Jesús María Eguíluz, Director Comercial de Ona Electroerosión
Tras la crisis de comienzos de los años noventa, hubo una muy buena recuperación del mercado de electroerosión en los países del sur de Europa, empujado principalmente por la gran proliferación de empresas pymes del sector moldista y matricero, empresas auxiliares de otros sectores como: automoción, calzado, juguetero, electrónica, etc. Sin embargo, el cambio de siglo supuso el comienzo de la deslocalización de empresas hacia países con costes de mano de obra mucho más competitivos: China, Europa del Este, etc. Esta nueva situación empresarial, provocó una caída importante en las ventas de máquinas de electroerosión.
En lo relativo a las tendencias actuales del sector de máquinas de electroerosión, parece ser que tras haber tocado fondo durante los años 2006 y 2007, la actividad del sector de las máquinas de electro-erosión comienza a despertar. Se ha detectado una creciente demanda. No obstante, también se está detectando un cambio en las necesidades de equipamiento. Las empresas supervivientes tras la crisis se han especializado en trabajos de alta calidad y precisión.
Como consecuencia, los fabricantes de máquinas de electroerosión debemos seguir la demanda actual, proporcionando máquinas más precisas, más veloces y capaces de proporcionar acabados superficiales de muy baja rugosidad.