Evolución de las sucesivas Bienales
La Bienal: el brazo comercial
A principios de los años sesenta, la Feria Internacional de Bilbao realizó una importante apuesta en el mundo ferial del estado español organizando un certamen de carácter monográfico dedicado al sector de máquina-herramienta. Aquella iniciativa supuso la creación de un punto de encuentro que permitía ofrecer una visión más especializada y completa de la capacidad de producción y el potencial comercial de la industria nacional, desde la fabricación hasta la distribución.
Por aquellas fechas, en septiembre de 1960, ya se planteaba la necesidad de que la Asociación Española de Fabricantes de Máquinas-herramienta se incorporase al Comité Europeo de Cooperación de las Industrias de Máquinas-herramienta (Cecimo). Un año después, la Junta General la Asociación, “acordó ingresar en Cecimo (comité que respondería afirmativamente, según escrito del 13 de abril de 1962) y se dejó, además, constancia del proyecto de organizar una Feria específica de máquina-herramienta en Bilbao”, que se materializaría en 1961.
Instantáneas de la primera edición de la "Feria Técnica de la Máquina-Herramienta" |
El mismo día de su inauguración, 3 de marzo de 1961, más de doscientos profesionales extranjeros visitaron la por aquel entonces denominada “Feria Técnica de la Máquina-Herramienta” en Bilbao, cuyo balance resumió el Ministro de Comercio de la época, Alberto Ullastres, al considerarla como “acto de declaración de la mayoría de edad de la máquina-herramienta nacional”. Las cifras de la exhibición – más de 1.500 máquinas españolas presentadas por un total de 226 expositores - superaron todas las expectativas.
Un año después, la institución ferial vasca repetía experiencia con una segunda edición, en la que el número de expositores aumentaba de 226 a 340 y que superaba en calidad a la anterior edición. De esta forma comenzó a despegar un certamen al que, en su tercera edición y convertido ya en bienal, se destinaron 20.000 metros cuadrados de exposición, que ocuparon más de 400 expositores y 4.000 toneladas de maquinaria. Con ello, Bilbao pondría los cimientos para lo que con el paso de los años habría de convertirse en uno de los grandes eventos internacionales de la máquina-herramienta y el segundo de su especialidad a nivel europeo.
Portada del catálogo de la 1ª edición, denominada "Feria Técnica de la Máquina-Herramienta" | Portada del catálogo de la segunda edición. A partir de entonces, la feria se convirtió en Bienal | Contraportada del catálogo de la segunda edición |
Conocimiento tecnológico "en inmejorables condiciones de comodidad"
Incluso en los momentos de coyuntura económica desfavorable, el certamen continuó avanzando en su firme propósito de ofrecer una oportunidad única de conocer “los últimos avances tecnológicos en inmejorables condiciones de comodidad”, tal como recogen los testimonios de la época. Por aquel entonces, recién iniciada la década de los setenta, trabajaban en el sector alrededor de trescientas empresas que atravesaban un período de atonía, agravado por la dureza del año 1971 para el conjunto de la economía española. Entretanto, llegaba la 7ª Bienal, que muchos aguardaban con las esperanzas puestas en la reactivación de la economía. Y tras ella, la 8ª, presentación en sociedad de las máquinas diseñadas para el control numérico, entre otros avances.
Instantáneas de la primera edición de la "Feria Técnica de la Máquina-Herramienta"
La trayectoria ascendente ininterrumpida de la convocatoria hizo posible que ese año se alcanzaran datos de participación más que elocuentes: 20.000 metros cuadrados de superficie útil, 373 expositores y 40.000 visitantes, 2.000 de ellos profesionales extranjeros. Aún habría de llegar una de las crisis más fuertes vividas en Vizcaya, que afectaría a los sectores básicos de su economía sumiendo a miles de trabajadores en la depresión más profunda registrada desde los años treinta. En 1978, la 10ª Bienal Española de la Máquina-Herramienta se veía afectada por la tendencia al descenso del mercado interior, que tiñó de pesimismo las perspectivas del sector en el país.
Llega la internacionalización
Pese a la evidente crisis generalizada del sector, dos años después el certamen celebró su undécima edición, que desde el punto de vista técnico constituyó un notable avance. La internacionalización del salón llegaría en 1982, cuando éste congregó a 420 firmas extranjeras en representación de una veintena de países, europeos, la mayor parte, aunque también participaron Estados Unidos, África del Sur, Israel, Canadá y Japón. La Feria Internacional de Bilbao se vestía aquel año de largo en sus nuevas instalaciones, ampliadas hasta los 22.000 metros cuadrados.
Al fin, el 1 de enero de 1986, España ingresaba como miembro de pleno derecho en la Comunidad Económica Europea. Este hecho despertó a la economía española y su PIB registró tasas de crecimiento cercanas al 5% anual, así como las inversiones en bienes de equipo y capital productivo. En ese período, el consumo de máquinas-herramienta en España subió con fuerza y los fabricantes multiplicaron su producción por 2,5. Con el aliciente añadido de ser la primera feria del sector celebrada en esta nueva etapa, se celebró la 14ª Bienal, que precedería a una de las más exitosas convocatorias del certamen. En efecto, en línea con el esfuerzo permanente de mejora por parte de los responsables de la organización y la activa participación empresarial en su desarrollo, en 1988 la BIEMH acogió la participación de 1.323 empresas, que recibieron la visita de más de 31.000 profesionales.
Estas cifras, superadas en un 45% en la 16ª edición, culminaron con la inauguración de dos nuevos pabellones en la institución ferial vasca, que se sumaron a los seis anteriores para ofrecer un recinto de exposición que alcanzaba, en total, los 44.000 metros cuadrados de exposición.
Homologación del Cecimo
El certamen había adquirido, por tanto, unas dimensiones que hacían precisa su sectorización, principio que se puso en marcha en el año 1992. La decisión oficial del Comité Europeo de Fabricantes de Máquina-Herramienta de homologar a la BIEMH, que se convertía así en la única feria española con esta calificación, sería el reconocimiento definitivo de un salón que ya se encontraba entre las exposiciones más prestigiosas del mundo.
Esta posición se ha mantenido en los últimos años, en los que el certamen ha superado las previsiones más optimistas, tanto de la Feria Internacional de Bilbao como de la Asociación de Fabricantes de Máquina-herramienta, entidades organizadoras de esta exposición. De esta forma, con el paso del tiempo la Bienal de la Máquina-Herramienta ha demostrado ser el mejor instrumento para la promoción y proyección internacional del desarrollo tecnológico de las empresas participantes de este sector industrial y una referencia obligada para todos los profesionales del sector a nivel mundial.