Curvaser cumple 35 años a pleno rendimiento
Cuvaser fue fundada en 1988 por Ernesto Serrano, gran conocedor del mercado del curvado de tubos. Es la historia de un comercial hecho a sí mismo, desde los años 60, como responsable de ventas de la empresa fabricante de curvadoras Tejero, Serrano creó Curvaser en Barcelona como distribuidor de la firma y otras máquinas como equipos de corte, dobladoras de varilla, etc., tal como explica su hijo Javier, que hoy dirige la empresa junto con sus hermanos Ernesto y Diego.
Curvaser abrió sus puertas en El Prat de Llobregat, Barcelona, hace 35 años, en lo que fue una apuesta decidida de Ernesto Serrano: “Llevaba más de 25 años vendiendo este tipo de máquinas, conocía al máximo el sector y sabía del mercado potencial que se le abría en esta zona altamente industrializada”.
Y se centró en la venta, reparación y un cuidado servicio técnico de maquinaria para talleres que trabajaran tubo, varilla y perfiles metálicos. Una línea de negocio que siguen con éxito sus hijos, hoy con instalaciones en Barcelona y Zaragoza y presencia en todo el mercado nacional.
Con los resultados a favor, la empresa no tardó en sumar otras marcas a la inicial Tejero —actualmente extinta— para atender las demandas de sus clientes de mayor confianza. Así inició la representación de OMCG, fabricante italiano de dobladoras de varilla, una tipología de máquinas inexistente en el mercado español. Una firma con la que todavía trabajan. ¿Y cómo buscaba qué máquinas representar? “Pues en aquella época el único de modo de conocer las novedades del sector era visitar la feria especializada en Europa, que aún se celebra, que es Tube&Wire”, recuerda Javier.
Curvaser tiene actualmente instalaciones en Luceni (Zaragoza, a la izq.) y la localidad barcelonesa de Castellbisbal (dcha.).
Con el tiempo, Curvaser buscó nuevas firmas fabricantes de curvadoras, principalmente del mercado italiano, cuya relación calidad – precio les convencía y, lo más importante, convencía a sus clientes. Esta relación tan estrecha convirtió a Curvaser en un socio de confianza para ellos, muchos de los cuales todavía siguen siendo clientes, hoy la mayoría ya en manos de la segunda generación.
También la tipología de clientes de la firma ha variado, pero no tanto en cuanto al sector sino al tamaño de empresa. Si bien inicialmente Curvaser se movía en el mercado de la gama media de máquinas, en los últimos años se han introducido ya en proveedores más importantes, algunos de los cuales proceden de la industria de la automoción y multinacionales entre otros sectores.
Asimismo, uno de los factores más diferenciales de Curvaser, a lo largo de su historia, ha sido el servicio técnico posventa. “Y debo decir que a menudo son más exigentes los pequeños talleres que las grandes empresas en lo que al servicio se refiere y debemos incidir mucho en la necesidad de un mantenimiento constante y en la prevención”.
En poco tiempo, la empresa ya había incorporado personal, en taller y en oficina, aumentando a partes iguales tanto en el área técnica como de ventas, puesto que Curvaser ofrece desde sus inicios el servicio de reparación de máquinas que tan bien los han posicionado. Actualmente, son unos veinticinco, entre Barcelona y Luceni.
El relevo fue paulatino. Al acabar los estudios, los tres hijos se incorporaron oficialmente a la empresa —en la que ya trabajaban mientras realizaban la formación en el Instituto—: “nuestro padre comenzó el traspaso de la compañía poco a poco antes de jubilarse pero, incluso una vez jubilado, siguió viniendo durante cierto tiempo, especialmente a reuniones de la empresa y hacía un seguimiento”.
Javier hoy lleva la dirección y una parte de ventas, Diego está en el departamento técnico y Ernesto es el responsable de la parte comercial y marketing. El reparto de funciones fue casi natural, que se fue gestando durante el tiempo en que trabajan con el padre. “Aun así, nuestro padre nos hizo trabajar en todas las posiciones, desde limpiar máquinas a salir a la calle… Y así aprendimos mucho. Tenemos un bagaje que no se aprende más que con la práctica”.
Actualmente, el principal mercado de Curvaser está en la comercialización de máquinas y líneas automáticas con diversos procesos (curvado, conformado…) de su representada alemana Transfluid, así como las máquinas para trabajo de alambre. Asimismo, también el reacondicionamiento de máquinas juega un papel importante en su cuenta de resultados. Unos trabajos de reacondicionamiento que realizan en sus propias instalaciones ya sean máquinas de corte, curvadoras y conformadoras de extremos, enderezadoras y dobladoras de varillas o soldaduras de mallas.
