Conseguir valor de las devoluciones
Cada año se producen en España unos 60 millones de toneladas de residuos industriales de los cuales, por el momento, sólo un 35 % son reutilizados, el resto son destinados directamente a los vertederos. La normativa europea en materia de residuos (vertidos, incineración, envases, vehículos fuera de uso y fin de vida útil de aparatos mecánicos, eléctricos y electrónicos) obliga a un aumento considerable de los porcentajes de la reutilización, reciclaje y recuperación, y por tanto, a la logística inversa.
Todos los sectores implicados, desde fabricantes, mayoristas, importadores, envasadores y hasta los propios consumidores, van a tener que hacer un esfuerzo en este cambio de mentalidad, para no verse involucrados en las responsabilidades por incumplimiento de la legislación.
El objetivo final de todo este proceso es una disminución drástica de lo que se destina a los vertederos, y un aumento muy importante de las necesidades de transporte a las plantas de reciclaje y tratamiento final. La clave del éxito en este desafío que plantea la legislación medioambiental es el conocimiento profundo del mundo del transporte y el almacenaje.
Logística inversa
¿En qué consiste la logística inversa? Comprende todas las operaciones relacionadas con la reutilización de productos y materiales. Se refiere a todas las actividades logísticas de recogida, desensamblaje y proceso ya sea de materiales, productos usados, y/o sus partes, para asegurar una recuperación ecológica sostenida. Por lo tanto, entendemos por logística inversa al proceso del flujo de materias primas, inventario en curso, productos terminados y la información relacionada con ellos, desde el final de la cadena de suministro, el punto de consumo, hacia el origen. El fin último de esta logística inversa es recapturar estos productos o materiales, para crearles valor, o para desecharlos.
Cómo crear valor en el producto devuelto
Una vez el producto es devuelto es clave centrarnos en darle/recuperarle el máximo valor posible. Si la devolución se ha producido por roturas del producto, mal estado del mismo o bien un simple daño en el envase. ¿Qué podemos hacer con ello? Existen cinco categorías que pueden derivar del motivo de la devolución: reparación, restauración, refabricación, distorsión o separación y reciclaje. Las tres primeras categorías hacen referencia al grado de acondicionamiento del producto.
La reparación implica una cantidad mínima de mejora del producto, y la refabricación es el acondicionamiento más grande que se ha de hacer. La cuarta categoría, distorsión o separación, es la recuperación de un conjunto restringido de partes utilizables de los productos usados. El reciclado es la reutilización de materiales que formaban parte de otro producto.
Vamos a centrarnos en la recuperación de bienes, entendida como la clasificación y disposición de materiales devueltos, sobrantes, obsoletos, desechables, residuos o exceso de material, así como otros bienes, de modo que se consigue: maximizar las devoluciones al propietario por un lado, y minimizar los costes y las deudas relacionadas con la disponibilidad.
El objetivo de la Recuperación de bienes es recuperar el máximo valor económico (y ecológico) que sea posible, reduciendo las últimas cantidades de desperdicios.
Este es un punto importante en la actividad de negocio para muchas empresas. Su importancia en la rentabilidad de la empresa depende de la habilidad con la que la empresa recupere tanto valor económico como sea posible de los productos utilizados, mientras minimiza los impactos negativos como por ejemplo los problemas medioambientales.
Los fabricantes en muchos casos no se responsabilizan de los productos después del uso por parte del consumidor. Muchos productos están diseñados para minimizar los costes de materiales, distribución y montaje, e ignorar las reparaciones, la reutilización y los requerimientos de disponibilidad. Los fabricantes creen que los costes de incorporar dichos requisitos tendrían más peso que las ganancias.
Existe mercado para los productos recuperados
El mercado para este tipo de productos se conoce como ‘Mercado Secundario’. El proceso de recuperación de bienes puede incluir la variación de los productos devueltos. Muchos detallistas y fabricantes quieren que su marca sea reconocida cuando entran en los mercados secundarios. La variación puede ser mediante el cambio de nombre del fabricante o sacando la etiqueta del precio.
Los productos con defectos o con problemas de calidad son otro recurso de productos devueltos. La cantidad de este tipo de devoluciones depende de la garantía de cada uno, así como los servicios contratados. La predicción de las devoluciones de productos defectuosos es difícil. Los índices de fallos o de defectos de calidad dependen mucho del tipo de producto. Por ejemplo, los materiales electrónicos tienden a fallar más pronto, mientras que los componentes mecánicos duran más.