Entrevista a Álvaro Coello de Portugal, Lighting Designer y presidente de la APDI
Álvaro Coello de Portugal es el presidente de la Asociación Profesional de Diseñadores de Iluminación (APDI). Un mandato en el que confía, y en el que se ha marcado varios objetivos como dar visibilidad a la profesión de Lighting Designer, dar respuesta a las necesidades de los profesionales de la iluminación y ampliar la oferta formativa en este campo, como nos resume en la siguiente entrevista.
Desde el pasado mes de diciembre es el nuevo presidente de la APDI, ¿qué supone para usted este cargo?
Es un honor. He podido vivir la asociación desde dentro en tres etapas muy diferentes: primero como socio casi observador, luego noté un salto palpable al comprender la importancia para el sector al ser miembro de la junta, y ahora como presidente, tras una corta vicepresidencia, siento una oportunidad aún más proactiva por impulsar y ayudar a la profesión. Partimos de una asociación que lleva años de consolidación, con socios voluntarios altamente motivados y una junta que, a día de hoy, yo aplaudo, todo engranado con un coordinador, José Luis Tobalina, que desempeña un papel clave en mantener la organización y estructura. Contamos con muchas iniciativas que hemos de materializar. Como presidente mi intención es dar otro paso más, al impulsar a la asociación hacia esos objetivos que tanto ansiamos, tanto en el reconocimiento de la profesión en todos los ámbitos sociales, como en el de desarrollar la asociación como un ente de referencia.

Como decía, ya había formado parte de la Junta Directiva de la APDI como vicepresidente junto a Mariel Fuentes. ¿Cómo fue esta experiencia?
La vicepresidencia ha sido una etapa muy útil para conocer aún más la organización desde dentro. Durante el mandato de Mariel Fuentes pasé a ser aún más consciente de la intensa labor que realizaba. En la APDI está estipulado que el vicepresidente sea el futuro presidente, lo que permite prepararse para el cargo, tener una visión más próxima a la organización e impulsar iniciativas que beneficien a nuestra profesión, de una forma estable, trazando estrategias a corto, medio y largo plazo. Por circunstancias extraordinarias mi vicepresidencia fue relativamente corta, pero francamente útil y preparatoria. Sinceramente, Mariel hizo una labor extraordinaria y dejó el listón bastante alto. Un verdadero placer contar con ella aún como apoyo, en este año intenso de expectativas.
Esta visión que tiene de la iluminación supongo que lo trasladará ahora que asume la presidencia. ¿Qué objetivos se ha marcado?
Son muchos los objetivos que intentaremos materializar. Me parece muy importante conseguir que los socios se enorgullezcan de estar en esta asociación y que realmente les aporte valor. No es algo nuevo, pero debemos consolidarlo, así como el sentimiento de pertenencia para hacer crecer a la asociación. Hay mucha gente que todavía no forma parte de la APDI y podría estarlo, así que hay que intentar provocar un efecto llamada para incrementar el número de socios. Y también hacernos más visibles, para que se nos tenga más en consideración no solo como asociación, sino como profesión. Todavía seguimos siendo muy desconocidos y también lo es la importancia de la Luz. Personalmente, me sigue sorprendiendo tener que explicar en reuniones qué es un CRI, el índice de reproducción cromática, así que creo que la labor de la APDI tiene que estar en todos los estratos sociales. Empezamos siendo muy endogámicos, para luego abrirnos un poco más a participar con arquitectos e interioristas y yo querría llevarlo todavía a un punto más generalista y que se ponga en valor una profesión que está muy ligada a algo tan fundamental como la luz.
Precisamente, en interiorismo está cobrando un mayor protagonismo, sobre todo en proyectos contract, y en paralelo están recuperándose nuevas formaciones regladas. En ese sentido, ¿en qué punto se encuentra la profesión y cuál cree que es el camino a seguir?
