Entrevista a Andrés Barceló, director general de Unesid
Platea —Plataforma Tecnológica Española del Acero— cumple su primera década de actividad con 52 miembros y 390 millones de euros en propuestas de I+D+I alrededor del acero. Estos proyectos cubren un extenso campo de actuación que abarca desde los procesos internos de la fabricación de acero, sus materias primas, medioambiente, ergonomía, seguridad… hasta la mejora de capacidades técnicas del personal siderúrgico, una amplitud que es paralela a la flexibilidad de aplicaciones del propio material. De este trabajo se beneficia extensamente el sector de la chapa. Andrés Barceló, director general de Unesid, nos explica en qué situación se encuentra hoy el sector de la fabricación de acero, el nivel de I+D y su relación con las empresas usuarias.
Para situarnos, actualmente, ¿cuántas plantas productoras de aceros existen en España? ¿Qué capacidad de producción tienen en total?
En la actualidad, en nuestro país, hay 19 fábricas que producen acero, todas ellas con sus correspondientes instalaciones de laminación, a las que hay que sumar otras siete plantas más de laminación.
La producción total en el año 2014 fue de 14,3 millones de toneladas de acero bruto frente a un máximo histórico de 19 millones de toneladas que se alcanzaron en 2007.
¿Cuál es la posición de España como productor respecto a otros países de Europa? ¿Y del mundo?
España es el cuarto productor europeo, muy cerca del tercero, que es Francia. Los dos primeros son Alemania e Italia. En cuanto al ámbito mundial, la eclosión de los países emergentes, liderada por China, ha cambiado radicalmente el panorama: España se encontraba hace diez años entre los diez primeros productores pero ahora ha descendido al puesto décimo sexto.
¿Y cómo consumidor de acero?
España es el tercer mercado europeo, por detrás de Alemania e Italia, que suponen en conjunto el 40% del consumo en Europa. Nuestro país representa el 8,2% del consumo total en Europa. De acuerdo con las estimaciones de Worldsteel, España es el vigésimo mercado mundial.
Por otro lado, ¿cómo están afectando las importaciones de aceros de otros países, por ejemplo, los asiáticos, que pueden entrar con mejor precio?
Hay que señalar que Europa, junto con EE UU, son los dos únicos mercados siderúrgicos que tienen un arancel cero, es decir, están abiertas a cualquier importación, sin ninguna barrera arancelaria. Eso hace muy sencillo para fabricantes de otros países terceros intentar vender sus productos en el mercado europeo.
El problema surge cuando algunas empresas hacen ‘dumping’: venden los productos por debajo de los costes de producción o a unos precios muy inferiores a los que venden en sus mercados nacionales. Este comercio desleal perjudica seriamente a los exportadores leales y, por supuesto, a la industria europea. A mayor abundamiento, algunos países de economía dirigida han creado una sobrecapacidad sin ninguna relación real con las fuerzas del mercado y se dedican a inundar los mercados mundiales con sus productos. Ese es el caso de la siderurgia china, en la que se estima una sobrecapacidad de 200 millones de toneladas y que ha exportado en el último año 80 millones de toneladas. Esta cifra es el equivalente al doble de la producción de acero de Alemania.
Nosotros no tenemos nada contra las importaciones siempre que se realicen en condiciones legítimas. Los países como China carecen de ventajas competitivas en la producción de acero en relación con Europa, por no hablar del compromiso ambiental de la industria europea en comparación con la de otros países.
En este sentido, ¿existe algún sistema para que el comprador pueda asegurarse una calidad del acero que adquiere?
Los productos siderúrgicos son productos muy normalizados. El material debe producirse de forma que tenga unas características definidas en la correspondiente norma técnica.
Los clientes deben exigir los correspondientes certificados técnicos de adecuación a las normas, más allá del cumplimiento de la burocracia oficial.
En estos momentos, ¿qué tipo de aceros son los más demandados? ¿Para qué mercados?
El acero es el material de elección en prácticamente todas las actividades humanas. Es casi imposible encontrar un producto manufacturado que no contenga acero o en el que el acero no haya intervenido en su proceso de fabricación. El principal mercado de los productos siderúrgicos es el ligado a la construcción, tanto obra pública como edificación, seguido del sector del automóvil y los bienes de equipo.
