El triciclo eléctrico: un nuevo concepto en limpieza viaria
Los nuevos tiempos, caracterizados por las limitaciones impuestas por los presupuestos municipales y la exigencia de los ciudadanos, obligan a buscar nuevos conceptos, a cambiar el chip, en el sector de los Servicios Públicos. Los ayuntamientos, cada vez más tensionados económicamente y con escasas posibilidades de aumentar sus ingresos, se encuentran en la paradoja de contar con una población muy exigente, que demanda unos elevados niveles de calidad en los servicios de limpieza.
Por otra parte, las grandes urbes, con elevada población, grandes avenidas, elevados desplazamientos y amplias zonas de ocio, obligan a recurrir a la mecanización para poder alcanzar la limpieza en toda su superficie, siendo los tratamientos mecanizados actuales muy gravosos y con perspectivas de serlo aún más.
Hay que atender además a los nuevos criterios de movilidad, sostenibilidad, PRL, etc, si se quiere aspirar a prestar unos servicios de limpieza que los ciudadanos perciban como de calidad. Nuevos criterios que obligan a disponer de un equipamiento muy costoso, tanto en lo que respecta a su adquisición como a su operación, y sofisticado, que implica una especialización y una mayor remuneración para los operarios que los manejan.
Los Servicios de Limpieza Municipales se encuentran pues en una situación complicada para compaginar coste y calidad. Constantes recortes en los presupuestos destinados a los servicios públicos ponen en cuestión el poder alcanzar esos estándares ya asumidos por la población. Así, los municipios se están viendo obligados a reducir sus presupuestos tanto en grandes como en pequeñas ciudades, están reduciendo el número de personas destinadas a los servicios de limpieza e incluso se está dejando de recoger la basura algún día de la semana. ¿Cómo compaginar esto con el mantenimiento de los niveles actuales de limpieza?
Nos enfrentamos, por tanto, a un reto producido por las fuertes reducciones en los ingresos municipales y las limitaciones al endeudamiento que devienen en la necesaria contracción de los presupuestos municipales, situación que paradójicamente hay que compaginar con unos elevados niveles de calidad en los servicios públicos que prestan a sus ciudadanos. Todo ello limita también la realización de nuevas inversiones y obligará, y esto será relevante, a elegir tratamientos y procesos operativos muy eficientes y con bajos costes operativos. Superar este reto, adaptándonos a dicha situación, es el objetivo de los Servicios Públicos Municipales.
La solución pasa, sin lugar a dudas, por los conceptos ‘Smart’, acrónimo tan de moda en estos tiempos. No abundaremos aquí en su significado, pero lo podemos traducir de forma abreviada en “ser eficaces prescindiendo de todo lo superfluo”. Algo así como el Low Cost de los Servicios Públicos.
Los fabricantes de maquinaria de limpieza viaria: barredoras, baldeadoras, sopladoras, vehículos de limpieza, etc, también se enfrentan ya a la necesidad de atender a estas nuevas necesidades del mercado, por lo que deben pensar en realizar unos diseños con costes de producción y operación más reducidos, concibiendo unos desarrollos electromecánicos más sencillos y económicos, diseños que, sin embargo, han de mantener unas elevadas prestaciones, a la vez que deben permitir optimizar la administración de los recursos humanos. Todo esto se antoja indispensable para ser competitivos en un futuro inmediato.
En la cuenta de explotación de los Servicios Municipales de Limpieza el recurso humano siempre se ha traducido en un peso porcentual muy elevado, en torno al 70 e incluso 80%. Del mismo modo, en los servicios de limpieza viaria el barrido manual ha sido, tradicionalmente, el tratamiento de limpieza más empleado y el que mayores necesidades de personal ha requerido. Barrido manual que se ha realizado con un carrito de limpieza y diversa tipología de escobas y recogedores.
Los nuevos métodos de limpieza se traducen en aumentar la eficacia del barrido convencional pero reduciéndolo, incrementando otros tratamientos mecanizados, y modificándolo, al introducir el concepto de repaso.
En primer lugar, podemos afirmar que la suciedad de fondo, el polvo y los finos, son difíciles de barrer, máxime cuando el pavimento no es liso, por lo que se impone la necesidad de soplar/aspirar, con barrido mixto, o arrastrar, esto es, recurrir al baldeo mixto. Tratamientos que a día de hoy resultan muy costosos.