La profesión está en una curva de crecimiento positiva, aunque estos pasados años ha tenido momentos complicados, especialmente en el ámbito educativo. Afortunadamente, este año estamos viendo una ampliación en la oferta de masters y programas formativos, lo cual es crucial. No solo necesitamos formación especializada, sino también que se entienda qué es la luz a nivel incluso de colegios y universidades. También quiero que la Junta sea más participativa. Me gustaría que la gente se sienta más involucrada sintiendo cierta huella propia y eso me parece importante para que sea un auténtico motor.
También, desde fuera, afortunadamente, a día de hoy cada vez se nos tiene más en cuenta. Indudablemente, la demanda de puesta en valor que están incorporando certificaciones por el bienestar y la eficiencia energética está ayudando mucho, para que exista más concienciación sobre nuestro trabajo.
Forma parte de una nueva generación de Lighting Designers e incluso recibió el reconocimiento ‘40 under 40’. ¿Qué fue para usted esta mención y qué es lo que transmite en sus proyectos esta nueva manera de ver la luz?
Paradójicamente, creo que en mi oficina hemos explotado muy poco la posibilidad de obtener reconocimientos internacionales. Cuando pasó lo del ’40 under 40’ me hizo más ilusión de lo que me esperaba. Aquello me abrió los ojos a entender la dinámica y valorar que los premios están muy bien como plataforma de visibilidad y de reconocimiento. Son muchos los proyectos que podríamos haber presentado a concursos y no lo hemos hecho, principalmente, por falta de tiempo. Nos falta aprovechar más estas oportunidades para dar a conocer nuestro trabajo, tanto a nivel nacional como internacional.
¿Y cómo lo focaliza en sus proyectos?
Cada cliente tiene una percepción diferente de la luz. Algunos priorizan la parte económica, otros la estética... pero al final se trata de llevarlo a otros valores, puesto que la luz no solo implica economía y belleza, también toca la salud, el bienestar, el subconsciente, la forma en que un usuario se guía a lo largo de un edificio, la percepción de los espacios, etc.; así como dónde focalizas la atención o dejas de focalizarla. Todo ello, hace que cuando trabajas un proyecto con un cliente nuevo, le abras un mundo de conocimiento que no sabía. Para mí es muy importante que esto se quede transmitido a todos los niveles. Que el cliente entienda el porqué de un buen proyecto lumínico, el porqué de las decisiones, para que pase a valorar la importancia de la luz. No solo es cuestión de colores, mobiliario, texturas… porque realmente tantas veces, es la luz la que las transforma. Es importante que la luz se amolde a las necesidades y singularidades de cada proyecto. Copiar-pegar está muy lejos de lo idóneo para la luz. Además, el proyecto deber quedar tan bien integrado, que pese a que la luz juega un papel importantísimo, el usuario apenas descubra de dónde viene.

Gardens by the Bay es el trabajo más especial en la carrera de Álvaro Coello, durante su estancia en Tailandia. Una instalación de iluminación interior y exterior.
A día de hoy, con todo el conocimiento que existe sobre iluminación y la capacidad de generar emociones, parece paradójico que todavía se os exija esa labor pedagógica a nivel profesional.
Este año comenzamos con el objetivo de hacer lo posible, porque un mayor segmento de la población tenga constancia de la importancia de la luz, no solo a nivel técnico, sino desde un punto de vista incluso doméstico. La gente sigue pensando en vatios, cuando actualmente las diferencias de eficiencia entre fabricantes han roto ese estándar. Tampoco saben elegir temperatura de color o calidad lumínica incluso para su hogar. Estos conceptos deberían ser conocidos por el gran público. Desde la APDI queremos transmitir estos conceptos a un público más amplio y dar a conocer la figura del Lighting Designer como asesor profesional.
¿Por qué iluminar? ¿Qué le llevó a esta enigmática profesión?
Me encanta la luz y siempre me ha gustado experimentar. Cuando era pequeño, me hice una pequeña lista de cosas con las que quería experimentar a fondo y la luz era una de ellas. Me parecía fascinante. Una materia etérea, pero que afecta tantísimo a los sentidos, al subconsciente, a la salud… Siempre tienes la sensación que todavía queda mucho por entender, por estudiar, por aprender y por recorrer... y eso es lo que me encanta y me apasiona.
