Futuro sostenible para las cuencas de carbón
El Consejo Europeo ha decidido prolongar las ayudas estatales a la minería del carbón hasta el año 2018, siempre que faciliten el cierre de las minas de carbón no competitivas, cuyo cierre fuera irrevocable. Las subvenciones al carbón ya se prolongaron en Europa en 2010, tras un periodo de negociaciones entre la Comisión Europea y los Estados miembros.
En diciembre de 2013, el plan de cierre español fue rechazado por la Comisión porque no preveía la clausura planificada de ninguna mina, pero en paralelo sindicatos, empresas del carbón y el Ministerio de Industria acordaban el Marco de Actuación para el período 2013-2018, que a día de hoy no se ha podido cumplir, fundamentalmente por ser incompatible con la normativa europea.
Acuerdo internacional
A esta multitud de nueva información, datos y evidencias hay que sumarle el reciente Acuerdo Internacional del Clima, por el que los gobiernos del mundo (195 Estados más la UE) asumieron en París el compromiso de contribuir con todos los esfuerzos necesarios para mantenernos lo más alejados posible del aumento de temperaturas de 1,5 ºC y reducir las emisiones a cero lo antes posible.
Cualquier política que vaya dirigida a impulsar el uso de cualquier combustible fósil será contraria a los acuerdos internacionales e irresponsable e insolidaria con nosotros mismos y nuestros descendientes por no responder a nuestra capacidad de actuación para frenar los impactos del cambio climático ni los daños a la salud.
Recientemente, el Gobierno en funciones del Partido Popular parece que ha alcanzado un principio de acuerdo con la Comisión Europea por el que se aumentan las ayudas directas a la extracción del carbón y en el que se incluirá por fin el plan de cierre de la minería. Pero para recibir estas ayudas, las compañías mineras tienen que ir reduciendo su producción de forma paulatina a partir de enero de 2017 con el objetivo de cesar en su actividad extractiva el 31 de diciembre de 2018.
La Comisión también ha confirmado que no habrá más subvenciones para el uso de este combustible fósil ni para su quema, ni para que las grandes eléctricas adapten sus instalaciones térmicas a las exigencias ambientales, ni para la extracción del mineral después de 2018.
A partir del 1 de enero de 2018 cualquier mina que haya recibido ayudas para su clausura tendrá que cerrar o devolver todo el dinero. Frente a este panorama, se va a fomentar la colaboración europea para exigir que cualquier ayuda vaya destinada a garantizar un futuro verde para las cuencas mineras, como la creación de empleos sostenibles, la sustitución de las energías sucias por las energías limpias, la mejora de la eficiencia energética o el consumo sostenible.