Entrevista a José Miguel Guerrero, presidente de la Asociación de Empresas del Comercio e Industria del Metal de Madrid (AECIM)
29 de noviembre de 2011
Con motivo de las elecciones del pasado domingo, José Miguel Guerrero, presidente de la Asociación de Empresas del Comercio e Industria del Metal de Madrid (AECIM), relata en esta entrevista cómo influirán los resultados en las pymes, en particular en el sector del metal, las consecuencias del cambio de gobierno, la propuesta de medidas para el nuevo gobierno y las peticiones desde la patronal y ostros aspectos de interés cómo los nuevos tipos de contratos, la negociación colectiva, la valoración de las propuestas de austeridad de los candidatos o de su opinión sobre las medidas de otro gobierno para bajar la cifra de paro, y especialmente en el sector del metal.
¿Cómo piensa que influirán los resultados del 20N en las pymes y en particular en el sector del metal?
En las pymes se va a acoger bastante bien; porque en definitiva. Según la campaña del partido ganador de las elecciones, le va a da un carácter de importancia al mundo de las pymes y a las adversidades que tiene que superar cada día.
Por extensión, en lo que se refiere al sector del metal, me gustaría que el gobierno apostara definitivamente por un cambio de modelo productivo dado que en el actual no hemos decir mucho.
Durante la campaña se oyó hablar del tema del contrato único...
Opino que tal y como está la tasa de paro en España, teniendo en cuenta que hay casi 5 millones de parados, lo que es evidente es que algo no hemos hecho bien. Desde mi punto de vista, hay que dinamizar tanto la entrada como la salida al mercado de trabajo, y ¿cómo ha de dinamizarse? Los actuales 46 modelos de contrato dificultan la dinamización de entrada en el mercado laboral, lo que implica que se debería reducir de manera sustancial estos 46 modelos a los 6 ó 7 que se habló, con medidas concretas, prácticas, y útiles para que las empresas los implementen.
En lo que se refiere a la salida, personalmente considero que la indemnización o el coste de la salida del mercado laboral es excesivamente gravoso para las empresas y esto es un poco lo que se está poniendo en evidencia en los tiempos actuales. Por lo tanto yo creo que habría que aplicar a la salida lo que se habla en el contrato único: indemnización máximo de un año y 12 mensualidades, generalizando siempre como se ha dicho desde CEOE, CEPIME y AECIM, manteniendo los derechos adquiridos de los trabajos y en definitiva conseguir más dinamismo en el mercado de trabajo. Debemos establecer un marco muy ágil en la entrada y evidentemente también en la salida del mercado laboral.
¿Que significaría sacar a las pymes de la negociación colectiva?
Creo que existe un gran desconocimiento en general de lo que es la negociación colectiva. La estructura de la negociación colectiva que se ha llevado a cabo en España ha dado resultados fructíferos en los últimos años. Bien es cierto, que en la actual circunstancia de crisis que vivimos, hemos de acercar la negociación colectiva a las empresas en determinadas materias. Creo que en este sentido, cualquier empresario está de acuerdo en que es positivo discutir aquellas materias que afectan al día a día de la empresa, en el seno de la propia empresa.
Dicho lo cual, lo que también es cierto es que existen millares de pequeñas y medianas empresas que no tienen ni capacidad, ni interés, ni medios para establecer una negociación colectiva y es en este caso en el que considero que las organizaciones empresariales jugamos un papel importante. Debemos facilitar a la pyme esta negociación pero sin demonizar lo que hasta ahora ha sido, teniendo como premisa el acercamiento a la empresa, no se puede de ninguna manera dejar la facultad y el poder de negociación de miles y miles de pymes sin cobertura. Con lo cual, las organizaciones empresariales deben jugar un rol determinante aquí, facilitando a este tipo de empresas esa negociación colectiva que ni tienen interés ni capacidad para llevarla a cabo sin olvidar que esa negociación colectiva se acerque lo máximo posible a las empresas.
