Vegetación y arquitectura, aliados para mejorar el medio ambiente y la calidad de vida
La introducción de la vegetación en la arquitectura, el interiorismo y en la creación de espacios urbanos es una práctica que se ha convertido en los últimos tiempos en una perfecta aliada en la mejora del medio ambiente y de la calidad de vida de las personas.
Las plantas y las flores pueden ser empleadas de diferentes maneras tanto al aire libre, en forma de jardines verticales y azoteas verdes, o en el interior de las viviendas, según la campaña Europa Florece que, impulsada por Fepex, se está llevando a cabo a lo largo de este año para promocionar el consumo de planta y flor e informar de los beneficios que aportan a nuestras vidas.
En el interior, la arquitectura y el diseño se inspiran en la naturaleza usando materiales naturales, formas orgánicas provenientes de bosques y praderas o llenando de vida, aromas y tonalidades viviendas y oficinas con la presencia de multitud de plantas, bien integrándolas en el diseño o dándoles un papel más protagonista en forma de paredes vegetales. Como destacan desde la campaña Europa Florece, entre los beneficios físicos que las plantas proporcionan a los espacios interiores están los derivados de la fotosíntesis, su función biológica esencial, que son la producción de oxígeno y la captación de dióxido de carbono.
Los profesionales españoles que impulsan esta campaña -que cuenta con apoyo y financiación de la Unión Europea-, detallan además que, “muchas plantas como el espatifilo o la cheflera tienen la capacidad de filtrar sustancias nocivas dispersas en el ambiente, por lo que ayudan a disfrutar de un aire más puro y limpio en nuestros entornos vitales”.
En el caso del uso de plantas en la arquitectura en el exterior, los grandes jardines verticales y azoteas verdes ayudan a regular la temperatura de los edificios y elevan su valor estético. En el caso particular de las azoteas -antaño un espacio vacío y casi sin uso- son ahora un lugar de oportunidades en las que se crean grandes jardines y sobre todo huertos urbanos privados o colectivos. Su máxima expresión en Europa se encuentra en París, en el Expo Porte de Versalles, con una superficie de más de 14.000 metros cuadrados.
Jardines y huertos ayudan a combatir el cambio climático y a potenciar la presencia de polinizadores y el bienestar de la fauna urbana como las aves. Además, fomentan la socialización y la reducción del estrés con la creación de espacios relajantes, y también potenciando actividades que nos mantienen activos como la jardinería.