Entrevista a Giuseppe Aloisio, adjunto al secretario general de Anice
Giuseppe Aloisio se incorporó en enero al staff de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice). Es el nuevo adjunto al actual secretario general, cargo este último que asumirá aproximadamente en el plazo de un año, bajo la nueva denominación de director general. Con una dilatada experiencia en el sector agroalimentario, en la gestión de organizaciones empresariales e instituciones del sector cárnico, en su trayectoria destaca también el recorrido profesional en la Administración Pública.
Inició su etapa profesional en el sector cárnico, ¿lo está notando muy diferente a cuando lo dejó?
La foto de hace veinte años, nada tiene que ver con la actual. El sector ha crecido en muchísimos ámbitos, y dado pasos de gigante en internacionalización, lanzándose a la conquista de los mercados exteriores. Hoy con un volumen de negocio que ronda los 9.000 millones de euros, se sitúa a la cabeza en el ranking mundial de exportación cárnica.
En este ámbito, las empresas han tenido la suerte de estar acompañadas por Anice, que ha actuado como una interlocutora de primer nivel con las administraciones, nacionales y extranjeras, encargadas de abrir estos mercados.
Gracias a este impulso y a la implicación del sector en los programas de promoción internacional de las Interprofesionales, se ha conseguido impulsar esta estrategia de diversificación y apertura de nuevas vías de negocio, que ha permitido la presencia de los productos cárnicos españoles en más de 100 países, algo de lo que nos tenemos que sentir profundamente orgullosos, como sector y como país.
En otras áreas también se ha avanzado de manera exponencial, y el sector está demostrando día a día su compromiso con los retos medioambientales a los que nos enfrentamos como sociedad.
Todas las empresas llevan años haciendo inversiones para avanzar tanto en la eficiencia en el uso de los recursos como para reducir los impactos, en temas como emisiones, agua, etc. Pero además, hay empresas que ya están trabajando con visión de cadena, para posicionarse ante la sociedad y ante sus clientes como compañías que comparten los objetivos de mejorar la eficiencia, utilizar energías renovables, aplicar estrategias de ecodiseño, reducir emisiones de gases y ahorrar en los consumos de agua o promover su reutilización.
Ha desarrollado una amplia carrera en la Administración Pública, siendo hasta hace poco director general de Política Forestal y Biodiversidad de la Junta de Andalucía. ¿Por qué emprendió el camino del servicio público?
Albergo en mi interior una vocación de servicio a los demás, desde niño. En política y en la administración pública, he conseguido colmar ese deseo de sentirme útiles a los demás.
He podido desarrollar esa faceta tanto en la administración más cercana, concretamente en un ayuntamiento, así como en otros ámbitos públicos, primero como delegado territorial y, posteriormente, asumiendo la dirección general de una consejería de la Junta de Andalucía absolutamente trasversal como medio ambiente, donde he tenido el privilegio de impulsar acciones y ejecutar presupuesto público en muchísimas áreas ligadas al desarrollo económico sostenible.
Esa misma dirección general, llevaba aparejada la dirección operativa regional del Plan INFOCA (Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales) que me ha permitido empatizar con las tragedias ambientales que sufren nuestros montes y evidentemente, con las pérdidas patrimoniales y emocionales de los miles de vecinos a veces afectados. Experiencia dura, pero absolutamente enriquecedora, de la que guardaré siempre un destacado recuerdo.
¿Y qué le animó a volver a trabajar para la industria cárnica?
Soy muy fan de la mítica frase de Forrest Gump: “La vida es una caja de bombones y nunca sabes cuál te va a tocar”. La vuelta a la industria cárnica representa para mí una grandísima oportunidad profesional para seguir creciendo y aprendiendo. Un gran reto al que me sumo encantado, con la oportunidad que se me ofrece de ayudar a descifrar incógnitas e incertidumbres y afrontar los grandes desafíos que tiene por delante.
El recibimiento no ha podido ser mejor y eso hace que me sienta como en casa, y muy arropado para emprender este nuevo camino, con nuevos proyectos y oportunidades en el horizonte.
¿Cree que su visión, ligada a su experiencia en organismos públicos, puede ayudar al sector o más bien generará desconfianza?