¿Y cómo ha sido su aprendizaje?
En una entrevista anterior mencioné erróneamente que para ser Lighting Designer era imprescindible cursar un máster, porque fue el camino que yo seguí. Sin embargo, cuando profundicé en la APDI, especialmente tras entrar en la junta, me di cuenta de que el máster es algo relativamente reciente. Yo lo estudié en 2004 y, aunque han pasado más de 20 años, mis profesores provenían del mundo del teatro u otras disciplinas, ya que en su momento no existía una formación específica en este campo. Mi formación inicial fue en diseño industrial, motivado por mi interés en la investigación y la experimentación, ya que desde pequeño quería ser inventor. Con el tiempo descubrí mi pasión por la luz y su relación con los objetos, lo que me llevó a especializarme con un máster en Italia, donde la luz se abordaba desde una perspectiva arquitectónica más que de producto. Fue una experiencia fascinante que marcó mi trayectoria. A partir de ahí, comencé a trabajar en interiorismo en Madrid y, más tarde, me trasladé a Asia, donde durante cuatro años desarrollé proyectos singulares antes de regresar a España.
Si a todo el proceso creativo que tiene la luz le incluimos factores como las exigencias normativas o la sostenibilidad, ¿representa un desafío añadido en el diseño lumínico?
Sin duda. Existen normativas que muchas veces son criticadas dentro de la profesión, especialmente por quienes la tienen tan experimentada, que se quejan de que no recoge suficientes aspectos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que estas regulaciones garantizan una importancia y reconocimiento de ciertos matices diferenciadores. Es decir, sientan unas bases, lo oficializan y terminan por poner en valor nuestra profesión. La norma no es perfecta, pero ayuda a que se tome la luz en serio. Como parte de ello, cada vez están tomando también mayor relevancia certificaciones más completas, que no solo aseguran el cumplimiento de ciertos estándares, sino que también refuerzan aspectos como el bienestar, la salud, las necesidades de la biodiversidad, oficializando y poniendo en relieve la importancia de nuestro rol. Sobre estas bases, jugar con las herramientas de saber para adaptar la luz a todas las necesidades del proyecto, para sumar una capa de la creatividad y valor técnico-creativo, considero que debería de ser la máxima de todo Lighting Designer.
Desde RDT Studios están especializados en el sector retail.
Por trayectoria trabajamos mucho en el sector retail, aunque tenemos un abanico de lo más amplio. Estamos desarrollado proyectos que van desde el sector hotelero o residencial, a grandes infraestructuras. Algo que nos ocurre mucho en proyectos a nivel internacional es que contienen cláusulas que no nos permiten comunicarlos públicamente, algo que no suele ocurrir en el caso del retail, lo que de nuevo nos lleva a ser más comunicativos con ese sector y nos resta un poco de visibilidad del resto. A mí, personalmente, me encanta la diversidad de proyectos, desde hoteles a oficinas, y hasta viviendas o infraestructuras, porque cada uno presenta desafíos únicos en el tratamiento de la luz.

La propuesta de Park Hyatt en Mallorca, cuya luz transmite confort y diseño.
Precisamente, el sector retail y hospitality está cobrando cada vez mayor protagonismo. ¿Cómo se consigue iluminar bien estos espacios?
La iluminación en retail es fundamental. Sirve desde para guiar al usuario, a influir en la imagen de marca y mil aspectos más. En el retail se habla, por ejemplo, de puntos negros tanto en una tienda o en un centro comercial, es decir, zonas en las que el público no se fija o deja de ir y, precisamente, es tratando la iluminación, o iluminando de forma correcta, como consigues, de repente, que la gente se anime a ir donde antes no se acercaba. Esta es la parte que incide en el subconsciente y permite dirigir al público, entender un edificio, una marca… la luz es fundamental. El usuario lo nota y responde de forma activa a la luz, aunque no necesariamente sepa ponerlo en palabras. Sabemos que ciertos niveles de iluminación pueden hacer que una persona se sienta más cómoda, segura y dispuesta a comprar. Al mismo tiempo, algunas marcas optan por ambientes más oscuros para diferenciarse, aunque esto puede ir en contra del bienestar del usuario. Es un equilibrio entre identidad de marca y necesidades del cliente.
