Personalización y flexibilidad, las claves del diseño que viene
El sector del mueble evoluciona hacia la innovación
15 de septiembre de 2008
Los cambios producidos en los últimos tiempos tanto en tecnología de fabricación, como en el ámbito social, -desde las tendencias en el gusto del consumidor o la presencia en el mercado de potentes fabricantes-distribuidores, hasta el tamaño de las viviendas -, o el económico, han llevado al sector del mueble a transformarse. En este reportaje les hablamos de los retos más importantes a los que se enfrenta esta industria y ofrecemos algunas recetas para no perder el tren… A lo largo de estas páginas, y a través de una serie de entrevistas a reputados diseñadores, encontrarán también una aproximación a las nuevas formas de habitar y a los códigos conceptuales del diseño que viene, aquel que nos acompañará y del que vamos a disfrutar, durante buena parte de nuestras vidas.
El mueble-bar Parra, diseño de Juli Capella en colaboración con Muebles Picó, es una reinterpretación del mueble holandés del siglo XVIII y XIX y según sus creadores “con Parra se quiere proponer una contradicción: aprecio y admiración por el mueble clásico frente a cierta lejanía empática”. La pieza forma parte del catálogo Maestre, proyecto promovido por Federmueble.
Panorama del sector. Retos y soluciones
La pregunta obligada es si el sector ha sido capaz de adaptarse a los nuevos criterios, si ha evolucionado de forma pareja a la transformación que ha experimentado la sociedad, una transformación, por otro lado, imprescindible para permanecer en el mercado. El secretario general de Confemadera, Francisco de Paula Pons, lo tiene claro: “La tendencia de consumo en España entró en una nueva etapa con la irrupción de Ikea en el sector de la distribución.” Una nueva cultura del 'no-mueble' hace mella en el consumidor y afloran nuevos modos de entender el hábitat, un estilo de mínimos “que hace que el ciudadano deje de consumir mueble clásico -afirma Pons-, y adopte en su mobiliario un look zen, oriental, con herrajes integrados, fácil de limpiar, etc.” A esto se añade toda una cultura del ocio que ha modificado la escala de prioridades del consumidor a la hora de distribuir el presupuesto, convirtiendo las grandes superficies de mueble sencillo en el canal mayoritario.
“En los últimos años un considerable porcentaje de fabricantes de mueble clásico ha decidido dar a su catálogo un nuevo rumbo porque entiende que ha habido un cambio de perfil del consumidor, un cambio de tendencia en sus gustos”
Esta pieza se incluye en el catálogo del “Proyecto Maestre, nuevos clásicos de autor”, impulsado por Federmueble. Se llama Librerinda y es diseño Óscar Tusquets en colaboración con Mariner. La característica más sobresaliente de esta vitrina-librería es la alianza entre tradición y modernidad, solucionada a través de una armónica combinación de la madera y el vidrio.
Para Ricard Ferrer, diseñador industrial y profesor de la Escuela Elisava donde dirige un Posgrado en Diseño de Mobiliario, “el problema no es Ikea” -dice-, y describe así la situación: “Existe, por un lado, un núcleo de diseño contemporáneo, representado por SIDI y su entorno, y otro gran bloque que abarca alrededor del 80 por ciento de la oferta, que corresponde al mueble clásico. Lo que ha venido produciéndose en los últimos años es que un considerable porcentaje de fabricantes de mueble clásico ha decidido dar a su catálogo un nuevo rumbo porque entiende que ha habido un cambio del perfil de consumidor, un cambio de tendencia en sus gustos, y que el mueble clásico ve reducirse su parcela; estos fabricantes han hecho un pseudocontemporáneo, un mix, un producto más decó, aunque todavía con mucha decoración, no tan limpio, no tan minimal, pero están buscando dar respuesta a los nuevos requerimientos del consumidor y para actualizar sus referencias han buscado la colaboración de diseñadores de prestigio.”
Al hilo de lo anterior y en esta línea de concebir el diseño como una herramienta clave para la innovación y la competitividad de las empresas del sector del mueble clásico, se enmarca el “Proyecto Maestre, nuevos clásicos de autor”. La iniciativa, impulsada por la patronal Federmueble y que cuenta con el apoyo del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, vio la luz en 2006 y tiene por objeto posibilitar una relación continua entre los diseñadores y los fabricantes que permita a la industria española del mueble competir con un valor añadido en los mercados exteriores.
El Proyecto Maestre supone la reinterpretación del mueble clásico estableciendo un diálogo entre tradición y evolución integrando el diseño contemporáneo con la riqueza expresiva, la calidad y la excelencia de los materiales que caracterizan el concepto de mueble clásico.