En general la negociación colectiva se estructura comúnmente en base a sectores, en este caso AECIM representa un papel fundamental para facilitar y apoyar a las empresas de su sector.
¿Cree que con el cambio de gobierno se dinamizará el mercado y la economía?
Uno de los principales problemas de la situación actual económica es la credibilidad, en referencia a llevar adelante las políticas que faciliten y desarrollen el trabajo del emprendedor y de la empresa. Parece que ante un proceso electoral, de entrada cualquier resultado que se produzca, si es con una suficiente mayoría, mejorará la credibilidad y confianza. Desde mi óptica, creo sinceramente que sí, que las empresas y los empresarios en los últimos cuatro años, hemos sufrido una crisis tremenda, y hemos ido de desencanto en desencanto: cualquier perspectiva de que eso cambie, sin ninguna duda, genera confianza. Por lo tanto va ayudar a que la credibilidad sea mayor y eso sin ningún género de dudas, contribuirá a que el emprendedor, la empresa, la persona que tenga un negocio, lo afronte con mejor perspectiva de futuro.
¿Qué medidas debería tomar el nuevo gobierno para afrontar la actual situación económica? ¿Y en relación al sector del metal? ¿Qué necesita este sector?
Considero que una primera medida general tanto para empresas como para particulares es la reactivación del crédito. Uno de los problemas actuales de las empresas reside en cómo financiar nuestras actividades. Donde primero hay que actuar es en aquellas políticas que faciliten el acceso al crédito de empresas, emprendedores y familias, porque ese circuito se ha cerrado en los últimos tiempos que a mi entender es una de las consecuencias de la situación que tenemos. Por otra, en el ámbito laboral, el gobierno electo lo que debe hacer es todo lo necesario y poner en marcha los mecanismos adecuados para flexibilizar las relaciones laborales. Yo creo que uno de los grandes problemas que existe en el mercado laboral español, es la extraordinaria rigidez que se da en las relaciones laborales. Hemos de sensibilizarnos y permitir que las empresas sean capaces de adaptarse con rapidez a la demanda tan dinámica que tienen, con los recursos que poseen.
En caso contrario lo que puede suceder es lo que ha pasado en los últimos tiempos ante una rigidez en las relaciones laborales. ¿Cómo resolver los problemas de demanda? pues rescindiendo contratos de trabajo, prescindiendo de trabajadores. Parece que lo fundamental en esto es que se debería incidir en políticas que flexibilicen el marco laboral, que permitan a las empresas adecuar con rapidez y con agilidad sus recursos a la demanda que es muy cambiante y muy dinámica de forma permanente.
¿Cuáles cree que serán las peticiones desde la patronal al gobierno saliente del 20N?
En primer lugar que el circuito del crédito vuelva a funcionar, que se restablezca el crédito. Como segunda medida, flexibilizar las relaciones laborales como mecanismo de adaptación de los recursos disponibles a la demanda que es muy cambiante; No haremos nada si tenemos una demanda totalmente cambiante, que fluctúa y muy dinámica, y por contra tenemos una excesiva rigidez en regular los recursos que tienen las empresas para satisfacer dicha demanda.
Aparte hemos de exigir que trabajen para establecer mecanismos que garanticen la unidad de mercado, algo que resulta fundamental para las empresas, que tengan los mismos requerimientos en un lugar que en otro, y desde luego y en mi opinión, el gobierno saliente en las elecciones debería hacer una apuesta definitiva por un cambio de modelo productivo. En este sentido, la puesta en marcha de un plan industrial, una política industrial, que de verdad facilite el cambio de modelo productivo, que fomente que las empresas apuesten por la innovación, la exportación será de capital importancia.
¿Cree positivas las medidas de recorte anunciadas por el candidato del PP tras las elecciones?