Con su experiencia a nivel tanto nacional como internacional, ¿se puede estandarizar la luz?
Cada contexto requiere soluciones distintas. Estudié seis meses en Finlandia, donde viví el impacto de la oscuridad en la vida cotidiana. En verano, la gente irradiaba felicidad, pero cuando llegó el invierno todo cambió. Me pareció muy interesante porque pese a haber nacido allí les afectaba la luz y les afectaba el invierno. La luz, o su ausencia, afecta profundamente a las personas y diría que lumínicamente, tanto en interior como en exterior, el paisaje lumínico era muy diferente. En contraste, en Tailandia vi cómo la luz puede modular emociones y ambientes de una forma muy diferente. Dependiendo del día puedes querer un espacio vibrante o uno relajante. La luz debe adaptarse a cada cultura y necesidad.
Como ingeniero de diseño industrial tiene la doble visión también sobre las necesidades en producto.
Es cierto que me gustaría crear e inventar más de lo que estoy haciendo a día de hoy, para aportar una visión más interesante, no solo de la luz, sino de las propias luminarias. Aunque mi día a día está enfocado en proyectos, cada vez se nos van abriendo más las puertas a desarrollar productos que van más allá de lo que ofrece el mercado.
En cierto modo es como el arquitecto que debe contar con la visión de la ingeniería en la viabilidad de sus proyectos.
Sí. Entender el 'cómo' está cobrando mayor protagonismo. Cuando tuve la oportunidad de trabajar en Asia junto a una fábrica me encantaba pasear, ver cómo se hacían las piezas, hablar con el equipo de diseño, intercambiar ideas...
Siempre he tenido esa espinita de desarrollar producto, pero el día a día me lo ha impedido, aunque siempre me ronda por la cabeza. Considero que una vez que trabajas en proyectos de iluminación y viendo realmente cómo se comporta la luz, tanto en simulación como en la realidad, podríamos diseñar productos que están mucho más allá de lo que ofrece el mercado.
¿Cree que actualmente en el sector de la iluminación los industriales están más presionados por las exigencias en el diseño de producto en términos de reparabilidad, reciclabilidad…? ¿Influye en el desarrollo de sus proyectos de iluminación?
La industria de la iluminación evoluciona más lentamente de lo que debería. Con la llegada del LED se mejoró la eficiencia, pero se dejó de lado la sostenibilidad en el proceso de fabricación. Ahora, el reto está en desarrollar productos modulares y reutilizables. La transición a LED fue rápida, pero la sostenibilidad real debería haber sido una prioridad desde el inicio.
Hay muchas cosas que se podrían hacer para mejorar lo existente, para llevarlo a un nivel mucho más avanzado a medio-largo plazo, en especial qué se hace con las luminarias antiguas, si es viable repararlas, qué es lo que se puede mantener o qué componentes cambiar y poder hacer que esa luminaria se mantenga viva. Y todo eso empieza ahora a implementarse de una forma más general, pero, como siempre, tiene que ser por normativa, por una imposición, aunque debería ser una cosa un poco más orgánica, que todo el mundo lo viera, que hubiera un esfuerzo. Además, hay quien asocia el hacerlo sostenible a más caro y creo que no es así.
Detalle del diseño lumínico en el centro comercial Tres Aguas, cuya iluminación evocaba, precisamente, a los reflejos del agua.

¿Se basa en fuentes de inspiración a la hora de crear proyectos lumínicos?
