cuyas principales conclusiones han sido:

• Las autopistas de peaje pueden movilizar grandes inversiones y ser un instrumento clave para la recuperación económica y la generación de empleo. Ya antes de la crisis sanitaria y económica provocada por el COVID-19, las concesionarias de peaje en Europa invertían 7.000 millones de euros al año y generaban más de 5.000 millones de euros anuales en ingresos fiscales y emplearon a más de 50.000 personas.
• Las inversiones actuales necesarias en concesiones de autopistas de peaje se centran, principalmente, en dos de las prioridades identificadas por la UE: la transición climática (mediante la descarbonización del transporte), y digitalización. Actualmente el 81% de los pasajeros y el 75% de las mercancías en la UE se transportan por carretera, por lo que la carretera seguirá siendo el modo de transporte predominante en un futuro, así que deberemos adaptar nuestras instalaciones a los nuevos combustibles alternativos y a los vehículos eléctricos, conectados y autónomos. Esta movilidad inteligente tendrá efectos positivos en la seguridad del tráfico, la congestión y las emisiones de CO₂.
• Para afrontar estas inversiones, y dado que están enfocadas a la transición verde y a la transformación digital, deben ser perfectamente elegibles para ser financiadas con fondos Next-Generation. No obstante, de forma adicional o alternativa, también se pueden financiar mediante extensiones de los contratos de concesión de peajes vigentes o, cuando sea posible, mediante aumentos de tarifas.
• Las concesiones de peaje ofrecen muchos beneficios a los ciudadanos y a las Administraciones Públicas: permiten compartir riesgos entre los sectores público y privado; ahorrar fondos públicos que pueden destinarse a otras prioridades sociales (sanidad, pensiones o educación); anticipar la construcción de la infraestructura y sus beneficios -cuando no hay presupuestos públicos suficientes para acometerlas-; garantizando el correcto mantenimiento de las carreteras y una gestión eficiente y teniendo una clara orientación al usuario y al servicio.