El reto con estos tratamientos es conseguir de los fabricantes, como dijimos antes, una maquinaria más eficiente, que permita una menor inversión y una operativa a bajo coste. Sin embargo, actualmente, se produce todo lo contrario, la maquinaria de barrido y baldeo es cada vez más costosa, más sofisticada y difícil de mantener.
El reto particular de los fabricantes es ese, conseguir mediante la simplicidad en el diseño, reducir los costes de adquisición de estos equipos, haciéndolos compatibles con la necesaria robustez que se les requiere por sus especiales condiciones de uso, y el bajo consumo. Mercado no les va a faltar puesto que los barridos y baldeos mecanizados se hacen cada vez más necesarios, al igual que resulta necesario reducir estos costes.
Y si esto lo conseguimos, lo que no es poco, una vez desaparecida de forma económica la suciedad de fondo, trabajando ya sobre un pavimento ‘limpio’, deberíamos tender a sustituir, siempre que podamos, el barrido manual por un ‘repaso’ consistente en retirar todos aquellos objetos que puedan aparecer en el suelo arrastrados por el viento, desde los desbordes de los contenedores o simplemente de los que se hayan desprendido los ciudadanos al no usar las papeleras: papeles, periódicos, revistas, cajetillas de tabaco, bolsas, botellas, etc… y que tanto condicionan la percepción de limpieza.
Este denominado ‘repaso’ representa un concepto distinto del barrido manual pero que sin embargo se le parece mucho, ya que lo que lo diferencia es la movilidad aumentada del operario de limpieza, movilidad que además debe conseguirse con un vehículo ágil, de gran accesibilidad, incluso con capacidad para moverse por acerados, económico, simple y de bajo coste de operación.
Lipasam pretende, a corto y medio plazo, transformar sus operaciones de limpieza y pasar de un trabajo intensivo en personal de barrido manual a unos trabajos caracterizados por los trabajos mecanizados y los ‘repasos’.
Centrándonos en el concepto de ‘repaso’, Lipasam viene colaborando con diferentes fabricantes y adquiriendo diversos triciclos eléctricos de los existentes en el mercado con los que viene realizando pruebas desde hace meses de forma experimental y en distintas aplicaciones con la intención de probar y desarrollar un triciclo eléctrico comercial, con distintas tipologías, para este tipo de tratamiento y otros tratamientos afines.
Las características básicas que se le exigían a este elemento de movilidad aumentada a bajo coste eran las de ser un vehículo que significara una inversión reducida, que fuera ligero, de gran movilidad, que se pudiera desplazar por lugares angostos, por el acerado e incluso por el carril bici, de gran simplicidad, que generara el menor impacto ambiental posible y con un bajo consumo operativo y de mantenimiento.
Tras los ensayos realizados con los diferentes equipos que se han ido adquiriendo, y con la experiencia acumulada, Maquinaria Grau ha diseñado en colaboración con Lipasam un triciclo eléctrico que, bajo la denominación SmartWorker, que responde a estas características.
El SmartWorker es un vehículo diseñado para la Limpieza Viaria que puede ser conducido por cualquier tipo de operario, no requiere ni especialización ni ningún tipo de carnet, dotado con los elementos esenciales de barrido manual -incluso puede transportar un carrito de limpieza viaria- y que aporta una serie de ventajas que lo hacen muy recomendable para los usos a que va a destinarse.
El vehículo cuenta con 2 motores eléctricos de 350W de potencia nominal y 500 W de potencia máxima, 2 baterías extraíbles de ión-litio de 36 V 10 Ah., 2 controladores LED independientes, está construido sobre chasis de aluminio, cuenta opcionalmente con puente trasero porta implementos, y viene dotado de serie con freno de disco delantero y frenos traseros de mordaza.
Posee suspensión en la horquilla delantera y en la trasera es ajustable. El asiento es regulable en altura, posee 3 ruedas de 20", luces tipo LED y timbre. Su peso, muy reducido, 62 kg, lo hacen, al igual que sus reducidas dimensiones, 1700x1004x1070 muy maniobrable.
