Se hacen transformaciones
En nuestros anteriores artículos titulados ‘Lean en el centro de la Transformación Digital’, ‘Mis manzanos no creen en la Transformación Digital’ y ‘Transformación digital, ¿La enemiga de la productividad?’ publicados por Grupo de Comunicación Interempresas, presentamos una secuencia sucesiva de artículos que basculaban entre el Lean y la Transformación Digital (TD). Pretendemos con el presente artículo seguir avanzando en la reflexión del inexorable proceso transformador al que se enfrentan las organizaciones.
El reto al que se ven abocadas a dar respuesta las organizaciones es indudable: mejorar su competitividad y eficiencia en pleno boom de la tecnología. Cuando el Tsunami de la revolución tecnológica se viene encima no hay otro camino que tomarlo en serio. Hay que poner en marcha la transformación de la organización.
La cuestión es por dónde empezar: por implantar primero el Lean y después la TD, realizar en primer lugar la TD para después desplegar el Lean o ninguna de las dos o ambas juntas.
Avanzamos en este artículo algunas ideas y reflexiones que esperamos sirvan a nuestros lectores, y la tabla comparativa que se incluye al final del artículo lo resume todo: Lean para el corto plazo y TD para la estrategia a largo.
LEAN
Recapitulemos algunas de las principales características del Lean en cuanto a los objetivos de toda transformación:
- Capacidad inmediata de impactar en la organización: el Lean prácticamente desde el principio puede empezar a cambiar la manera en que las actividades, tareas, etc. se realizan contribuyendo por tanto desde el principio a la mejora de la eficiencia.
- Coste de las herramientas: aunque un despliegue completo pueda llevar tiempo y requerir algún consumo de recursos, podríamos considerar que el coste del despliegue es bajo respecto a los objetivos a alcanzar. Dedicación parcial de todas las personas de la organización (con implicación) en paralelo al desarrollo de sus actividades corrientes con mínimo apoyo externo.
- Valores y cimientos: simplicidad, respeto, transparencia, proyecto compartido por toda la organización. Al Lean no le encajan las soluciones sofisticadas tanto por lo que representan de complicar las cosas como de destinar recursos económicos a tareas que no añaden Valor.
- Persistencia y durabilidad: el poso dejado en las personas y en la organización por el Lean es profundo y duradero. Puede y debe pervivir indefinidamente, de hecho, la búsqueda de la mejora continua implica que el proceso vive para siempre.
- Impacto sobre las personas: las personas son las principales destinatarias del Lean, pretendemos cambiar sus hábitos para cambiar la organización.
- Indicadores: una de las mayores obsesiones es evidenciar que los procesos de cambio tienen un impacto cierto sobre las variables fundamentales del negocio de la organización. Un cambio solo se puede plantear desde el objetivo y su indicador.
Y como resumen, Lean consigue y hace realidad ahorros de costes de entre el 40-400%, así es y está confirmado después de decenas de años de practica e implantación de las herramientas en la industria y los servicios.
Transformación digital
Y ahora comparemos los mismos puntos para el caso de un proceso de transformación digital:
- Capacidad inmediata de impactar en la organización: dada la magnitud de los proyectos y el alcance que se plantea (modelos disruptivos) no parece sencillo que se puedan evidenciar cambios a corto plazo, más bien al contrario, tenderán a verse mejoras tiempo después de la implantación de los cambios.
- Coste de las herramientas: indudable alto coste de un proyecto de TD, así como de la dedicación de equipos de trabajo interno y externo.
- Valores y cimientos: un proyecto de TD no tiene porque interactuar con las personas ni modificar sus valores más allá de su necesaria recualificación profesional (dominio de la nueva tecnología).
- Persistencia y durabilidad: la solución es duradera en tanto en cuanto la tecnología siga estando disponible y las necesidades de la organización no cambien, lo cual es mucho decir tanto desde el punto de vista de la necesaria transformación continua de la organización como de la pervivencia de las tecnologías.
- Impacto sobre las personas: las personas son usuarias de la tecnología, sin capacidad de transformarse ni de transformar la organización. Podríamos considerar que su efecto es por tanto nulo o neutro dentro de un proceso más amplio de aprendizaje-transformación.
- Indicadores: en este punto, tomando los principales indicadores económicos, el resultado en complicado de medir, aunque las teorías nos adelantaban ahorros del 40%.
- Y el resumen: las evidencias respecto al PIB/ Productividad no dejan margen a dudas nula o negativa. Para más información pueden los lectores echar un vistazo a nuestro anterior artículo ¿Transformación digital la Enemiga de la productividad?
Sí, sí, aquí se hacen transformaciones
Por todo lo anteriormente indicado parece razonable plantear que el camino debería empezar por implantar alguna de las herramientas Lean y una vez estas consolidadas y en paralelo a que se empieza a realizar el despliegue de la tecnología continuar con el resto del abanico de herramientas Lean que pervivirán a la implantación de la nueva tecnología: con una máxima que tiene toda su lógica, primero sistemática y luego sistema.
La tabla resumen que se presenta a continuación evidencia los términos comentados.
Es indudable que los 3 niveles de la organización deben ser transformados para conseguir la máxima eficiencia, más rapidez y agilidad para aprovechar oportunidades en un mercado aceleradamente cambiante: primero Lean y luego TD.
Acabamos como empezamos: ¡transformando, que no hay otra!