Alexandre Fernàndez i Grau, Presidente de AMT (Asociación Española de Fabricantes de Accesorios, Componentes y Herramientas para Máquinas-Herramienta)
Tras la crisis de 1993 se fue remontando progresivamente hasta el año 2001, con cifras históricas de facturación y exportación. Se volvió a una etapa de ralentización en 2002 y 2003, y nuevamente, a una etapa de crecimiento muy importante.
En 1993, hablábamos de la importancia del diseño, de las tecnologías CAD-CAM, de la calidad y la máxima precisión como filosofía de trabajo que incorporaban las empresas. Mejora de procesos, los sistemas de metrología y control, 'exportando precisión', 'exportando tecnología' eran las frases que se utilizaban para salir al exterior.
La recuperación de la crisis de 1993 y el convencimiento de que se disponía de la capacidad de fabricar productos buenos, de calidad y precisos, hicieron que la salida tuviera dos vías importantes. Por un lado se comienza a invertir en imagen: no basta con ser bueno, además hay que comunicarlo. Y por otro lado, la necesidad de buscar salidas a los productos hace que las empresas se planteen otros sectores de destino, que si bien requieren modificaciones en el producto se ven como nuevas oportunidades de negocio.
Esta diversificación supone un cambio de tal importancia, que en la última Asamblea General de AMT se decidió prescindir del nombre de la asociación la parte relativa a ‘Máquinas-herramienta’.
El tamaño, que se consideraba un problema, se ha visto en estos años como una ventaja por la flexibilidad que supone, si bien, se sigue trabajando en la búsqueda de sinergias y alianzas entre empresas.
En cuanto a las tendencias, destacaría en primer lugar la orientación a sector destino y la diversificación de sectores. La constante inversión de dedicación a la mejora continua y a la innovación ha posibilitado el abrir nuevos campos de aplicación de los productos con una orientación inicial hacia la máquina-herramienta. La tendencia es dirigirse a sectores punteros que necesitan componentes con alto contenido tecnológico: aeronáutico, máquina-herramienta, componentes de automoción, energías renovables, siderometalúrgico, electrónica, ferrocarril, proyectos de ingenierías, industria médico-quirúrgica, etc.
Otra tendencia clara es la orientación a los clientes: Boeing, Lockheed Martin, Renault, Embraer, Audi, Volkswagen, Eads-Casa, Gamesa, Caf, Iveco, Toshiba, Mazak… desde la multinacional más potente, hasta la fábrica más lejana o el taller más cercano, el compromiso con el cliente es total.
La cercanía, tanto material como personal es uno de los puntos fuertes de nuestras empresas asociadas, todas invierten tiempo y recursos en su mejora.
La gran importancia del activo humano, se traduce en una atención personalizada a los clientes. Las visitas, el apoyo a los distribuidores y agentes, hacen que los clientes sientan una mayor proximidad, confianza y libertad total para plantear todo tipo de dudas y consultas.
Este trato y colaboración permite el desarrollo de soluciones en equipos multidisciplinares entre clientes - proveedores.
La innovación es un aspecto que no se debe olvidar. En el afán de dar soluciones a los clientes, cada vez se dedica una mayor cantidad de recursos a I+D+i y sobre todo, de manera más organizada y planificada, viendo la innovación como una estrategia de futuro.