Existen ámbitos donde la participación de la industria cárnica puede ligarse perfectamente a mi última responsabilidad profesional. Esta simbiosis entre el sector público y el expertize que otorga haber trabajado en el sector privado, concretamente en empresas del sector cárnico, me proporciona una visión holística, que confío será beneficiosa para la industria cárnica.
Cuando salí del sector privado para entrar en el público, intenté capitalizar todo lo aprendido y ponerlo a disposición de los demás. En este camino inverso que inicio ahora, pretendo aplicar la misma regla.
La primera y mayor demostración de confianza es la que me ha otorgado el comité ejecutivo de Anice, que ha apostado precisamente por mi perfil para cubrir esa necesidad. Confianza que espero devolver en el menor tiempo posible.
Si nos centramos en Anice, ¿cuáles son sus objetivos como adjunto al secretario general?
Uno de los grandes retos que el sector y la carne tienen en su conjunto, es la mejora de la reputación y de su imagen. Es un objetivo sectorial, pero lo es también personal.
En los últimos años estamos asistiendo a un ataque constante hacia el sector y hacia el consumo de carne, desde distintas instancias y grupos. La carne ha entrado erróneamente y de manera absolutamente irresponsable en un debate de tintes ideológicos, y en muchos casos sin base científica.
Mucho tiene que ver en ello la propagación de titulares sensacionalistas y de contenido generalista y poco riguroso que pululan por el panorama mediático. Más que informar, deforman la realidad, trasladando al consumidor una información alejada de la verdad del sector, y de los beneficios derivados de las excelentes propiedades nutricionales de la carne.
Me pongo por tanto en mi lista de tareas el objetivo de revertir esta situación, con una acertada política de comunicación que contrarreste los efectos de la “infoxicación” existente, combatiendo la desinformación con pedagogía. A eso nos vamos a dedicar, con firmeza y serenidad.
Y luego en el día a día, nos centraremos en lo que necesitan nuestras empresas, prestándoles todo el apoyo para seguir impulsando la internacionalización y mejorar su competitividad, ofreciendo información y asesoría en todas aquellas áreas que les permitan continuar desarrollándose y cumplir con sus objetivos. Y todo ello independientemente del tamaño de cada una de ellas.
Prestamos servicios casi a la carta en función de las necesidades de cada una. Y sobre todo las pymes encuentran en Anice ese respaldo directo y cercano que aprecian y valoran para solventar dudas o abordar cuestiones que a veces están fuera de su alcance.
En este sentido, la exportación sigue siendo una vía de crecimiento para España. El sector sabe que debe superar su dependencia de China, pero ¿podemos seguir creciendo en otros países?
En la última década el sector cárnico español se ha situado a la vanguardia de las exportaciones de la industria de alimentación y bebidas, y ha mantenido durante este tiempo la primera posición dentro de los sectores exportadores de la misma, superando en el año 2021 los 8.990 millones de euros, que se traduce en un aumento del valor de las ventas al exterior del 3,72%.
El sector porcino, con un crecimiento del 4,02% en volumen, le afianzan en el podio de los mayores exportadores mundiales, posicionándose ya en segundo lugar, solo por detrás de Estados Unidos.
Sin embargo, es cierto, que las ventas a China, país de destino por excelencia del porcino español, han disminuido desde la segunda mitad de 2021 como consecuencia de la paulatina recuperación de su cabaña ganadera y de la producción local una vez superada la situación coyuntural interna de fiebre porcina en China.
El sector ha iniciado en este sentido una estrategia de diversificación, siendo muy importantes los mercados comunitarios como Francia, Italia o Portugal; los asiáticos como Filipinas, Japón o Corea del Sur y los americanos, con México, Colombia y Perú a la cabeza.
La internacionalización es hoy para el sector cárnico un motor fundamental y se están explorando interesantes mercados pendientes de apertura. Principalmente, Australia, en el caso de carne y elaborados de porcino, que importa actualmente entre 150.000 y 200.000 toneladas; China, Corea del Sur, Tailandia, y la reapertura del mercado argelino en el caso del vacuno, y China, Canadá y EE UU para el ovino.
En este sentido, ¿a qué retos cree que se enfrenta?
La exportación seguirá siendo protagonista como hemos visto. En este sentido, Meat Attraction que se celebrará próximamente, del 6 al 8 de marzo, organizada por IFEMA, conjuntamente con Anice, visualizará e impulsará esta fortaleza sectorial.
