Entrevista a Audrey Ashworth, directora de SIAL

La última edición de SIAL, la mayor feria alimentaria del mundo, se celebró del 19 al 23 de octubre en París. Este año, el salón celebró su 60 aniversario y lo hizo por todo lo alto. No solo por el ambiente y las actividades festivas que tuvieron lugar en el recinto ferial, sino por las cifras récord que consiguió el salón. De todo ello hablamos durante la feria con su directora, Audrey Ashworth, quien se mostró muy orgullosa de la evolución de SIAL y de cómo ha sabido adaptarse a los constantes cambios. 400.000 productos mostrados

SIAL nació en 1964 y durante sus 60 años de vida siempre se ha guiado por la innovación, tanto en su edición de París como en el resto de ciudades. Este 2024, estamos celebrando la edición más grande de nuestra historia, con más de 7.500 expositores de más de 127 países… Esto significa que todo el recinto ferial ha estado ocupado: 11 pabellones en total que alcanzan una extensión de 270.000 metros cuadrados (¡el equivalente a 100 hipermercados!). Además, los visitantes también han crecido un 8% hasta los 285.000 acreditados y representando a más de 200 países (42% de ellos franceses, 28% del resto de Europa y 30% de fuera de Europa).

La innovación es siempre un pilar para nosotros. Tanto es así que este año se han presentado, de los 400.000 productos expuestos, unos 4.000 productos nuevos y nuestros premios SIAL Innovation han recibido casi 2.200 candidaturas. Estas cifras implican que casi una décima parte de la innovación mundial está presente en SIAL, lo que permite a nuestros asistentes tener una idea real de qué está pasando en el sector alimentario y hacia dónde vamos. Para fomentar esto, este 2024 hemos creado el espacio SIAL Taste donde se han podido catar algunas de estas innovaciones.

Sin duda, la evolución de la feria ha sido espectacular.

Esto demuestra que SIAL es el evento más importante para la industria alimentaria del mundo. Al ser una feria bienal, ese margen de dos años entre edición y edición nos permite reflexionar, pensar y crear nuevas estrategias para mejorar y decidir qué podemos hacer para ayudar a la industria.

Un ejemplo de ello lo hemos tenido este año en el espacio SIAL Jobs. Las empresas llevan tiempo diciéndonos que encontrar personal es muy complicado, por lo que en el área SIAL Jobs intentamos dar visibilidad a candidatos y facilitar el encuentro con reclutadores de todo el sector. Decidimos ubicar este espacio justo en la galería de bienvenida, situada a la entrada del pabellón 4, y pusimos una bolsa de trabajo en la que se podían imprimir y colgar ofertas, así como solicitudes de empleo.

Estas cosas son las que hacen diferente a SIAL, ponemos en un solo lugar todo lo que la industria necesita. Yo siempre se lo digo a los expositores, nosotros brillamos si vosotros brilláis. Esto es un win-win, la organización necesita que la exposición sea un éxito y trabajamos duro para ello. No buscamos ser los mejores ni los más grandes, buscamos ofrecer a la industria lo que realmente necesita. Y creo que es muy importante hacerlo desde una perspectiva humana, facilitando el contacto entre personas, la cercanía, las risas… Al final, los negocios se hacen entre personas y las personas necesitamos contacto más allá de las pantallas. Y eso nos lo demostró el covid-19. Sinceramente creo que cuanto más digital es el mundo, más necesarios son los eventos en persona.

Es uno de los espacios que más está creciendo. En esta edición hemos reunido a más de 650 start-ups, algunas que exponen todos los días y otras que solo lo hacen un día en espacios de rotación. Lo interesante es que tienen perfiles muy diversos: tecnología, procesos, productos… Especialmente este último es el perfil con el que más contamos y me parece muy interesante porque la industria alimentaria es intrínsicamente innovadora en los productos que llegan al consumidor. Tal vez no lo es tanto en sus procesos productivos, por eso es tan interesante que las grandes empresas cuenten con este espacio para conocer a start-ups que pueden ayudarles a mejorar a través de la colaboración. En ocasiones, las empresas grandes tienen regulaciones muy cerradas, procesos muy marcados o empleados con demasiada carga de trabajo y es más sencillo trabajar con empresas externas que mejoren sus procesos que hacerlo internamente.

Además, nuestra industria se enfrenta a un momento decisivo en el que existen grandes retos como la sostenibilidad, los cambios en las expectativas de los consumidores o la necesidad de innovar rápidamente, por lo que es imprescindible que reinventemos los métodos con los que trabajamos. Desde SIAL creemos que la innovación abierta es la respuesta clave, ofreciendo a las empresas nuevas formas de colaborar e innovar. Para aportar nuestro granito de arena, hemos elaborado un estudio sobre colaboración abierta con el que hemos descubierto que la industria alimentaria va un poco tarde en la relación con start-ups, motivo por el cual creemos tan necesario fomentar estas colaboraciones estratégicas, acelerando las innovaciones y abordando los complejos retos a los que se enfrenta el sector.

Para dar algunos datos positivos del estudio, el 83% de las organizaciones considera la innovación abierta como un factor crítico de éxito; el 61% de las empresas que cuentan con una estructura dedicada a la innovación abierta declara haber obtenido resultados positivos (buenos o muy buenos); y el 58% de las empresas líderes del sector afirma haber obtenido beneficios estratégicos de sus iniciativas de colaboración con socios externos para desarrollar ideas o tecnologías innovadoras.

Todo lo que sucede en el mundo afecta al salón, por supuesto, por eso trabajamos siempre con mucha antelación. Y funciona. Un ejemplo es lo que ha sucedido en Francia: hemos estado casi dos meses sin gobierno, pero nuestro engranaje no se ha parado.

