Entrevista a Giuseppe Aloisio, director general de Anice
El director general de la patronal de la industria cárnica española (Anice), Giuseppe Aloisio, cree que el sector cárnico, y también el lácteo, son “víctimas colaterales” del enfrentamiento entre la Unión Europea y China a costa de la subida de los aranceles a la importación de coches eléctricos chinos. En esta entrevista hace un repaso por otros asuntos como las futuras normativas europeas sobre el bienestar en el transporte de animales vivos y de lucha contra la deforestación.
¿Cómo ha ido su primer semestre al frente de Anice?
Han sido meses muy intensos, con mucha actividad interna y a nivel institucional; un semestre marcado por el relevo con Miguel Huerta, con el que he vivido un año de profundo aprendizaje y con el que espero seguir compartiendo experiencias.
¿Qué novedades hay de la investigación de China al cerdo europeo?
Estamos en una fase en la que China ha seleccionado tres empresas, entre ellas la española Litera Meat SLU, que están cumplimentando un exhaustivo cuestionario con información a remitir antes del 3 de septiembre.
En todo momento estamos pendientes de los acontecimientos, demandando la máxima atención del Gobierno de España y de la Comisión Europea para que se abran cauces de comunicación política y diplomática con China, con el fin de minimizar el impacto en nuestras exportaciones.
A ella se une ahora otra investigación al lácteo…
Esa investigación al lácteo europeo no hace más que incidir en la necesidad de que se negocie en este conflicto originado por los aranceles europeos a los coches eléctricos chinos, en el que el sector cárnico (y ahora el lácteo) son víctimas colaterales.
¿Por qué se unieron al resto del sector para rechazar la propuesta europea de bienestar animal en el transporte de animales vivos?
El sector tiene un amplio consenso sobre las consecuencias negativas de esta futura norma y esta situación refuerza la habitual colaboración.
Esta unidad de acción ha facilitado la participación y contribución de Anice y del resto de organizaciones en una mesa de trabajo convocada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación a principios de año, en la que definiremos la posición en la última fase de tramitación de la propuesta europea.
¿Qué les parece más lesivo?
La propuesta muestra una falta de coherencia con las recomendaciones de mejora sobre el bienestar de los animales de producción establecidas por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Su tramitación en el Parlamento Europeo ha endurecido sustancialmente la propuesta inicial de la Comisión en numerosos aspectos y consideramos que esto dificulta especialmente la actividad del transporte en países que, como España, se encuentran en la periferia.
A ello se une la situación particular de España con largos periodos de temperaturas extremas en las que el transporte solo podría realizarse en horario nocturno; sin hablar de las millonarias inversiones que tendrán que acometer los transportistas para adecuar sus vehículos.
El impacto negativo puede traducirse en menor disponibilidad de animales para sacrificio; en la propia producción, consumo y exportaciones; alteraciones en el suministro; repercusiones en la productividad o el aumento de los costes de producción.
Otra normativa a la que prestan atención es al reglamento antideforestación: ¿cómo les afecta?
Hemos sido particularmente activos en la identificación de las dificultades sobre su aplicación, que será de obligado cumplimiento desde el 30 de diciembre próximo.
Por el momento, el Reglamento solo afecta al vacuno, soja, aceite de palma, cacao, café, madera, papel y caucho; lleva a un aumento de las cargas administrativas y de los costes en la cadena de valor, mermando la rentabilidad de los operadores y la competitividad del vacuno español en los mercados internacionales.
Además se prevén complicaciones en el aprovisionamiento de materia prima. En definitiva, es una situación de incertidumbre legal y operativa para hacer frente a las obligaciones normativas.
¿Creen que el Gobierno pondrá más coto al uso de términos cárnicos por parte de alternativas vegetales en la futura norma de calidad alimentaria?
Hemos pedido respeto a las denominaciones cárnicas porque es de justicia, y no es una cruzada contra nadie sino a favor del respeto a unas reglas claras y a un juego limpio.
Existe una proliferación de denominaciones de productos veganos de imitación que, más allá de la usurpación de los nombres de los productos, se atribuyen falsos “apellidos”, como que son más sanos y más sostenibles, y ni una cosa ni la otra.
No tenemos dudas de que el Ministerio de Agricultura actuará porque además las autonomías quieren una legislación más clara y entiendo también que la próxima Comisión Europea tomará cartas en el asunto ya que es un problema que afecta a muchos países.
¿Cómo será en términos generales el 2024 para el sector?
Tenemos la sensación de que este año estamos experimentando una moderada inversión de tendencia hacia lo positivo en cuanto a producción y consumo; y un comportamiento algo dispar en el lado de las exportaciones, según las especies.