Los tornos de repulsar a CNC pasan a la historia con Nova Sidera
15 de diciembre de 2008
Nova Sidera Metal Forming nace en 1990, cuando un grupo de jóvenes decide integrar la más avanzada tecnología al mundo del repulsado. Si bien otras empresas habían abordado este difícil reto y existían tornos de repulsar a CNC (y siguen existiendo sin apenas cambios en la actualidad), la realidad era que ninguna solución era totalmente satisfactoria para los entalladores que querían dar el paso al CNC. Básicamente el problema era conseguir que el torno CNC se moviera exactamente como si un experto repulsador lo estuviera manejando. Dicho de otro modo, ningún torno era capaz de ‘aprender’ los movimientos intuitivos que realiza un repulsador manual de toda la vida.
El repulsado se acerca más a un arte que a una simple operación de mecanizado que pueda fácilmente parametrizarse en coordenadas. Por este motivo, las dificultades que se encontraban los usuarios de tornos de repulsar a CNC eran enormes a la hora de programarlos. Los repulsadores usan tres sentidos para realizar su trabajo: vista, oído y tacto. Cuando el experto repulsador realiza una pieza, decide las trayectorias y modifica la fuerza atendiendo a lo que ve, a lo que oye (el sonido del material mientras se deforma) y lo que nota (ya que el propio material empuja la herramienta por su propia resistencia a la deformación). Por este motivo, las dificultades que se encontraban los usuarios de los tornos de repulsar a CNC eran enormes, ya que no disponían de estas sensaciones en el momento de programarlos.
Ante esta realidad, los fabricantes de tornos de repulsar decidieron integrar un sistema con dos joysticks (uno para el eje X y el otro para el eje Z) de forma que los operarios tuvieran un control directo sobre los movimientos del torno, y un sistema de autoaprendizaje que permitiese programar el torno de esta forma. El éxito de este sistema fue muy precario porque era extraordinariamente complicado.
Otro problema era que, aun dominando ese sistema, no era posible sentir el comportamiento del material ni controlar la fuerza de empuje sobre el mismo. Por último, el tercer gran problema era la rigidez de los tornos, ya que estaban construidos a imagen y semejanza de los tornos de arranque de viruta, con una gran fuerza (a menudo demasiada), y con muy poca accesibilidad y flexibilidad.
Los creadores de Nova Sidera eran repulsadores y crearon un torno totalmente nuevo, con cuatro objetivos claros:
· Que un repulsador fuera capaz de manejar el torno en modo manual con la misma pericia y resultado final que con el torno tradicional, pero sin esfuerzo físico. Es decir, que dispusiera de vista, oído y tacto con un dominio total de los movimientos del torno y de la fuerza que se ejerce sobre el material.
· Que la programación por autoaprendimiento fuera, de esta forma, la principal ventaja del repulsador, además de poder ser directamente a CNC (aunque ya no necesaria).
· Que el torno fuera accesible, con dos lados de trabajo: el de repulsar / programar y el automático, por el que se coloca primero el disco, y se extrae la pieza acabada. Que fuera muy fácilmente modificable en ángulos, carreras, fuerza ejercida, velocidad de giro, etc.
· Que fuera de concepción modular para poderlo personalizar según las necesidades de cada cliente.
Así nació la tecnología Nova Sidera, del diseño y ergonomía de las nuevas máquinas, a la participación en ferias internacionales como las de Bilbao (Biemh) y Barcelona (Maquitec) en España, de la mano de la firma Corominas o la IMTS de Chicago; de importantes acuerdos con Siemens para el suministro del software exclusivo de control numérico Sinumerik, a la colaboración con Superspin inc en los Estados Unidos. Ahora Nova Sidera Metal Forming tiene más de 350 máquinas vendidas y todas ellas en funcionamiento en más de 12 países.
Estas máquinas, desconocidas hasta hace poco en España, empiezan a introducirse con fuerza en el mercado español de la mano de Corominas.