Tecniberia considera que España se está quedando atrás en los instrumentos europeos de Cooperación al Desarrollo
Tecniberia, la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos, quiere señalar la falta de adaptación a la política europea de cooperación, la débil coordinación interministerial y el retraso de las entidades españolas en utilizar los instrumentos y modos de gestión europeos.
En el año 2007 las empresas españolas llegaron a ocupar la 4ª posición en las adjudicaciones de contratos asociados a los instrumentos de cooperación gestionados por la Comisión Europea. Con la introducción de la cooperación delegada y la financiación combinada o blending, que reparte el trabajo entre las agencias de cooperación de los Estados Miembros por sectores en países de rentas medias y bajas, la participación de las empresas españolas en proyectos financiados con fondos de cooperación europeos, ha ido disminuyendo consistentemente. Las ingenierías españolas, que eran líderes en las licitaciones de servicios de la Comisión Europea, han ido viendo cómo las oportunidades de negocio con la Comisión Europea disminuían cada año y crecían los proyectos financiados por la AFD (Agencia Francesa de Cooperación), la GIZ (Agencia de Cooperación Alemana) y la KFW (Banco de Desarrollo de Alemania), de acceso mucho más complicado y restringido.
En los últimos años, la Cooperación Delegada y el blending se han convertido en los instrumentos fundamentales para llevar a cabo la capacitación técnica y los proyectos en los ámbitos de infraestructura, energía, medioambiente y ciudades, en beneficio de las empresas de los países cuyas instituciones de desarrollo utilizan activamente estos instrumentos y se apoyan en sus empresas de ingeniería para la preparación y ejecución de los proyectos.
La utilización de estos instrumentos responde a la aplicación de la actual política europea de cooperación, alineada con la Agenda 2030 de Naciones Unidas, que tiene como objetivo potenciar la inversión privada y el desarrollo empresarial en los países de rentas medias y bajas. En este sentido, desde hace más de diez años, los países europeos, liderados por Francia y Alemania, han reforzado a sus agencias e instituciones financieras para el desarrollo con el fin de apoyar a sus empresas a invertir y ejecutar proyectos en estos países.
Como ejemplo, la Agencia Francesa de Cooperación AFD ha prácticamente duplicado su tamaño en los últimos 10 años, desde los 6.200 millones de euros en 2009 a los casi 12.000 millones de euros que gestiona en la actualidad. Dicho crecimiento se ha conseguido no sólo con financiación francesa, sino con fondos europeos e internacionales, logrando así posicionar a los inversores y las empresas francesas en África, América Latina y Asia en sectores estratégicos. Esta transformación en la cooperación brinda oportunidades de crecimiento a las propias agencias y también a las consultoras de ingeniería que les prestan ayuda para el estudio, diseño y apoyo a la ejecución de proyectos en sectores estratégicos.
En el caso de España, las dos principales instituciones acreditadas desde 2011 para gestionar fondos europeos son Aecid y Cofides. Hasta la fecha, los instrumentos europeos mencionados han sido muy tímidamente aprovechados en comparación con Francia y Alemania, lo cual supone un importante retraso y pérdida de competitividad para las empresas españolas en países y sectores altamente estratégicos a medio y largo plazo. A esta circunstancia se añade la falta de fondos propios españoles, no reembolsables, para la identificación y preparación de proyectos, con el fin de participar desde las fases más tempranas.
El Plan de Inversiones Exteriores de la Unión Europea, el principal instrumento de cooperación con los países de la vecindad europea y del África Sub-Sahariana es, en sí mismo, un instrumento de blending. Con una contribución de la Unión Europea de 4.100 millones de euros, se espera apalancar hasta 44.000 millones de euros en inversiones en estos países hasta el 2020. Aecid ha conseguido su primer proyecto dentro de la convocatoria de 2018, aunque con impacto nulo para el sector privado español, ya que la cartera de proyectos propuesta es del Banco Mundial.
A través del blending se están desarrollado proyectos tan emblemáticos como las centrales hidroeléctricas de Ruzizi en Ruanda y de Itezhi Tezhi en Zambia, los parques eólicos del Lago Turkana en Kenia y de El Zayt en Egipto, el corredor de Beira en Mozambique, la rehabilitación del eje carretero Great East Road en Zambia, la autopista East-West en Georgia, el Tranvía de Rabat en Marruecos, las secciones prioritarias de la alta velocidad de la ciudad de Túnez, el estudio de factibilidad del transporte público en Alejandría y la fase III del Metro de El Cairo, ambas en Egipto, el proyecto WATSAN para el abastecimiento y saneamiento en el lago Victoria en Uganda, el programa de abastecimiento de agua en Chisinau en Moldavia, la ampliación del saneamiento de Kafr El Sheikh en Egipto o la descontaminación del Lago Bizerte en Túnez, entre otros muchos. Estos proyectos han sido propuestos y gestionados por AFD y KfW, o en su defecto por el Banco Europeo de Inversiones o el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, teniendo como consecuencia que las empresas españolas hayan tenido muy escasa participación a pesar de su reconocimiento internacional.
La Unión Europea está planteando extender el Plan de Inversiones Exteriores a América Latina, lo cual, en lugar de ser una oportunidad para España, facilitará que las empresas francesas y alemanas la desplacen del mercado si no cuenta con una agencia de cooperación que realmente pueda asumir un liderazgo en este tipo de instrumentos.
En opinión de Tecniberia, la solución pasa por fortalecer a Aecid y Cofides y dotarlas de mecanismos, instrumentos y procedimientos que les permitan identificar, preparar y gestionar proyectos en sectores y países prioritarios para los intereses españoles y en los que puedan apoyarse en las empresas españolas líderes a nivel internacional a fin de generar economías de escala.
Desde Tecniberia se quiere recalcar que si España no aprovecha ya la oportunidad que ofrecen los fondos europeos serán otros los mercados que lo hagan en su lugar. También se insiste en que es necesario salvar cuanto antes este escollo para que las empresas puedan beneficiarse del crecimiento económico y de generación de empleo que les corresponde.