En mi caso, me gusta diseñar la luz de acuerdo al espacio. Hay quien dice: te paso los planos y haz el proyecto. Pero, afortunadamente, vivimos en un mundo cada vez más digital, que si tú no puedes ir al espacio a verlo, porque a lo mejor no está ni construido, sí lo puedes simular. Vivirlo en un entorno digital. Considero que, además del uso, es importante entender cada espacio, y para mí es el punto inicial de inspiración. Sirva de ejemplo un proyecto retail en un centro comercial, cuyo nombre era Tres Aguas ya invita a hacer una iluminación con esta connotación, que refuerce la marca, generando una iluminación que evoca reflejos de agua y, aunque no se perciba, queda en la memoria. Así que hay diferentes fuentes de inspiración, ligadas a lo que queremos lograr y transmitir, pero para mí la principal suele ser primero mirar cuál es el punto de partida, sea la arquitectura, el interiorismo, el refuerzo de una la marca, algo memorable.. teniendo siempre en el centro al usuario y su bienestar.
¿Podemos recordar espacios gracias a la luz?
Sin duda. Esto es otra cosa que me encanta decir. Cuando alguien me pregunta si tiene sentido ponerle tanto interés les digo que cierren los ojos. ¿Qué es lo que ves? Ves la oscuridad, igual que un espacio sin luz. A partir de que tú abres los ojos y hay cierta luminosidad, sea natural o artificial, todo lo que experimentamos visualmente depende de la luz. Y no sólo eso, resulta que la luz te afecta a sentimientos, emociones, salud… De ahí la importancia de que la luz sea tan primordial a la hora de crear una experiencia y de que esta logre o no, ser memorable.
¿Se tiende a sobre iluminar?
Tendemos a sobre iluminar, aunque es relativo, ya que también influye la parte cultural. Nos gusta la luz. Si hay un sitio con una luz media y hay otro punto que tiene más luz, la mirada se nos va al punto que tiene más. Pero todo es relativo porque incrementar los niveles lumínicos o no depende de las necesidades de cada proyecto. Un ejemplo podría ser la iluminación urbana en vías y carreteras, que durante décadas se ha realizado todo tipo de desmanes, sobre iluminando, lanzando luz hacia el cielo de una forma absolutamente innecesaria y derrochando energía, además del impacto que tiene sobre la biodiversidad. Esta es de la que más se ha criticado.
Pero a nivel de interiores, la gente desconoce o se olvida que la pupila se abre y se cierra, para adaptarse a la luminosidad. A mí me encanta el hecho de que, cuando uno trabaja con un programa de cálculo de iluminación y simula una habitación en la que no hay nada más que las cuatro paredes, techo y suelo, y le pone una iluminación de 500 luxes, si subimos o bajamos la intensidad de las luminarias de forma homogénea, la percepción humana de la cantidad de luz es exactamente la misma. La pupila se abre y se cierra y hace que tengas 500 luxes o tengas 200 lux tu percepción sea exactamente la misma. En la realidad es un poco más complejo, ya que entran en juego muchos más factores de contrastes, sombras y demás. Pero es importante entender qué se está buscando, cuáles son las necesidades del proyecto, y adaptarnos a esa necesidad sin derrochar recursos y costes, a la vez que cuidamos el entorno y al usuario. Conviene recordar que en tantísimos casos podríamos alcanzar un resultado óptimo, quizás con la mitad de potencia.
Desde la APDI, sorprendentemente ,nos cuesta hacer ver que un consultor de iluminación no solo es beneficioso para el proyecto, sino también para el presupuesto. Un buen diseño de iluminación estará optimizando en costes.
Usted que ha tenido la oportunidad de trabajar fuera de nuestras fronteras, ¿qué visión puede darnos de la profesión fuera de España? ¿Existen problemas comunes entre los Lighting Designers?
