Al hilo de los Premios Nacionales de Hostelería
En un entorno excepcional, el Teatro Campoamor de Oviedo, hemos celebrado días pasados, la séptima edición de los Premios Nacionales de Hostelería, que como cada año, tienen como objetivo galardonar a personas, empresas e instituciones relacionadas con nuestro sector, y que han destacado en la labor realizada en las distintas categorías de que constan los premios.
En un escenario económico difícil, muy difícil, como el que convivimos en los últimos años, el trabajo que vienen realizando quienes han sido premiados, es si cabe, más significativo e importante que nunca, y demuestra la vitalidad, la fortaleza y la capacidad de transformación e innovación del sector hostelero y sobre todo de las personas que lo componen. A este respecto, quiero aprovechar la ocasión para transmitir mi opinión personal sobre la situación económico-empresarial del sector.
Me gustaría que todos los hosteleros tuviéramos claro que la hostelería es un gran sector. Es sin duda el más importante de los que conforman el turismo: económicamente supone un 7% del PIB nacional (más que la suma de la agricultura, ganadería y pesca), mantiene alrededor de 1.400.000 puestos de trabajo, y nuestros bares, cafeterías y restaurantes son el centro de la relación social de los ciudadanos.
Pero dicho esto, como empresarios debemos de reflexionar sobre cuál es la situación general del sector, y especialmente la de nuestras propias empresas. En los últimos años, han cerrado en España alrededor de 50.000 bares y más de 10.000 restaurantes, y con toda seguridad, esta sangría de establecimientos continuará este 2013 y también en 2014. La gran mayoría de ellos eran microempresas regentadas por familias de autónomos que no pudieron asimilar los resultados negativos de esta crisis que hemos sufrido. Y digo que hemos sufrido, porque, en mi opinión, la crisis ya ha terminado, y su principal consecuencia es el cambio de hábitos y de comportamiento del cliente.
Hoy el cliente tiene, en general, menos posibilidades económicas, pero además, o quizás por este motivo, es más exigente, quiere más por menos coste, está muy informado, sabe bien lo que busca y es menos fiel al establecimiento. Si el mercado ha cambiado, porque hay más competencia, y el cliente ha cambiado, es de lógica que en nuestras empresas no podemos seguir haciendo las cosas como las hemos venido haciendo.
Es cierto que muchos empresarios hosteleros han sido conscientes de esta necesidad de readaptar sus empresas a lo que nos demanda el consumidor actual, pero todavía son miles los que siguen esperando a una recuperación que nos lleve a la situación anterior a 2008, sin entender que este es un cambio de ciclo, con una nueva situación que ha llegado para quedarse, y que la única alternativa para seguir manteniendo nuestros locales es entender el nuevo funcionamiento del mercado. Olvidemos ya la palabra crisis, e intentemos adaptarnos a esta nueva situación.
Siempre ha sido importante gestionar las empresas con eficacia, pero ahora, es imprescindible una impecable gestión del negocio, si se quiere tener posibilidades de mantenerlo abierto. Para subsistir, hemos de evolucionar, y este debe de ser el principal objetivo de todos los que tenemos y queremos seguir teniendo empresas.
El nuestro sigue siendo un sector con futuro. A corto y medio plazo seguirán aumentando las cifras de turistas extranjeros que nos visitan, y también a medio plazo mejorará el consumo interno de los españoles. Esto traerá como consecuencia un aumento de las ventas en la hostelería, pero que nadie tenga duda del cambio experimentado por el cliente y que así seguirá por mucho tiempo.
En esta línea, nuestras asociaciones empresariales (a cuyos directivos y profesionales les expreso mi reconocimiento por la labor que desarrollan) deben de incentivar y facilitar a los asociados las herramientas para conseguir el necesario reciclaje empresarial, pero es responsabilidad de los propios hosteleros decidirse e implicarse para conseguir el necesario cambio en sus empresas.
Muchos de los empresarios que lamentablemente han tenido que cerrar sus empresas reflexionarán sobre lo que podrían haber hecho y no hicieron, pero quienes todavía mantenemos abiertos nuestros establecimientos necesitamos tomar decisiones ya si queremos seguir manteniendo vivos nuestros locales.
“La única alternativa para seguir manteniendo nuestros locales es entender el nuevo funcionamiento del mercado”
Estos premios se conceden a personas y empresas que han destacado por sus trayectorias empresariales o por su compromiso con la responsabilidad social, la innovación, la seguridad alimentaria, la calidad, la promoción de la cultura, la responsabilidad medioambiental así como por los trabajos y actuaciones realizadas en beneficio de la hostelería.
Por ello, los premiados son el reflejo y la muestra de lo que es nuestro sector, un sector grande, maduro, socialmente responsable, solidario, profesional, fuerte e importantísimo para la economía y para el futuro de este país, y que además demuestra valores como los que los galardonados representan.
Las cualidades profesionales y la labor realizada en cada una de las categorías por las que han sido galardonados, da prestigio a la hostelería, transmite a la sociedad los valores que tenemos como sector y hace que todos los que lo integramos estemos orgullosos de ser hosteleros. Gracias a todos por vuestro trabajo y por el ejemplo que representáis.