Promoviendo la cultura de la innovación en la pyme del mecanizado
29 de junio de 2010
Innovar en gestión es buscar formas nuevas y diferentes de enfocar alguna parte del negocio. Innovar no es solo I+D. Es cierto que normalmente la innovación se asocia con la Investigación y el Desarrollo y que consideramos que la innovación es cosa de grandes empresas con grandes presupuestos y que solo es posible innovar si se dispone de un departamento de I+D potente en recursos (materiales y humanos). Pero nada más lejos de la realidad: innovar no es solo I+D, innovar es buscar formas diferentes de relacionarnos con nuestros clientes, de organizar la producción, de relacionarnos con los proveedores, de dirigir las personas, etc. Los encuentros del mecanizado son un buen ejemplo de innovación en relación con los clientes.
Pero estas afirmaciones no nos dicen cómo podemos innovar en gestión, así es que desde los Encuentros del Mecanizado nos lanzamos con las siguientes propuestas.
Observar lo que está cambiando
Para iniciar la innovación, lo primero que tenemos que hacer es observar lo que está cambiando y segundo, analizar cómo estos cambios afectan a nuestros productos o servicios. Podemos recoger información de los clientes, de los proveedores, de los Encuentros del Mecanizado, de las ferias, de nuestra red comercial, de la competencia. Debemos tener ojos y oídos bien abiertos ante las nuevas tendencias y oportunidades del mercado. Continuamente se están produciendo cambios en valores y perspectivas, como el respeto por el medio ambiente o el compromiso social. La aparición de nuevas tecnologías nos ofrece la posibilidad de cubrir necesidades o de ofrecer nuevos servicios a nuestros clientes, como el micromecanizado o mecanizado de precisión. Es necesario disponer de información puntual sobre los cambios de estructura de sectores e industria, como la aparición del coche eléctrico, que puede generar nuevas oportunidades de mecanizado. Ante cambios políticos y económicos, como los que nos está tocando vivir, tenemos que tener gran capacidad de reacción ¿conocemos realmente cómo pueden afectar a nuestra actividad?. Y por supuesto, los cambios demográficos: la inmigración, la incorporación de la mujer al mundo laboral, la aparición de países con bajos costes laborales. Qué duda cabe que representan nuevos retos a las empresas.
La innovación de valor para diferenciar nuestra oferta
Para innovar en gestión es básico cuestionarse todo, desde las especificaciones del plano que llega a la oficina técnica —¿el material es el más adecuado?—, hasta la eficacia en nuestro sistema de compras. Innovar en valor es ofrecer a los clientes objetivo aquellos aspectos que más valoran de nuestros productos y servicios, eliminando o reduciendo aquello que no valoran.
Fomentar y sistematizar la cultura de la innovación
La cultura de la innovación tiene que estar presente en la estrategia de la dirección para hacer posible que llegue a todos los rincones de nuestra empresa. Deberíamos ser capaces de aparcar el día a día y sacar unas horas para dedicarnos a implantar la cultura de la innovación. En algunas empresas se organizan sesiones de generación de ideas, en las cuales participan personas de diferentes departamentos para recopilar opiniones desde diferentes puntos de vista y que no sean siempre las mismas personas las que tienen las ideas.
Otras propuestas para fomentar la innovación entre los empleados son animar a las personas a utilizar una libreta para que tomen notas de las ideas que les surjan en cualquier momento del día, permitir a los empleados a colgar carteles en sus despachos del tipo ‘Genio Creando’ mientras dedican unos momentos a la creatividad, podemos hacernos un poco detectives, comprando libros relacionados con la innovación para crear una biblioteca que todos los empleados puedan consultar, también participar en foros de innovación en redes sociales (como el blog del mecanizado), o si encontramos un artículo interesante en Internet enviar el link al resto del equipo… y si de veras queremos que funcione la maquinaria de la innovación tendremos que premiar las mejores ideas de las personas directamente implicadas.
Acuerdos de colaboración y cooperación: alianzas estratégicas con clientes, proveedores, consultores, centros tecnológicos y contactos con el mercado exterior. ¿Por qué establecer estas alianzas?
- Con los clientes, porque son los que nos ayudan a especializar nuestra oferta, son nuestra principal fuente de información.
- Con los proveedores porque ellos nos van a ayudar a complementar esa oferta, a ampliarla, a mejorarla.
- Con los consultores porque son quienes nos ayudarán a asentar las bases de estas cooperaciones, legales, fiscales, culturales, y además nos facilitarán el acceso a ayudas y subvenciones de cara a la administración pública.
- Con los centros tecnológicos porque nos aportan las ingenierías, el I+D.
- Y los contactos en el mercado exterior hacen que nuestra oferta se globalice y por tanto se venda más o lo suficiente para amortizar las inversiones.
Identificar las barreras a la innovación
Estas son las principales barreras que podemos encontrarnos ante la decisión de implantar la cultura de la innovación en nuestras empresas:
- Insuficiente implicación y compromiso de la dirección
- Resistencia al cambio por parte de algunas personas
- No disponer de un plan estratégico
- La propia estructura de la empresa, demasiado jerarquizada
- Se cree que el negocio tradicional garantiza la permanencia
Ante una, varias, o todas estas barreras, solo cabe preguntarnos: ¿La competencia, local o exterior, se queda paralizada ante ellas? Lo que sí se puede afirmar rotundamente es que contrarrestarlas potenciará nuestra capacidad de innovar.