El IBV investiga para evaluar y prevenir el error humano en la interacción entre personas y máquinas de trabajo
El Instituto de Biomecánica (IBV) trabaja en la modelización de los procesos inherentes al error humano para poder caracterizarlo y monitorizarlo en tiempo real con el objeto de evaluarlo, determinar el riesgo de error y proponer acciones preventivas y correctoras. Todo ello en el marco del proyecto Senserror, financiado por el Ivace y Feder.
El proyecto Senserror tiene por objetivo mejorar los procesos emocionales y cognitivos para evaluar de forma rápida y barata el riesgo de error y, a la vez, proponer acciones preventivas o correctoras. El proyecto permitirá la aplicación de metodologías tradicionalmente asociadas a grandes procesos industriales a procesos más típicos de la realidad económica valenciana, obteniendo una mejora en la calidad de los productos, reducción de piezas defectuosas, retrasos, etc., y de la competitividad de las empresas de los sectores TIC, maquinaria y bienes de equipo.
Como explica el director de Innovación en Automoción y Medios de Transporte del IBV, José Solaz, gracias a esta iniciativa hemos avanzado en tres líneas relevantes dirigidas a reducir los riesgos de error humano en las empresas. “En primer lugar, hemos puesto a punto una metodología de evaluación del error humano aplicable a las industrias tradicionales de la Comunitat Valenciana, trasladando y simplificando metodologías que se han aplicado hasta la fecha en entornos más complejos, como es la automoción”. “En segundo lugar —añade— hemos desarrollado un modelo emocional basado en la variabilidad del ritmo cardíaco para caracterizar 5 niveles emocionales (neutro, positivo bajo, positivo alto, negativo bajo y negativo alto) de un usuario o de un trabajador”. Por último, en el IBV han generado un sistema de evaluación de la carga cognitiva para caracterizar trabajadores, basado en el test Bacik, utilizando seguimiento de la mirada y variabilidad del ritmo cardíaco.
Los resultados del presente proyecto puedan aplicarse a más sectores, si bien hay dos sectores industriales en Comunitat Valenciana que se verán especialmente beneficiados por ellos: el de maquinaria y bienes de equipo y las empresas de Tecnología de Información y Comunicación (TIC). Esto es debido, señala Solaz, “a que estos sectores diseñan y fabrican los sistemas y componentes que intervienen en control de procesos. En éstos, es posible integrar los criterios de reducción de error humano que se desarrollan en el proyecto, dotándolos de mayor valor añadido”.
De hecho, las interfaces persona-máquina (HMI) de estos sistemas y componentes son absolutamente centrales en los procesos de producción y control, y como tales tienen una gran influencia en la calidad y eficiencia de la fabricación industrial o el control que requiera intervención humana (como vigilancia del tráfico). Las HMI no sólo permiten controlar y monitorizar las instalaciones, sino que también proporcionan información valiosa sobre el estado operacional de las mismas. La evolución actual y futura de la industria manufacturera —incluidos los cambios denominados Industria 4.0— también afectará al papel que desempeña la interacción entre los seres humanos y la tecnología.
Mientras que la creciente conectividad e inteligencia de los sistemas prometen mayor flexibilidad en los procesos, también tienen el efecto de incrementar la complejidad. Esto hace que sea aún más importante involucrar a los futuros usuarios de un HMI desde el principio en su desarrollo.
Durante el desarrollo del proyecto, el IBV ha contactado con Ford España, UBE Corporation Europe, Ferrocarriles de la Generalitat Valenciana (FGV) y ETRA I+D para conocer sus necesidades e informarles de los avances del proyecto, ya que estos perfiles de empresas también son potenciales beneficiarias de los resultados de Senserror.
Considerando que el sector industrial supone un 7,12% del tejido empresarial de la Comunitat Valenciana, del cual el 99% está compuesto por pymes, según datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (febrero 2016), la generación de técnicas de prevención y detección del error humano adaptables a procesos productivos diversos, posibilitará la aplicación de metodologías tradicionalmente asociadas a grandes procesos industriales a procesos más típicos de la realidad económica valenciana.
Senserror es un proyecto financiado por el Ivace en el marco del programa de ayudas dirigidas a centros tecnológicos de la Comunitat Valenciana para el desarrollo de proyectos de I+D de carácter no económico realizados en cooperación con empresas para el ejercicio 2017, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en un porcentaje del 50% a través del Programa Operativo Feder de la Comunitat Valenciana 2014-2020.