Cien por cien madera. Las imágenes muestran lo que parece ser una choza y que es, en realidad, una acogedora habitación de hotel en el corazón de un inmenso bosque en la ladera del mítico Rio Kuait. La madera y demás tallos naturales, constituyen la materia prima casi exclusiva de este habitáculo, tanto en su construcción como en el mobiliario interior. Desde un práctico y liviano perchero, hasta el pavimento o la carpintería, continente y contenido quedan plenamente integrados en el paisaje.
Otro de los proyectos promovidos por la Federación Española de Empresarios e Industriales del Mueble es Domus Mediterránea, que nació con el propósito de poner en contacto a las nuevas generaciones de diseñadores con las empresas fabricantes, facilitando la conexión entre tendencia y desarrollo práctico, entre diseño y producción, con la finalidad de lograr piezas de mobiliario y elementos de decoración adaptados a los nuevos estilos de vida. En su última edición, Domus Mediterránea utilizó el concepto de 'casa abierta' como hilo conductor de las piezas de mobiliario. Este eslogan surge tras diferentes análisis y reflexiones sobre la forma de vivir y lo que representa la casa actualmente, con tendencias decorativas como la convivencia de mobiliario de diseño actual con muebles antiguos, o la utilización de muebles y objetos eclécticos. La disminución del espacio en la casa, el crisol de culturas existente y su influencia en el hogar o las distintas tipologías de familia, son algunas de las realidades que están cambiando la concepción de casa y abriéndola a estas nuevas demandas. Sobre el proyecto Domus Mediterránea, Pons nos cuenta que “los resultados de las cinco ediciones han puesto de manifiesto el éxito de esta fórmula, en la que más de 250 empresas participantes han incorporado el diseño a su cartera de productos como estrategia empresarial y más del 50 por ciento están comercializando el producto con el que se presentaron a Domus, lo han integrado en sus catálogos comerciales y anuncios de publicidad y han conseguido introducirlo en otros mercados.”
Hay mesas y mesas… A la izquierda, mesa y bancos en madera maciza fabricados por los lugareños con medios tradicionales. Los encontramos en un hotel en pleno bosque, en la provincia tailandesa de Kanchanaburi.
A la derecha, otra mesa de estilo rústico, aunque en esta ocasión la pieza es diseño del interiorista Pascua Ortega, creada en exclusiva para la firma De Dietrich. Se llama Mesa PO y es una pieza única elaborada de forma artesanal a partir de madera de roble antiguo, de la que tan sólo se realizarán 50 unidades numeradas y firmadas por Pascua Ortega.
La difícil tarea de evolucionar
Pero el diseño por sí sólo no obra milagros. Como nos cuenta el profesor Ferrer, “las industrias del sector tienen una inercia y unas prácticas que son las adecuadas para el producto clásico, pero el contemporáneo es absolutamente diferente en todos los sentidos: procesos, interpretación, acabados, presentación del producto, comercialización, eventos en los que hay que estar y en los que no vale la pena… Los diseñadores comprobamos esta circunstancia en nuestro día a día; ante cualquier pequeño detalle que dejas a la interpretación del industrial, el resultado nunca es coincidente con la concepción del diseñador, pues la solución introducida se aborda bajo una filosofía distinta a la nuestra…” Lo que aparentemente podría constituir un choque frontal puede, sin embargo, ser el principio de una fructífera historia de colaboración, pues suele ocurrir que la transformación conceptual contagie todo el modus operandi de la empresa.
“Es muy satisfactorio -reconoce Ferrer- cuando comienzas a colaborar con una empresa y ves que se produce un cambio sustancial, que toda la empresa se va tiñendo de esa nueva filosofía y empiezan a pedirte que intervengas en otras áreas, de manera que acabas diseñando desde las tarjetas de visita, hasta las instrucciones o las cajas para embalar el producto…” En relación con esta cuestión Francisco de Paula Pons, manifiesta que “el sector ha entendido que el diseño constituye un instrumento que permite adecuar las aspiraciones del consumidor al proceso productivo, y que debe abarcarlo todo, desde la concepción del producto hasta la fase de venta o la roturación de los camiones para el transporte de la mercancía”.
A gusto del consumidor
Hurgando entre tendencias hemos encontrado una que, a todas luces, tiene largo recorrido: la customización o personalización. Es algo así como un 'tunning' sofisticado, y el sector del mueble de cocina, un segmento que viene experimentando considerables crecimientos en los últimos años, ha comenzado a incluir procesos de customización en su portafolio de soluciones para cubrir un nuevo nicho de mercado: el de consumidores dispuestos a consumir exclusividad, no necesariamente ligada al lujo, y por tanto a pagar por ella. El sector no debe ignorar a toda una nueva generación que ya se ha acostumbrado a consumir sus propias -por tanto exclusivas- creaciones; se inició en la pantalla de su ordenador, convirtiéndose en productor de su 'ocio digital', y pronto deseará también el control sobre su espacio vital.
