“Hay que iluminar con menos intensidad, poniendo énfasis en elementos clave de la arquitectura, y utilizar la luz para crear emociones”
Entrevista a Alfred Sá, Lighting Designer en NUR L+D
Alfred Sá (NUR L+D) es uno de los Lighting Designer de referencia en iluminación arquitectónica. Sus trabajos pretenden tomar conciencia sobre el control de la luz, adoptando una actitud crítica sobre su impacto medioambiental. Para ello, apuesta por la luz nocturna controlada, para crear escenas llenas de emotividad, pero con menos intensidad lumínica, abriendo el camino hacia una nueva realidad urbana.
¿El diseño de luz nocturna ha cambiado?
En cuanto a iluminación de edificios, en los últimos años existe la tendencia de un descenso en la aplicación de potencia. Esto conlleva a una mayor búsqueda de soluciones LED desde la fase de diseño, ya que, con menor consumo energético, se debe conseguir un óptimo resultado en iluminación de fachada, por ejemplo. Es cierto que, hace bastantes años, primaban los grandes proyectores contra la superficie, sin atender a la cantidad de luz que se lanzaba al cielo, pero ahora se trabaja desde otra perspectiva. En mi caso, el reto está en conseguir una correcta iluminación con la menor potencia posible. Para ello, empleamos elementos como los paralúmenes, pantallas, aletas o viseras diseñados muchas veces a medida, para que nos garanticen una focalización de la luz hacia el edificio a proyectar, sin desperdiciar luz. Ahora se trabaja más al detalle, como haciendo pinceladas con luz, distribuyendo las pequeñas luminarias por la fachada, apostando por una luz muy cercana y dirigida; así que desde el diseño se puede ir a buscar la miniatura, para que todo el flujo lumínico se quede en la superficie.
En este sentido, ¿la sostenibilidad marca el patrón lumínico?
En general, se ha iluminado en cantidad excesiva en el pasado. Existen unas normativas y mi tendencia personal es quedarme bastante por debajo del límite de lo permitido. Aunque creo que lo importante es que la luz emocional esté también en el proyecto y, a partir de ahí, hacer pequeños juegos, por ejemplo, con el color que nos permite el LED. Ahora existe un control de la fuente de luz que nos permite utilizar una potencia, por ejemplo, de sólo el 20% o 30% (o el 5%) de la instalada.
¿Las nuevas soluciones lumínicas contribuyen a crear escenas más eficientes?
Cuando empecé a analizar el LED, en un estado inicial, este manifestaba ciertas carencias y, por aquel entonces, no alcanzaba a las fuentes de luz que existían. De hecho, en 2015 saqué una publicación sobre su aplicación donde intentaba dar respuestas, ya que desde 2001 el LED ha evolucionado destacando, cada vez más, su calidez lumínica, su rendimiento o su capacidad de cromatismo y la facilidad actual para controlar la luz. Desconocemos qué otra solución le sustituirá, pero, de momento, el LED nos permite un mayor control de la luz, así como combinar espectros, intensidades, color… La eclosión de los sistemas de control de iluminación es el gran cambio en el sector en esta última década.
¿Cómo se consigue iluminar bien?
En algunos proyectos he empezado a usar elementos que controlan la luz y evitan, así, su dispersión como paralúmenes o viseras, para intentar que no se escape la luz hacia el cielo o hacia edificios fuera del área de actuación. Ahí es donde también puede intervenir la impresión 3D, para la creación de estos elementos a medida de cada edificio y/o proyecto, como los que desde Captura Light hemos realizado para varias instituciones públicas. De forma mecánica obstruimos la luz que se podría dispersar y, así, podemos aspirar a reducir en un 70% u 80% la iluminación inútil, la que se nos escapaba. Sirva de ejemplo la fachada del Ayuntamiento de Lloret de Mar (Girona), situado de tal forma que, sin accesorios y viseras, parte de la luz iría hacia edificios adyacentes e incluso hacia el Paseo Marítimo, representando una fuerte molestia para peatones y vehículos. Otro objetivo ha sido disminuir el nivel de luz general, con muy poca es suficiente, y destacar algunos detalles que definen la propia fachada.
En iluminación nocturna, ¿conceptos como la seguridad cómo se resuelve?
La clave está en que más luz no implica más seguridad, sino que hay que iluminar con menos intensidad, pero poniendo énfasis en algunos aspectos concretos. Por tanto, no se trata de iluminar más intensamente, sino de evitar dejar puntos demasiado oscuros en los trayectos habituales al caminar de noche. El nivel de iluminación en sí no es tan relevante, pero sí puede serlo la uniformidad, la calidad de la luz, la ausencia de deslumbramientos, la ausencia de zonas oscuras junto a zonas sobre iluminadas. Hay que reaprender a vivir con menos luz, para reducir la luz que desperdiciamos hacia la atmosfera, adoptando una nueva cultura lumínica en el entorno urbano.
¿Cómo se puede combinar creatividad y protección del cielo nocturno?
Actualmente, me divierto creando experiencias lumínicas nuevas. Con el LED se puede dejar la impronta de la creatividad en un edificio, pero hay que tener en cuenta que toda luz contamina, así que el reto está en evitar que se malgaste esa luz. Hemos de usar la creatividad con austeridad, lo cual no siempre es fácil. Lo ideal es utilizar la mínima luz posible, reducir los reflejos en superficies y, así, poder disminuir la contaminación lumínica.