En Curvaser, sin embargo, nunca se han ceñido a un producto único, sino que han apostado por la diversidad de mercado, lo que sin duda les ha permitido superar los malos tiempos con más solvencia. “Tenemos mucha diversificación tanto en producto como en cliente, mucha gama de máquina y diferente tipología de cliente, lo que nos obliga a entender las necesidades del cliente ‘grande’ pero también al pequeño”, explica Javier. Así, en su catálogo encontramos múltiples soluciones, desde el corte con la firma italiana OMP (Italia), pasando por AMI (Italia), BB Spring (Italia), CBC (Italia), Easydur (Italia), Macri (Italia), OMCG (Italia), RSA (Alemania), Thoman (Alemania) y Transfluid (Alemania) o Varo (Italia) como buques insignia.
Aquellos que busquen cortes de altas prestaciones y productividad, encontrarán las soluciones de RSA (Alemania), equipos de corte automático ampliables con módulos para trabajos posteriores. Para curvados de perfiles complejos, Curvaser propone el especialista Thoman con su exclusivo concepto de curvadoras de perfil tipo RB. Quién busque máquinas más económicas para trabajos sencillos, puede optar por las unidades de CBC, mientras que Macri Italia ofrece curvadoras multiradio CNC, soluciones y equipos para el sector HVAC, dobladoras de varillas OMCG, máquinas para fabricar muelles de BB Spring, equipos de Varo para soldadura automática de mallas, máquinas auxiliares para varilla o para el enderezado y doblado de varillas, además de líneas de perfilado de Amob, entre otras.
Curvaser además es una empresa que se mantiene fiel a sus orígenes. Sigue siendo una firma familiar, muy focalizada a un segmento de la deformación y corte de tubos, perfiles y varillas muy particular, pero con un catálogo extenso que les permite dar solución a la mayoría de las necesidades de sus clientes.
En cuanto a su mercado actual, Curvaser tiene la mayoría de clientes en España y Portugal, realizando ventas puntuales en Europa y Sudamérica, potenciando actualmente la venta de maquinaria usada reacondicionada y actualizada en el ámbito internacional, principalmente en Europa. “Hablamos de máquinas con control numérico y puestas al día en cuanto a tecnología se refiere, que pueden competir con maquinaria nueva sin problemas”.
En su showroom de Castellbisbal (arriba) y Luceni (abajo) los clientes pueden hacerse una idea de la cantidad de soluciones que tienen de la mano de Curvaser.
El servicio en su ADN
Basta decir que el mercado cliente ha cambiado mucho con los años, pero la vocación de servicio de Curvaser no. Si antes la decisión estaba en manos del gerente, y a menudo sabían más bien poco de temas muy técnicos, hoy no se compra nada sin que diversos departamentos de la empresa hayan dado el visto bueno, conocen la máquina, sus equipamientos, características técnicas y son decisiones compartidas por gerencia, contabilidad y, muy especialmente, área técnica. Sin embargo, Javier asume que “aún hoy los clientes acaban comprando por confianza en el servicio. No quieren problemas. Tenemos clientes desde los inicios con los que la relación va más allá de cliente-proveedor”. Y recuerda que en sus inicios, “la venta de maquinaria en los años 80 no era consultiva; existían grandes mayoristas de marcas, pero sin especialización”. Con los años, las empresas proveedoras se focalizaron en tipología de máquina, con lo que podían ofrecer también asesoramiento y servicio de ingeniería o apoyo a la producción de piezas. “Y Curvaser lo ofrecía desde el primer día; daba servicio de consultoría para definir cómo abordar una pieza, aconsejaba sobre la mejor máquina para cada trabajo, y ello acompañado de servicio técnico. Algo que no existía y que explica su éxito”.
Producción propia
Sin embargo, en Curvaser no se limitan a comercializar maquinaria. Actualmente, cuentan con un interesante portafolio de equipos desarrollados por la firma. Entre ellos, máquinas especiales diseñadas a medida de las necesidades del cliente, además de la producción de utillajes y matricería. Suministran también un programa de hardware + software, SW Curvasoft, basado en ISO, para la programación en cartesianas y polares con visor 3D de la pieza programada, además de un PC industrial con teleasistencia.
También encontramos de producción propia curvadoras de 3 rodillos CNC, además de curvadoras electromecánicas e hidráulicas de 1, 2 ó 3 ejes para pequeñas y medianas series.
Mirando al futuro
Tras 35 años, Curvaser tiene la mirada puesta en el futuro. No solo en cuanto a relevos sino también en cuanto a mercado se refiere. Javier explica que el trabajo no falta y continúa habiendo demanda. “Conscientes de las dificultades globales e inherentes a los mercados, sabemos adaptarnos a cada realidad”. Con esta filosofía y su firme apuesta por mantener el servicio al máximo nivel, Curvaser tiene futuro para años.