La Fundación Ascamm analiza la deslocalización y cómo afectará a las pymes del sector

Durante los últimos 50 años, el mundo ha visto cambios enormes en la composición de sus procesos de producción. La caída de los costes de transporte y comunicaciones, los rápidos cambios tecnológicos, la liberalización económica... todo ello ha facilitado el proceso de globalización. Todo ello ha intensificado los flujos de negocios a través de las fronteras y el proceso va afectando a cada uno de los eslabones de la cadena de aprovisionamiento. Algo que parecía impensable hace unos años era la deslocalización de los proveedores de productos intermedios de gran valor tecnológico, pero ya estamos asistiendo a este fenómeno. Este es el caso de los fabricantes de moldes y matrices.

En un estudio reciente de la U.S. International Trade Commission aparece el siguiente párrafo: “El principal fenómeno que afecta a la industria europea de la fabricación de utillajes es la migración de los clientes hacia países no comunitarios de bajo coste de producción y con mercados emergentes. Muchos clientes finales están desplazando su producción y sus proveedores de utillajes a países de la Europa del Este y asiáticos, particularmente China.” Así están las cosas, muchos países de bajo coste de fabricación han conseguido ya el suficiente desarrollo tecnológico como para poder atraer la producción de las cadenas de aprovisionamiento de casi todos los sectores industriales. Se trata de una corriente imparable en la que hay que aprender a navegar para mantenerse a flote, y (siguiendo con la metáfora) en muchos casos ello supondrá realizar cambios en la embarcación.

Ascamm lleva tiempo vigilando el avance de este tsunami, previendo sus efectos y estudiando las medidas preventivas que deberían aplicar las pymes del sector de los transformados plásticos y metálicos. Todas estas medidas tienen un obvio denominador común, la innovación. Una actitud de receptividad a los cambios y una aptitud creativa son los componentes que permitirán encauzar la empresa por las vías de la innovación hacia la competitividad en el mercado global. Lo que hace unos años eran oportunidades ahora ya se han convertido en necesidades.

La innovación en las empresas fabricantes de utillajes es una de las actividades vertebrales del Centro Tecnológico de la Fundación Ascamm Multitud de proyectos de I+D y transferencia tecnológica desde 1993 han apuntado en este sentido y han permitido mejorar la eficiencia de los procesos que se dan cita en este sector. Ascamm participa en la coordinación de un Proyecto Integrado con fondos de la Comisión Europea, Eurotooling 21, formando un consorcio de treinta y cuatro socios de diez países europeos. El proyecto pretende incrementar el valor tecnológico añadido de las empresas europeas fabricantes de utillajes (producción de moldes para inyección integrada de grandes volúmenes de piezas complejas de plástico, micro inyección y moldes de precisión, producción de utillajes para pequeños volúmenes de grandes piezas, etc.).

Otro de los proyectos europeos liderados por Ascamm es “PLASTeam: Competitive Research and Innovation for the European Plastics Processing Supply Chain” (www.plasteam.org). Se trata de una iniciativa subvencionada dentro de la convocatoria de “Economic and Technological Intelligence” del Sexto Programa Marco que dura dos años y con un consorcio de diez países. El proyecto pretende conseguir la aproximación de los centros de investigación a las necesidades reales de la industria, concretamente de la cadena de los transformados plásticos. El objetivo final es involucrar a las pymes (moldistas en gran parte) en proyectos de subvención europea. La participación en este tipo de proyectos supone para las PYMEs un posicionamiento estratégico de cara a la innovación; se trata de una gran oportunidad para aquellas empresas que quieran dar un paso hacia la incorporación de tecnologías emergentes y la internacionalización. El proyecto está abierto y todas las pymes que estén interesadas pueden apuntarse a la experiencia contactando con Ascamm.

Este tipo de proyectos basados en el desarrollo y transferencia de nuevas tecnologías hará posible que las empresas innovadoras que las incorporen tengan muchas posibilidades de mantenerse en sectores altamente selectivos (aeronáutica, médico, etc.). No obstante, la apuesta tecnológica suele conllevar un alto coste y no estará al alcance de todas las empresas. Es por ello que hay que ser realista y prever más medidas ante la tendencia deslocalizadora. La alternativa a la apuesta tecnológica es, obviamente, la evolución hacia nuevos modelos de negocio, y es aquí donde la subcontratación jugará un papel relevante.

El rol que desempeña la subcontratación ha ido creciendo en importancia en las últimas décadas. Hoy en día, en nuestro sector, se trata de un mecanismo muy eficiente para la organización de la producción industrial mediante el establecimiento de acuerdos de cooperación entre varias unidades complementarias de fabricación, es decir, entre el contratista principal y varios subcontratistas o proveedores.

Hasta ahora las pymes de la cadena de los transformados plásticos y metálicos han venido haciendo uso de la subcontratación obedeciendo a dos criterios básicos: capacidad y especialización. En el primer caso se subcontrata cuando no se tiene capacidad para afrontar toda la carga de trabajo y en el segundo se subcontrata cuando no se dispone de la tecnología o la experiencia para desarrollar un determinado trabajo. Una subcontratación no debidamente analizada puede hacer que el proyecto se descontrole totalmente e incluso que el balance económico final sea negativo. A veces, ante la presión de las fechas de entrega, se llegan a subcontratar procesos vertebrales (como la concepción y el diseño) con lo cual el contratista deja de imponer su verdadero know-how y el producto final no obedece a su impronta.

Ascamm ha iniciado una línea de investigación en “subcontratación inteligente”. Este es un concepto ambicioso que pretende introducir criterios de racionalidad científica en los modelos de subcontratación que se lleven a cabo en las empresas de nuestro sector. Para ello se parte de un estudio profundo de las últimas teorías de outsourcing, potenciando el vector de colaboración que entraña este concepto y haciendo hincapié en los beneficios más realistas para nuestras empresas: reducción de costes y tiempos, aumento de la calidad, mecanismo eficiente para responder a las fluctuaciones de la demanda, acceso a regiones con crecimiento potencial, transferencia tecnológica, mitigación de riesgos, etc.

En esta línea, y de manera más pragmática, Ascamm esta desarrollando en colaboración con la empresa PLASTIA (www.plastia.com) herramientas que hacen posible una subcontratación más eficiente. Se trata de entornos de trabajo colaborativo vía web, orientados a la planificación y control de las actividades subcontratadas. Estos entornos disponen de herramientas de soporte a la toma de decisiones basadas en inteligencia artificial; son sistemas expertos que ayudan al usuario a la hora de decidir que tarea subcontratar, quien es el subcontratista más recomendable, cual es la estimación de tiempos de entrega, etc. Estas aplicaciones hacen buen uso de los históricos de subcontratación de la empresa, un conocimiento muy desaprovechado por la mayoría de ellas.

Finalmente, Ascamm está incorporando en esta línea de investigación en subcontratación la posibilidad de participar de un nuevo modelo de negocio que pretende incorporar un acceso eficiente y fiable a las empresas de países de bajo coste de producción. Ello será posible mediante lo que se denominan “electronic brokerage systems”. Estos sistemas utilizan las ventajas de Internet para permitir colaboraciones B2B con las empresas de estos países. Ascamm y Plastia están lanzando una propuesta de proyecto europeo (Collective Research) en la que se lleva a cabo una interesante experiencia piloto con empresas chinas fabricantes de utillajes.