La evolución del mercado y de los materiales de perforación
A lo largo de los casi treinta y cinco años desde que comencé mi andadura en TECSO, S.A., he notado de forma cierta, los vaivenes de la industria, no ya en cuanto al volumen de la obra de investigación minera y/o geotécnica, o incluso en la relación directa con la construcción, sino en las prescripciones de los responsables de dichos trabajos. Y no solo en función del prescriptor, sino de la localización geográfica de la obra.
Así, por ejemplo, los diámetros de testigo requeridos para la investigación y para la realización de pruebas en laboratorio, han sido cambiantes tanto en el tiempo como en la geografía.
En los años noventa, los diámetros de perforación más habituales en España en sistema convencional, eran de 76 mm y 86 mm con tubos testigo tipo T (T2). Los diámetros, por tanto, de testigo obtenidos, no superaban los 72 mm. Al mismo tiempo, en otros países europeos, se perforaba con diámetros mucho mayores, buscando obtener testigo de más de 100 mm de diámetro.
Lo mismo sucedía con los sistemas wire-line, con diámetros AQ, BQ y NQ como los más habituales y raramente el HQ. Ni que decir tiene, que el diámetro PQ era testimonial.
Sin embargo, hoy día, nos movemos en diámetros de perforación mayores, con la intención de obtener testigos de mayor diámetro. Así, en sistemas convencionales hemos pasado del tubo testigo tipo T (T2), cuyo diámetro mayor de trabajo es 101 mm (84 mm de testigo), a tubos testigo tipo T6 y a unos diámetros de trabajo de 116 mm, 131 mm y hasta 146 mm, con obtención de testigo de hasta 123 mm.
En sistemas wire-line también se han desplazado los diámetros de perforación hacia diámetros mayores, quedando los de AQ y BQ prácticamente en desuso, aumentando el empleo del diámetro PQ y NQ y convirtiendo en diámetro estrella el HQ con un testigo de 63,5 mm.
Pero no queda ahí el deseo de obtención de testigos de mayor diámetro, y aunque el sistema wire-line Geo-line 146S (SK6L-Geobor-CSK) no es nuevo, ya que su desarrollo viene desde los años ochenta, es en los últimos diez años cuando su uso se dispara tanto en trabajos de geotecnia como en estudios mineros. Su gran diámetro de perforación (146 mm) y de testigo (102 mm), unido a la versatilidad que le otorgan sus seis métodos o posibles configuraciones, le han convertido en un sistema imprescindible, sobre todo en Europa.
Y en cuanto a desarrollos… ¿qué podemos destacar?
Es bien cierto que, en los últimos 50 años, se han producido grandes avances en la industria de la perforación. Las máquinas son cada vez más multipropósito, más potentes, con mayor capacidad y más automatizadas, facilitando en gran medida el trabajo de sondistas y operadores.
El sistema wire-line propició la posibilidad de llegar cada vez más profundo, acortando tiempos de maniobra, incluso en perforaciones de dificultad por los ángulos de trabajo.
Pero para mí, dos son los productos estrella de las últimas décadas: El primero, los útiles diamantados de impregnación o concreción. Cuando GE en la década de los 50-60 termina sus investigaciones sobre el diamante ‘man-made’ (hecho por el hombre), seguramente no llegó a imaginar la revolución que acababa de iniciar. De las coronas de inserción con apenas cuatro granulometrías, el diamante sintético abrió un abanico enorme de coronas con matrices apropiadas para la dureza y abrasión de cada formación. Hoy día TECSO ofrece más de catorce matrices diferentes y diferentes alturas diamantadas para cubrir prácticamente cualquier formación a ser perforada.
El segundo, los llamados genéricamente 'lodos de perforación'. Desde las primeras bentonitas utilizadas en sondeos, se ha llegado a los actuales polímeros, copolímeros, acrilamidas… En suma, una evolución de los fluidos de perforación, utilizados no tan solo para refrigerar el útil de corte y ayudar a la ascensión del cutting o detritus hasta la superficie, sino que ahora disponemos de lodos que nos permiten sujetar las paredes del sondeo, inhibir arcillas, eliminar vibraciones, crear un testigo casi perfecto y mantenerlo intacto hasta su recuperación, trabajar con fluidos bio-degradables… (TECSO ofrece una amplia gama de lodos en catálogo).
En resumen, diámetros mayores, sondeos más profundos, y medios cada vez más avanzados, para hacer de nuestra industria una actividad puntera en tecnología.