Minería de futuro

Inmersos en plena era digital, donde nuestra herramienta más útil en el día a día es nuestro teléfono móvil, donde la luz que llega a nuestros hogares está siendo cada vez producida de forma más sostenible y respetuosa con el medio ambiente, donde los automóviles de combustión están dejando paso a los eléctricos… estamos, sin duda, en una plena revolución tecnológica.

En este sentido, la minería tiene mucho que decir. La producción en masa de artículos de esta era, demanda una enorme cantidad de materias primas que en algunos casos se consideran críticas por su escasa abundancia. Sin ir más lejos, un teléfono móvil requiere, entre otros, litio y cobalto para la batería, oro y plata en las conexiones, estaño y plomo en las soldaduras, o aluminio y potasio para las pantallas.

Pero no solo eso, la producción de un automóvil eléctrico requiere aproximadamente de 15 kg de cobre, el doble que en un automóvil diésel, además de requerir litio y cobalto para mejorar la eficiencia de las baterías. Además, la descarbonización de la energía ha llevado a un auge exponencial de producción de energía renovable apoyada por la energía nuclear, con lo que ello conlleva en producción de minerales.

Las tierras raras son un conjunto de 15 elementos metálicos que componen el grupo de los lantánidos. Conocidos también como 'vitaminas para la industria' o 'el oro del siglo XXI', nos da a entender la importancia estratégica de estos elementos (Hoatson et al., 2011). Actualmente, China es el máximo exportador de tierras raras, suponiendo aproximadamente entre el 90% y el 95% del consumo mundial, mientras que en Europa se quiere acabar con esa dependencia produciendo estos materiales.

La península ibérica es una de las regiones europeas con mayor tradición minera debido, por supuesto, a su riqueza en el subsuelo. Es por ello que hay un enorme interés en investigación, y por lo que están apareciendo numerosos proyectos que impulsen la extracción de los citados elementos. Algunos de los ejemplos pueden ser el proyecto de Valdeflorez (Cáceres), que se convertirá en una de las mayores minas de litio en Europa; el proyecto de Retortillo (Salamanca), donde se extraerá uranio; el proyecto Toral (León) donde principalmente se extraerán plomo, zinc y plata; o la mina de Penouta (Ourense), donde ya se está extrayendo el famoso coltán (columbita-tantalita). Proyectos que se suman a los incesantes movimientos de la riquísima faja pirítica.

Las ventajas de la producción de todos los elementos de futuro son múltiples, no solo para la creación de riqueza en zonas muy deprimidas, sino que impulsarían el desarrollo de otras industrias que viven de estas materias primas sin la necesidad de importarlas.

En los últimos años, la industria minera ha mejorado notablemente en materias de seguridad y medio ambiente, evolucionando de manera exponencial a la industria del siglo XXI. Todo esto, apoyado por la legislación española y europea, garantiza que las empresas mineras sean responsables con los trabajadores y el entorno, a diferencia de gran cantidad de países donde actualmente se extraen todos estos elementos que utilizamos en nuestro día a día.

Una de las empresas que ayuda a fomentar esta revolución industrial es Geoplanning, una ingeniería geotécnica con maquinaria de sondeos mineros, y, la única en España con tecnología Sonic Drilling. Cuenta con un departamento de minería formado por profesionales con una experiencia de más de 20 años en el sector que entienden perfectamente el funcionamiento de la minería moderna, y que a su vez, prevén con entusiasmo un importante auge en este sector tan necesario para todos.