En países como Reino Unido la profesión está muy reconocida, aunque siempre hay retos, especialmente económicos. En Estados Unidos también tiene su recorrido, pero no se puede generalizar. Me sorprendió ver en Tailandia muy buen diseño de iluminación. Mucha gente asocia Asia con una locura de neones y de color y no en todos los lugares es así. En cualquier lugar pueden existir aberraciones lumínicas, pero el reconocimiento de la profesión es clave para evitarlo. Algo que creo que tenemos todos en común es el interés en explicarle al resto de la población, tener un ojo crítico, para entender por qué hay entornos agradables y otros no por la luz.
¿Podría indicarnos cuál es el proyecto que más ha destacado en su carrera profesional?
Me gusta adaptarme al espacio. No es adaptar mi estilo al espacio, sino al revés. Y a resultas de esto hubo un punto de inflexión en mi carrera cuando trabajé en Asia. Estando en Tailandia tuve la suerte de colaborar con un estudio en Singapur y, por aquel entonces, estaban con un proyecto de iluminación que se llama Gardens by the Bay. Se trata de un complejo que tiene de todo, pero acudieron a mi empresa para que les ayudáramos con dos edificios en forma de concha, que albergan dos enormes jardines botánicos. Tuve la suerte de participar en los cálculos luminotécnicos y la propuesta de producto, tanto de la iluminación exterior como interior, de ambos jardines botánicos y lo disfruté muchísimo, pero también fue una fuente de aprendizaje, especialmente, sobre cómo resolver la contaminación lumínica en exterior, así como la sutileza de la luz, el juego con los claroscuros, etc. Aunque no puedo decir que fuera un proyecto mío, es como la niña de mis ojos por mi aportación y aprendizaje en aquella intervención.
La lástima es que no he vuelto a visitarlo. Esto pasa mucho en proyectos internacionales. Es importante que estemos en el último escalón, en el último momento, para que todo quede bien hilvanado y que los técnicos que instalen las luminarias como se habíam diseñado, porque cuando son proyectos fuera de nuestro país todavía es más difícil de controlar, pese a que desde inicio el proyecto lo hayas redactado y firmado.

Iluminación de la Torrespaña, otro de los trabajos de Ávaro Coello con RDT Studio.
¿En qué proyectos está inmerso actualmente?
En la oficina seguimos ampliando y diversificando, tanto en el campo de la iluminación como de la ingeniería. Nuestra meta siempre será mantenernos en formación continua, en constante desarrollo, afianzando y perfeccionando lo desarrollado y abriendo posibilidades y oportunidades a nuevos retos, que es lo que más nos gusta. Eso nos lleva a un portfolio cada vez más diversificado, tanto en mercado nacional como, cada vez más, en el internacional, desde lo más pequeño a enormes infraestructuras.
¿Se plantea participar en algún festival o crear instalaciones más experimentales?
El hacer ‘Light Art’ (arte lumínico) es algo que siempre he tenido en mente. El día a día nos ha llevado a diseñar grandes luminarias especiales más en el ámbito permanente que en lo efímero, como una gran luminaria recientemente instalada en Francia, con aros de hasta 12 metros que el pasado año lucieron los colores olímpicos; o en Arabia con una instalación interactiva que los niños adoran. Pero no han sido iniciativas de ‘Light Art’ al uso. También queda pendiente diseñar producto y no dejar de jugar con la luz, que es un material con el que se puede explorar y aprender, ya que tiene tanto recorrido que se hace difícil encontrar sus límites.
Sobre Álvaro Coello de Portugal
Diseñador de Iluminación Álvaro Coello de Portugal es, actualmente ,director del área de proyectos de iluminación en RDT Studio, con una amplia trayectoria profesional tanto a nivel nacional como internacional. En 2023 fue uno de los ganadores del premio ‘40 under 40’ que reconoce a 40 diseñadores de todo el mundo con una edad inferior a 40 años. Y desde el pasado mes de diciembre es el nuevo presidente de la APDI.
La luz es importante a la hora de crear una experiencia para que sea memorable
Un buen diseño de iluminación optimiza los costes
No hay que dejar de jugar con la luz, ya que tiene tanto recorrido que se hace difícil encontras sus límites