Yo creo que la racionalización del gasto es una cuestión absolutamente necesaria. Comparto el criterio de que no se puede gastar más de lo que uno tiene. La economía nacional no se diferencia demasiado de la economía domestica. La economía nacional se basa en un presupuesto anual, que afecta a un ejercicio determinado y en caso de que se gaste más de lo que se tiene se incurre en déficit. Este déficit del año corriente, al siguiente año pasa a deuda, y si eso se va acumulando a lo largo de los años llega un momento en que para pagar los intereses de la deuda que se ha ido acumulando se necesita una parte importante de los recursos para pagar los intereses de esa deuda. Sucede igual en la economía familiar, si uno en su casa, gasta más de lo que ingresa, llega un momento en que de lo que ingresa debe dedicarse a pagar los intereses de su deuda. Por tanto es evidente que la reducción del déficit es un tema prioritario.
¿No es mejor que el estado se endeude para potenciar que las empresas puedan salir adelante?
Esa es una polémica que ahora está muy de moda, porque es verdad que en la medida que hay contracción por parte del estado, lógicamente eso supone una menor demanda de servicios, una menor demanda de bienes, y por lo tanto una menor actividad de las empresas que proporcionan estos bienes y servicios.
No es necesario acudir a los extremos. Al final, como en todo, lo que hace falta es un poco de equilibrio, necesario entre aquello que hay que hay mantener como puede ser la inversión y mejoras de infraestructuras, y lo que es la reducción de gasto que en definitiva se debe concentrar en el gasto corriente. Consecuentemente lo importante de la reducción del gasto, no es que se reduzca la inversión, sino que se reduzca el gasto corriente, que en definitiva, no implique una reducción de los servicios que se presten a la sociedad.
Tan importante resulta la reducción del gasto como su racionalización. La Administración Pública tiene determinados estamentos que duplican una parte del gasto, y es en este sentido en el que se debería reducir el gasto, no por la inversión, que sin duda hay que mantenerla, e incluso en la medida de lo posible aumentarla, porque esta genera actividad.
¿Considera que tras el cambio de gobierno se facilitará el crédito a las pymes?¿La banca espera este cambio?
Yo creo que efectivamente la cuestión del crédito tiene una doble dimensión: una estructural, que hay que arreglar y terminar la reforma financiera y otra que se refiere a las sensaciones y sentimientos de los empresarios, que tiene mucho que ver con la confianza. Un gobierno fuerte, un gobierno que al final apueste por el desarrollo de la actividad, sin ninguna duda va a mejorar el crédito al menos en mi opinión.
Supresión del pago del IVA previo al cobro de las facturas...
Respecto al IVA, parece una buena medida que se siga el criterio de caja y no de devengo. Es muy importante, porque al final la empresa es un recaudador de impuestos y tiene más sentidos pagar el impuesto cuando ya lo ha cobrado y no antes. Por lo tanto soy un defensor del criterio de caja.
El ICO como agencia de financiación pública, parece que necesita flexibilizar sus posiciones en lo que se refiere a requerimientos de garantías exigidas, y lo digo, porque cuando una empresa va a pedir un crédito al ICO, lo que no parece, al menos desde mi punto de vista muy racional, es que el ICO establezca el mismo tipo de garantías que establece cualquier banco.
Opino que el ICO tendría que centrarse mucho más en la viabilidad de un proyecto, en la posibilidad de que un proyecto salga adelante, que no verlo con un criterio exclusivamente financiero de si posee o no garantías un empresario.
Si el criterio del ICO es que las garantías puedan cubrir cualquier tipo de riesgo, no estaría cumpliendo esa función pública de agencia financiera estatal, y debería apostar mucho mas por la calidad, el valor y las posibilidades de futuro del proyecto, que no por la garantía que acompañe ese proyecto.
Sobre todo porque hay proyectos que no se financian, por el hecho de que no tienen garantías suficientes. Pienso que lo importante de un proyecto debería ser el proyecto en sí, que sea un proyecto generador de empleo, que sea un proyecto generador de riqueza, que sea un proyecto que tenga viabilidad. Este es el tipo de evaluación que debería hacer el ICO.
