Sernauto convoca a una jornada a los aludidos por la Directiva de VFU
¿Qué haremos con 1,2 millones de vehículos fuera de uso?
Julio de Juan Sáez, jefe de Área coordinador de Programas de Automoción del Ministerio de Ciencia y Tecnología explicó los pormenores de la Directiva europea, cuyos objetivos, dijo, son la reutilización, valorización y reciclaje, la limitación del uso de sustancias peligrosas y el establecimiento de sistemas de gestión de vehículos fuera de uso (VFU).
Mar García Ramos, senior manager de Price Waterhouse Coopers, se detuvo en todos los detalles normativos y en el trabajo que esta consultora está realizando para Sernauto, especialmente en lo relativo a la creación de Ecopartes. Según explicó, la Directiva 2000/53, relativa a los Vehículos al Final de su vida Útil (Directiva de VFU) fue aprobada en octubre de 2000, estableciendo como fecha máxima de adaptación a la legislación de cada país miembro el 21 de abril de 2002. Junto con la Directiva de Envases y Residuos de Envases y la Directiva de Aparatos Eléctricos y Electrónicos, constituye una de las llamadas legislaciones sobre ‘Política Integral de Producto’, que pretende tener en cuenta el impacto ambiental de los productos desde su concepción, reduciendo el uso de sustancias peligrosas, favoreciendo la eficiencia energética de los productos y la reducción de emisiones durante su uso, minimizando los residuos e incrementando las posibilidades de reciclaje al final de su vida útil.
La Directiva de VFU es de aplicación tanto a los vehículos que han alcanzado el final de su vida útil, como a sus componentes y materiales. Impone obligaciones de tipo cuantitativo y cualitativo, enfocada tanto a la prevención de residuos como al aumento de la valorización de los residuos de VFU y de piezas y componentes. Desde el punto de vista de la prevención se prohíben ciertas sustancias peligrosas y se quiere favorecer el uso de materiales reciclados en los componentes de automoción. En cuanto a la valorización de los residuos, la Directiva requiere un sistema de recogida de todos los VFU, pero para las piezas y componentes usados en la medida en que sea técnicamente viable. Se establecen objetivos para recuperación y reciclaje de los vehículos, pero no para piezas y componentes (ver tabla 1).
Diferentes opciones en Europa
Se pueden dividir las diversas opciones en tres modelos: el sistema basado en cuota, el basado en el mercado (sistema abierto) y el sistema compañía a compañía. El primero es el que ha seguido Holanda, donde una organización sin ánimo de lucro cobra una cuota única al primer propietario del vehículo en concepto de gestión del residuo. Con esta cuota se subvenciona el coste del desmontaje, transporte o reciclaje de los VFU. El sistema abierto, como el adoptado en Francia, no crea mecanismos de financiación específicos, sino que espera que el propio mercado asegure que se cumplen los objetivos. Y el sistema compañía a compañía (Reino Unido y Alemania, y similar al que se está implantando en España) asigna responsabilidades individuales a los productores de vehículos sobre los de su marca. A los fabricantes de vehículos se les obliga a financiar un sistema de recogida y tratamiento de sus propios vehículos fuera de uso, a cumplir los objetivos y a demostrar que ha cumplido.
El punto de vista de Sernauto
El proyecto Ecopartes que Sernauto está impulsando, pretende desembocar en la creación de una entidad sin ánimo de lucro, que podría constituirse bien como Sistema Integrado de Gestión o bien plantearse como un Acuerdo Voluntario Sectorial.
Ecopartes pretende dar cobertura a las obligaciones de los fabricantes de piezas y componentes del automóvil que se convierten en residuos durante la vida útil del mismo y no cuando el vehículo se convierte en un VFU, aunque no descarta trabajar en común con el sistema que se organice para dicha gestión. Tampoco serán objeto de Ecopartes los productos que ya tienen una legislación específica, como los neumáticos, ni los residuos fungibles del vehículo.
Los fabricantes de vehículos
Las cifras
Más cifras interesantes. Si en 1997, el número de bajas de vehículos en España fue de unos 500.000, esta cifra se aproximó al millón en 2002, estará en torno al millón cien en 2003 y superará el millón doscientos en el año 2004. Esto significa que en 2003, habrá un peso de un millón de toneladas de residuos para gestionar, cifra que se acercará al millón doscientas de toneladas en el año 2004.
También es interesante observar cómo está variando la composición de un automóvil. Si el acero en 1976-1980 representaba un 79 por ciento de un vehículo, en el periodo 2001-2006 esta cifra está en torno al 70,1 por ciento, mientras que en esos mismos periodos los plásticos pasan de un 5 a un 8,5 por ciento.
En opinión del secretario general de Ecoauto, los actuales déficits en la búsqueda de una respuesta a la Directiva son la tardanza en la transposición de la normativa europea, la superación o fase de borrador de los planes nacionales de actuación, la escasez de infraestructuras y la falta de apoyos. Una de las consecuencias de esta situación es que cuesta menos el vertido que la reutilización y/o reciclado.