Junto a estas líneas vemos un ejemplo de personalización en la cocina. La propuesta es de Fagor. Altia, que así se llama esta línea, está fabricada en vidrio, lo que permite personalizar los muebles de la cocina con imágenes elegidas por el consumidor, en este caso, por el mediático cocinero Karlos Arguiñano, que para la temporada de verano de su programa diario escogió este colorido decorado (foto1). Según Arguiñano “Para sentirte bien lo importante es comer de todo un poco sin olvidarte de las frutas y verduras, por lo que me siento orgulloso de cómo ha quedado el decorado de los muebles de cocina. Hemos conseguido transmitir ese concepto en imágenes, con frescura y alegría”.
En la foto 2, el cocinero posa junto al decorado seleccionado para la recién estrenada temporada de otoño del programa 'Karlos Arguiñano en tu cocina'; en esta ocasión ha elegido un diseño de estilo sencillo en tonos blancos y rojos con siluetas de utensilios de cocina muy divertidos.
Y es que la cocina, si ayer fue espacio cerrado y funcional, hoy ha pasado a ser una zona de estar y también de exhibición, un espacio representativo y multifuncional. En este sentido, el sector del mueble de cocina está inmerso en una reflexión sobre el concepto de vivienda flexible, capaz de evolucionar y adaptarse a los cambios. Las soluciones modulares y la personalización de los paneles son algunas de las propuestas para lograr la mutabilidad de la cocina en función de las cambiantes necesidades y preferencias de las familias con el paso de los años.
Pero la reconversión de toda una industria de larga tradición como es la del mueble en madera no es fácil y transformarse al son que marca el consumidor, en definitiva la adecuación del producto ofertado al producto demandado, es, tal vez, el punto más difícil de dominar. Incluso en el mejor de los casos. “No son pocas las empresas -explica Ferrer- que teniendo los deberes hechos como industriales, se plantean el problema de no tener claro el camino a seguir y se encuentran desorientadas; son empresas que cuentan con operarios cualificados, con acceso a las más modernas tecnologías y a las mejores materias primeras pero que se preguntan '¿qué debo ofrecer?'…; esto les ocurre, sobre todo, a fabricantes de mueble clásico.”
El sector en acción
Algunas actuaciones que se están llevando a cabo desde las asociaciones de fabricantes en el ámbito legislativo, para contrarrestar la tendencia iniciada hace casi una década en que la producción del sector ha venido creciendo muy tímidamente, y el hecho de que se hayan invertido las cifras de exportaciones e importaciones -estas últimas superan a las primeras-, ha sido negociar con el Ministerio de Industria la limitación de las importaciones del mobiliario tratado con barnices con disolventes, y del que contenga colas o pegamentos que no cumplan la normativa europea. Además, el sector trabaja por la introducción de maderas certificadas, en las que figura el detalle del tipo de madera, tratamientos que ha recibido, etc. El inconveniente de las maderas certificadas es su precio, que debe repercutirse en el producto final y, como asegura el secretario general de Confemadera, “cuando al consumidor le tocas el bolsillo, no siempre responde…”, y nos cuenta la anécdota de un fabricante de puertas de madera certificada, que “incrementó -explica Pons- en un 4 por ciento el PVP, y el consumidor rechazó el producto…”
Otras de las estrategias que está adoptando el fabricante de mueble interior para sobrellevar el descenso de la demanda y buscar economías de escala es virar hacia el mueble de instalación, pues en una sola operación puede vender medio centenar de mesas para oficina, por ejemplo. Este hecho genera una tendencia hacia el producto ambivalente, que se adecua tanto al ámbito doméstico como al de oficina. También se consolida la tendencia de los fabricantes de interior a abordar el segmento del mueble exterior y, como consecuencia, llegan nuevos criterios y reinterpretaciones que aportan frescura a este tipo de mobiliario.
La industria del mueble ha visto cómo el consumidor particular ha ido reduciendo el presupuesto destinado al hogar y cómo, progresivamente, ha focalizado sus intereses en otro tipo de bienes o servicios, en buena parte, relacionados con el ocio. Frente a este consumidor para quien no es prioritario gastar su dinero en muebles, emerge un importante sector al que proveer: la hostelería y la restauración, que han mejorado notablemente su equipamiento en los últimos años y que hoy está realizando inversiones muy importantes en mobiliario.