¿Cuál es su visión de la situación de la empresa española en los próximos años situada en un contexto internacional? ¿Están preparadas las empresas del sector del metal? ¿Cómo potencia AECIM esta internacionalización?
Cuando uno vuelve la vista atrás no demasiado tiempo, unos 5 o 10 años, se da cuenta de que efectivamente la internacionalización de las empresas han mejorado sustancialmente en los últimos tiempos, pero no lo suficiente. Es necesario potenciarlas ya que, en general las empresas españolas, en este caso tienen que hacer un esfuerzo muy notable en internacionalizar sus actividades: tanto las de buscar mercados nuevos, como las de buscar oportunidades de negocio nuevas y localizar oportunidades de suministro en el mercado internacional.
Eso es para mí un aspecto fundamental del futuro de las empresas, y desde AECIM lo tenemos muy en cuenta. Buena parte de nuestros esfuerzos están destinados a este respecto. Contamos con un departamento de comercio exterior muy activo y está organizando acciones en muchos casos novedosas, para al final motivar a las empresas a buscar negocios en el exterior. Una actividad que venimos desarrollando desde hace años con un departamento que, si bien es cierto que inicialmente nació con un cierto apoyo público, ahora se financia íntegramente por la asociación. Además, hemos de destacar acciones como INDUMEED que al final se concentran en generar negocio entre nuestras empresas asociadas y compañías internacionales.
¿Estima que será suficiente un cambio de gobierno para solventar la situación y devolver la ilusión y la confianza al empresario español o cree que será necesario hacer más esfuerzos?
Por definición me considero como empresario un hombre pragmático y el hecho de que cambie el gobierno pues está bien, pero lo realmente importante son las políticas que ponga en marcha este gobierno, el que salga, o cualquiera que gobernase. En general, lo que debe subyacer es la idea clara de que los empresarios generan riqueza, las empresas generan actividad y dan puestos de trabajo y por lo tanto resulta fundamental, no que exista un cambio de gobierno, sino que el gobierno electo aplique e implante políticas que faciliten a las empresas un marco adecuado para que continúen generando riquezas, puestos de trabajo y evidentemente puedan plantearse un futuro con mayor solvencia y garantía de éxito.
¿Qué medidas ha de tomar el nuevo gobierno para bajar los 5 millones de parados? ¿Cuáles cree que serían las medidas en el sector del metal?
El objetivo de mejorar el nivel de empleo y de reducir el desempleo es un objetivo que el conjunto de los agentes sociales tiene. A mí me parece importante en este ámbito, primero generar confianza y credibilidad de cara a que vuelva la inversión de la que hablábamos. En segundo lugar generar la fluidez de crédito necesaria para que las empresas puedan desarrollar sus planes de mejora, sus planes de ampliación, etc. Es en este punto donde se debe simplificar y flexibilizar tanto el acceso como la salida al mercado de trabajo, lo que sin ninguna duda, animará a muchas empresas a contratar personas, en la medida en que tenga la posibilidad de ampliar su personal de manera sencilla y clara. Sin duda, esta medida agilizaría mucho el mercado de trabajo, dinamizaría las relaciones laborales y supondría un eslabón importante en la reducción del desempleo en España que es, en definitiva, la mayor lacra que tenemos.
A nivel de sectores, lo que hace falta es una buena formación específica en cada sector, para contar con buenos profesionales. La realidad es que este es un mundo en el que de forma obligatoria las empresas debemos ir ganando competitividad para poder posicionarnos en mercados exteriores. Y esto sólo se consigue con apuestas claras por innovación e internacionalización, en el caso del sector del metal resulta absolutamente fundamental.
En general, las cuestiones anteriormente expuestas, son las más importantes para bajar la cuota de desempleo que tenemos, por otra parte, insoportables de cara al futuro.