El sector corte de chapa está viviendo un intenso cambio en cuanto a la forma de trabajar el material. ¿Cómo afecta esto al fabricante?
Los productores siderúrgicos están trabajando, en colaboración con sus clientes, para ir adaptando las características de los productos a la demanda, en prestaciones mecánicas, disminución de peso y, también, en disminución de las emisiones asociadas al producto.
Por lo general, ¿el acero es un producto estándar o admite producción ‘llave en mano’?
El término ‘acero’ engloba más de 5.000 variedades diferentes que van desde las calidades digamos más ‘comerciales’, hasta las que cumplen los requerimientos más estrictos. Si bien, las calidades más comerciales son utilizables en una gama amplia de aplicaciones, lo que las hace casi una ‘commodity’, otras calidades son específicas para los requerimientos del cliente y sólo se fabrican bajo pedido.
¿Observan una mayor demanda de materiales más ligeros? ¿Cómo se logra sin perder la robustez y prestaciones mecánicas del acero?
La siderurgia está desarrollando los denominados aceros de alta resistencia, que conjugan una mejora de las características mecánicas tradicionales con un menor peso. Evidentemente estos aceros son más caros de producir, pero podemos afirmar que estamos en disposición de satisfacer todas las exigencias de los clientes.
¿Qué otras características demanda el sector? Estoy pensando en facilidad de manipulación, de soldadura, de conformado de la chapa, …
Esas características son consustanciales al acero y le diferencian de otros materiales mucho más difíciles de soldar, conformar en caliente o en frío, etc. Además el acero es 100% reciclable, con una recolección muy sencilla en la que un electroimán es suficiente y admite infinitos ciclos de reciclado, a diferencia de otros materiales que sorprendentemente presumen de su reciclabilidad.
Platea, la plataforma tecnológica del sector, acaba de cumplir 10 años. ¿Cómo ha evolucionado en estos dos lustros?
Platea comenzó con un planteamiento más sectorial y con el paso de los años, especialmente en los cinco últimos, se ha abierto mucho a la interrelación con otros sectores y sus equivalentes en plataformas tecnológicas, que aunque más recientes con frecuencia han aportado algunas ideas frescas. Esto ha propiciado poder desarrollar jornadas técnicas más atractivas no sólo para el sector sino para proveedores y utilizadores, e incluso una más estrecha interacción en escuelas técnicas, universidades y centros tecnológicos a nuestro alrededor.
Se ha incrementado el ‘networking’; se trabaja en torno a 100 propuestas por año (presentadas y en ejecución). Con este mismo planteamiento se ha ido produciendo una apertura desde líneas de trabajo más exclusivamente siderúrgicas como es los proyectos RFCS a Programa Marco, sobre todo con el lanzamiento de H2020 porque incluye al acero como sector.
¿En qué proyectos han participado en este tiempo que se hayan traducido en oportunidades de mercado?
La mayoría de los proyectos que se desarrollan han de tener una importante orientación al mercado, dado que es de por si uno de los aspectos a valorar en las convocatorias a las que se presentan, si es que se aspira a participar en algún esquema de apoyo a la I+D+I de carácter industrial.
Como ejemplos, y sólo como pequeña muestra, podrían ser estudios sobre nanopartículas que tienen un papel importante en el desarrollo de nuevas calidades de acero (más resistentes, duros, con reducción de tiempos de producción y energía). Desarrollo de aceros no-activables (para proyectos de energía nuclear) han dado lugar a desarrollos de aceros para el ITER o el LHC. La mejora de propiedades en los aceros permite reducir el peso de los vehículos ofreciendo una mayor seguridad de los ocupantes. En ferrocarril, nuevos aceros para fijaciones ferroviarias con bajo índice de deformación; o cabezas de carril más resistentes, prolongando la vida útil de las infraestructuras. En aspectos de construcción se ha trabajado para desarrollar un salto cualitativo proceso de adaptación e introducción del ser humano en el medio ambiente marino, mediante el desarrollo del conocimiento, materiales, soluciones constructivas y tecnologías necesarias que aseguren el desarrollo sostenible, basado en una arquitectura versátil, una avanzada ingeniería y conceptos de sostenibilidad. Sin embargo, constituyen tan sólo una muestra de un ingente número de proyectos.