A nivel mundial, los conflictos los seguimos muy de cerca y damos la bienvenida a profesionales de todas partes (Ucrania, Israel, Palestina...) excepto los procedentes de Rusia, que es el único país con el que no trabajamos por cuestiones de seguridad. Hemos notado más problemas para conseguir los visados que en anteriores ediciones, pero es cierto que jamás habíamos tenido tantas solicitudes de asistencia.

Sí, hemos contado con 295 expositores africanos procedentes de 13 países: Sudáfrica, Argelia, Burkina Faso, Costa de Marfil, Egipto, Etiopia, Ghana, Guinea, Kenia, Nigeria, Senegal, Túnez y Mauricio.

El continente africano no puede reducirse a un continente de pobreza y conflicto, ni a un nuevo mercado con una nueva clase media urbana. Debido a que el continente es muy diverso, África está afirmando su soberanía alimentaria y su capacidad para inventar los alimentos del futuro, en términos de modelos de negocios, productos y gastronomía. Su innovación está en todas partes: entre los artesanos, las nuevas pymes, la restauración o las formas de organización del sector agroalimentario están siendo respuestas inspiradoras a los desafíos demográficos, económicos, climáticos y sanitarios que afronta el continente.

Trabajar con África significa cuestionar la inercia histórica y las ideas preconcebidas, y reconocer la dinámica endógena del continente, y por eso les hemos invitado, para escuchar su voz y entender su visión. Al fin y al cabo, se espera que en 2050 seamos unos 10.000 millones de personas en el mundo y necesitamos nuevas fuentes de alimentos. Es un problema grabe que debemos afrontar: un tercio de los alimentos que se producen se desperdician cuando un tercio de la población mundial está desnutrida. Es intolerable.

España es el tercer país en número de expositores, con unas 550 empresas ocupando alrededor de 11.000 metros cuadrados de espacio expositivo, justo por detrás de Francia ya que Italia se ha colocado, por segunda vez, como el número uno.

Sin duda, España es fundamental para el salón y para el sector alimentario mundial, especialmente en lo que a gastronomía se refiere. Vuestros alimentos responden a varias tendencias ya que tenéis productos de un sabor y una calidad excepcional y a un precio muy competitivo. España tiene mucha identidad y muchísimo potencial para seguir creciendo.

En SIAL, tras vuestro país está Bélgica, Turquía y China, que ha duplicado el espacio expositivo comparado con la edición de 2022.

Junto a Kantar, Circana y ProteinXTC, realizamos una encuesta para conocer la situación de la industria y sus tendencias y mostramos las conclusiones en el documento SIAL Insights. Este año podemos decir que existen tres grandes tendencias muy claras (emoción, conexión, cuidado) y dos tendencias subyacentes (asequibilidad y tecnología).

A nivel de emoción, vemos que el placer sigue siendo el gran objetivo de la alimentación, con nuevas texturas que se decantan por experiencias más divertidas y más intensas, motivo por el que el picante está creciendo mucho. Los estímulos sensoriales, la experiencia global o el auge del aspecto festivo de la comida son fundamentales en un contexto social un tanto caótico…

Esto nos lleva a la conexión, puesto que el hecho de comer se ha convertido en algo colectivo, con un fuerte enfoque en la unión como forma de aumentar la resiliencia frente a las preocupaciones actuales. Es una forma de transportarse a otros lugares sin tener que viajar físicamente, conocer otras culturas y aprender de nuevos sabores. Además, la comida también nos conecta con las personas que tenemos cerca, lo que hace que el cuidado sea otro gran factor.

Vivimos en un mundo un poco complicado, oscuro a veces, y poder estar presentes y centrar nuestra atención en la comida y en el momento que estamos viviendo es cada vez más importante. Los platos son ahora un lugar donde los consumidores expresamos autocuidado, con la salud como principal incentivo para cambiar nuestros hábitos alimentarios o, en un nivel más sutil, la búsqueda de una especie de equilibrio holístico, ya que lo natural sigue siendo una garantía. Los platos son también un lugar donde nos preocupamos por el mundo, con una mentalidad cada vez más responsable y nuevos hábitos de compra.

Por otro lado, el componente económico siempre está ahí… Vemos que ahora es más importante que en otros momentos el precio de los alimentos, especialmente en hostelería. De ahí la tendencia de asequibilidad… Una gran parte de la población necesita alimentos a precio ajustado.

Pero si hay algo que reúne todas estas tendencias a nivel de innovación es la proteína. Si en 2018 fueron los insectos y en 2022 las alternativas vegetales, este 2024 es la proteína. Está en todas partes, ya sea como ingrediente sustitutivo (es el caso del plant-based), como complemento, como elemento enriquecedor en alimentos… En SIAL hemos visto pasta con más proteína, barritas de proteína de hummus, carne enriquecida con proteínas… Es la gran protagonista.

Sin duda la innovación en tecnología afecta a toda la cadena productiva de alimentos, ‘Del campo a la mesa’, pero el blochckain, las biotecnologías de precisión, la inteligencia artificial (IA) y el big data son las grandes tecnologías este año. Igual que había un mundo antes de que apareciera internet y otro después, también había un mundo antes de la IA y otro después. Estamos solo al principio del camino, pero no tengo ninguna duda de que esta tecnología lo modificará todo y es imprescindible que nuestras empresas se adapten.

Hemos estado aquí los últimos 60 años y el principal objetivo es seguir estándolo los próximos 60. Y queremos hacerlo aportando valor añadido a la industria. En próximas ediciones queremos dar más visibilidad a los chefs y seguir sectorizando la distribución del espacio expositivo. También seguiremos apostando por facilitar la colaboración entre empresas y por ofrecer contenido de calidad al asistente, tanto en las jornadas como en las actividades paralelas.