El cambio está llegando para la ingeniería automovilística
Los fabricantes de automóviles viven tiempos difíciles: la presión que soportan para hacer diseños personalizados es cada vez mayor. Para seguir siendo competitivos tienen que crear un entorno de producción más flexible, reducir el tiempo y coste de diseño y agilizar la comercialización.
Se trata de un gran reto para los fabricantes, especialmente en un contexto de escasez de profesionales cualificados a escala global. La clave del problema reside en la falta de ingenieros cualificados capaces de utilizar las nuevas máquinas y equipos automatizados, así como de mantenerse al día de las tecnologías emergentes.
Aunque los robots puedan ocuparse de algunas tareas, hay muy pocas plantas de fabricación controladas totalmente mediante robótica. Además, se necesitan trabajadores cualificados para supervisar las operaciones y dar instrucciones a las máquinas o robots. Ni siquiera Internet de las cosas (IoT) ni la interfaz máquina-máquina pueden sustituir los conocimientos de un ingeniero cualificado.
Denunciar la carestía
Empecemos por evaluar la gravedad de la situación. En el Reino Unido, una investigación llevada a cabo por EngineeringUK puso de manifiesto que se necesitarán 1,8 millones de ingenieros y técnicos cualificados más en 2025 [1]. Además, cada vez se licencian menos ingenieros: 20 000 menos cada año [2].
En Estados Unidos, será necesario cubrir cerca de 3,5 millones puestos en el sector de la fabricación, de aquí a 2025 (aunque se prevé que 2 millones de ellos se quedarán sin cubrir) [3].
Existe la opinión generalizada de que no hay suficiente personal cualificado para responder a las necesidades del universo tecnológico actual. Este no es un problema exclusivo del sector automovilístico: algunos fabricantes tienen grandes dificultades para encontrar personal cualificado capaz de sacar rendimiento a la avanzada tecnología de fabricación subyacente a IoT, a la robótica, a la impresión 3D y a la realidad virtual/aumentada.
¿Por qué ocurre esto? Existen varias causas. Es frecuente que los ingenieros cualificados dejen su especialidad para hacer carrera en sectores más lucrativos, como el financiero. En cuanto a los que son fieles a su área de especialización, éstos podrían optar por trabajar en sectores distintos al automovilístico.
Vicki Holt, presidenta y directora ejecutiva de Proto Labs, afirma que también se trata de un problema de percepción: “Las fábricas inteligentes están sustituyendo a las antiguas plantas de producción. Los trabajadores pasan más tiempo delante de los ordenadores y menos frente al equipo de fabricación. Además, los avances en torno a los últimos procesos, como la impresión 3D, rebasan constantemente los límites de la fabricación convencional”. Y añade: “desgraciadamente, la percepción pública no es consciente de esta nueva realidad. Así pues, mucha gente tiene una visión obsoleta de las profesiones dedicadas a la fabricación: trabajos con una paga decente sinónimos de largas cadenas de montaje, mano de obra manual y maquinaria ruidosa”.
Holt cita un estudio realizado por Opinion Research Corporation en 2016, a petición de Proto Labs, que mostró que el 71% de la gente no percibe el sector de la fabricación como una profesión vinculada a la alta tecnología. “Desterrando percepciones desfasadas y dando a conocer a los jóvenes la realidad de la fabricación actual empezaremos a cerrar la brecha formativa e inspiraremos a una nueva generación de trabajadores para que opten por profesiones tecnológicamente avanzadas y bien remuneradas en nuestro sector”, explica Holt.
Las empresas necesitan personal que pueda adaptarse al rápido ritmo de evolución de la tecnología y progresar con ella. Foto: Volvo.
Salvar la brecha
Los fabricantes (automovilísticos o no) han identificado la necesidad de crear una plantilla de trabajadores capaz de dar soluciones inteligentes a los problemas. Las empresas necesitan personal que pueda adaptarse al rápido ritmo de evolución de la tecnología y progresar con ella. Por otra parte, cada vez más fabricantes se están centrando en la contratación y formación de talentos que sean capaces de comprometerse con sus inversiones tecnológicas y desarrollarlas.
Es obvio que si no hay personal disponible, las empresas no pueden contratarlo. Aquí es donde el software automatizado revela todo su potencial. Por ejemplo, la impresión en 3D, el mecanizado CNC y el moldeo por inyección de alta tecnología pueden ayudar a salvar la brecha, ayudando a los ingenieros y diseñadores internos con recursos adicionales y diseños para análisis de fabricabilidad. Estas tecnologías, también apoyan a los proyectos I+D y a los requisitos de los proyectos, ofreciendo procesos de fabricación digital que agilicen la comercialización de los proyectos.
Las soluciones tecnológicas de empresas, como Proto Labs, que cuenta con un software de automatización que incluye un análisis de viabilidad, ayudan a aliviar la presión a la que se veían sometidos los ingenieros que tenían que dirigir el proceso de producción de principio a fin. Las tecnologías de fabricación digital ofrecen una velocidad que satisface, e incluso puede superar, las expectativas de los clientes, produciendo piezas a demanda en pocos días (incluso en un solo día para los artículos menos complejos). Además, una vez aprobado el diseño del prototipo, las técnicas de fabricación digital ahorran tiempo también en las fases de ensayo y fabricación del producto.
La fabricación digital y el avance tecnológico que supone ayudan a los ingenieros automovilísticos a sacar sus productos al mercado con mayor rapidez que nunca. En última instancia, esto relaja la presión a la que se ven sometidos los fabricantes automovilísticos competitivos y ayuda a sobrellevar la escasez de ingenieros cualificados.
Referencias
[1] http://www.telegraph.co.uk/business/2017/03/04/uk-firms-engineers-banks-struggle-fill-skills-shortage/
[2] http://www.engineeringuk.com/media/1356/enguk_report_2017_synopsis.pdf
[3] http://www.huffingtonpost.com/vicki-holt/in-manufacturing-closing-_b_13748370.html