Alcanza una velocidad de hasta 30 km/h, que habrá que limitar probablemente en ciudad por cuestiones normativas y dispone de una autonomía de hasta 50 km con la disposición de 1+1 baterías. Sus baterías solo necesitan un tiempo de carga de 4 a 6 horas.
Además el vehículo posee importantes ventajas a tener en cuenta:
- Permite disminuir costes de desplazamiento del personal hasta su zona de barrido. Lipasam gasta anualmente del orden de 300.000 al año por este concepto y mueve a más de 250 trabajadores a su lugar de trabajo diariamente.
- Permite disminuir pérdidas de tiempo en los desplazamientos. Los tiempos promedio de desplazamiento, al día, pueden estar en más de 45 min.
- Diseño simple y poco peso. Permite incluso transportar el propio carrito de limpieza.
- Movimientos con ausencia total de ruido.
- Ausencia total de contaminación. La reducción de CO2 a la atmósfera por la eliminación de los autobuses, puede estar alrededor de 50 t/año
- Mantenimiento y costes operativos reducidos al mínimo. Su consumo eléctrico es de 0,70 céntimos cada 100 km
Máxima versatilidad
Por otra parte la metodología de trabajo en barrido manual/repasos puede cambiar la forma de operar de una forma ciertamente relevante:
1. El operario accede a su zona de barrido de una forma rápida y económica ahorrando en costes de transporte y en tiempos de desplazamiento.
2. Desde el inicio de su jornada el operario ya cuenta con todas sus herramientas de trabajo, no tiene que buscarlas en su punto de destino (cuartelillos).
3. Su itinerario es susceptible de verse modificado de forma casi instantánea por necesidades del servicio o ante contingencias imprevistas.
4. El operario, que antes “no tenía por qué pensar”, ahora puede organizar su trabajo de forma selectiva, priorizando aquellos trabajos más relevantes de forma selectiva. El operario puede recorrer inicialmente su zona de barrido y proceder a seleccionar los puntos negros en los que iniciar su trabajo para atender por último las zonas más limpias.
5. El operario puede circular por los carriles bici, o incluso por el acerado, con lo que dispone de una visión directa y cercana de las zonas a limpiar, sin la interferencia que encontraría por los vehículos aparcados, u otros obstáculos visuales, si circulara por la calzada.
6. Su capacidad para circular por zonas de acerado, por callejones y lugares angostos permite compatibilizar el trabajo a pie con la movilidad, conjugando una rápida respuesta a las necesidades de limpieza de las zonas a barrer.
7. La ligereza del vehículo permite que sea empujado fácilmente, como un carro de barrido tradicional, permitiendo una gran flexibilidad en su uso diario.
8. Esta forma de proceder mejora la percepción que, del servicio, obtienen los ciudadanos, ya que el operario se hace más visible al aumentar su presencia en una zona de trabajo que recorrerá varias veces. Así el ciudadano puede verlo en varias ocasiones, o al menos aumentará la probabilidad de verlo cada día en la zona en la que desarrolla sus trabajos de limpieza.
9. Por otra parte nos encontramos con un vehículo muy sostenible desde el punto de vista ambiental, no emite ruidos y no contamina. Su vida no tiene por qué ser corta y posee bastante robustez.
10. El vehículo es muy polivalente, ya que se le puede dotar de diferente equipamiento para realizar diferentes tratamientos, incluso de baldeo en zonas de Casco Histórico o de Casco Antiguo, siempre que estas cuenten con bocas de riego.
11. Su diseño incluye opcionalmente una bola de remolque universal que le permite remolcar plataformas, incluso que las mismas sean volteables, para el transporte de cubos o de todo tipo de utillaje.
Un vehículo de esta naturaleza contribuirá a cambiar nuestra metodología de trabajo en cuanto a los trabajos de limpieza en la gran ciudad, cambiará la mentalidad de nuestros operarios y su forma de trabajar, y su diseño y aplicación corresponde además a los tiempos. Es moderno, requiere poca inversión, es polivalente, sostenible y sus costes operativos, consumo y mantenimiento, son mínimos. Esperemos que su aplicación final responda a las expectativas que va a despertar en el sector.