En esta cita, la más importante del sur de Europa para el sector cárnico, se sucederán encuentros cerrados con compradores, para los que este año se ha incrementado la dotación económica, a fin de que las empresas multipliquen sus oportunidades de negocio.
El encarecimiento de los costes generales y la incertidumbre por la inflación presentan un 2023 complicado. ¿Cómo puede Anice ayudar a sus asociados?
Desde Anice trabajamos estrechamente con la administración para tratar que esta complicada situación sea lo más transitable para nuestras empresas.
Ayudamos también a nuestras empresas a explorar y desarrollar vías de diversificación de negocio, como es el caso de la internacionalización, y las apoyamos con asesoría y formación en su proceso de digitalización como fórmula para favorecer su competitividad en mercados cada día más exigentes. En el pasado también se han abordado, sin mucho éxito, fórmulas de contratación conjunta para intentar abaratar determinados costes comunes, aprovechando la considerable masa crítica de Anice. Creo sinceramente que habría que volver a profundizar en esas fórmulas de cooperación colaborativa para hacer frente a la escalada de costes, que merman la competitividad de nuestras empresas y su capacidad de generar nuevas inversiones y más empleo.
Sin embargo, el éxito del sector en estos momentos no solo depende del esfuerzo de sus empresas. Se hace muy necesario un mayor compromiso por parte de nuestra administración, para eliminar trabas y cargas económicas a la industria cárnica y no obstaculizar la implantación de la actividad agroganadera industrial.
Es importante que nuestros representantes pongan en valor el importante papel vertebrador que cumple el sector cárnico-ganadero en el mundo rural. Es un sector que aprovecha de manera sostenible los recursos y que genera empleo y riqueza, fijando la población y evitando la España vaciada.
¿Es el mejor momento para aplicar el Pacto Verde y la Estrategia De la Granja a la Mesa?
Es un elemento de preocupación, por su enfoque inicial, politizado y negativo hacia los productos de origen animal, ligado además a un potente desarrollo normativo, que amenaza con una sobresaturación reguladora en sectores como el ganadero-cárnico, que ya está sometido a una amplia y profusa normativa.
Se viene demandando la necesidad de estudios previos de impacto de las posibles medidas a adoptar, rechazando propuestas como la de no apoyar las campañas de publicidad de los productos de origen animal que están buscando implantar los lobbies de empresas de productos vegetales que buscan la sustitución de la proteína animal.
Es necesario un apoyo claro y decidido por mantener estas políticas de promoción, tanto en el mercado interno europeo como, muy especialmente, en la promoción de producto europeo en terceros países. En caso contrario, esta situación afectará muy negativamente a nuestras exportaciones, en beneficio de nuestros competidores.
La industria cárnica y, en su conjunto, la cadena de valor de la producción cárnica contribuye a alcanzar muchos de los retos recogidos en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de una actividad ligada a los entornos rurales, en los que se promueve el desarrollo social y laboral, que facilita conseguir el derecho a la alimentación, a suministrar dietas saludables para el pleno desarrollo de las personas.
Es un sector con una participación importante de mano de obra femenina, que está apostando por la gestión sostenible del agua y las energías renovables, que innova e impulsa una mejora en las condiciones laborales, que ha apostado por una mejora del bienestar animal en toda su cadena de aprovisionamiento y por avanzar hacia la sostenibilidad.
En definitiva, creemos que nuestro sector está contribuyendo a alcanzar esos objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas para el 2030.
En esta línea, ¿cuáles considera que son los temas que más preocupan a la industria cárnica?
El sector está trabajando por la mejora continua de los productos puestos en el mercado, ofreciendo una importante gama de productos basados en estrategias de reformulación para adaptar los alimentos a las demandas del consumidor.
Hay otros aspectos de la innovación que no se ven desde el exterior, pero son tremendamente importantes para garantizar la competitividad y mejorar la eficiencia productiva. Entre ellos destacan los temas de organización empresarial o los de transformación digital de los procesos productivos.
En suma, la estrategia de investigación e innovación está muy dirigida a lo que es importante para las empresas, incluyendo, cada vez más, no solo a la industria cárnica sino a toda la cadena: eficiencia, sostenibilidad, respuesta a las exigencias del cliente y del consumidor, y de la sociedad en general.