Entrevista a Gonzalo Castro, subdirector general de TÜV Rheinland en España
¿Qué es la ISO 50001?
La ISO 50001 es una norma internacional muy reciente, del año 2011, que desarrolla un modelo de gestión energético para cualquier organización, empresa, fábrica o negocio. Contempla todo el gasto energético: electricidad, gas, agua e, incluso, gasóleo para calefacción o vehículos.
Pero ya existían normas de este tipo…
Sí. Desde 2009, en Europa tenemos la EN 16001. En Dinamarca contaban con una norma desde 1999, e Irlanda, por su parte, con otra. Los países nórdicos siempre han sido más sensibles a cuestiones de eficiencia energética.
Entonces, ¿qué necesidad había de crear otra?
La ISO 50001 es internacional, de ámbito y reconocimiento mundial.
¿Y son sensibles en estos temas los hoteles de nuestro país?
Trabajamos con el ITH en el ámbito de la sostenibilidad y la eficiencia energética desde hace más de cinco años. Durante este tiempo hemos organizado jornadas y conferencias sobre estas cuestiones. Los hoteleros han manifestado siempre un interés clarísimo.
¿Por qué?
Porque tienen la posibilidad de mejorar económicamente su gestión, de ahorrar en energía. Saben que no están gestionando bien este aspecto tan importante para sus negocios. El problema viene cuando les hacemos un diagnóstico, una auditoría inicial, y les decimos cómo están de cerca o lejos de una posible certificación.
¿Se asustan?
Sí. Con la crisis, más que nunca, tratan de ahorrar todo lo que pueden, y saben que certificarse va a requerir una inversión. Luego, sin duda la recuperarán, pero por el momento van a tener que hacer frente a un gasto.
¿En qué consistiría?
En varias cosas. Miraríamos, por ejemplo, si el establecimiento cuenta con calderas de última generación, si tiene la climatización adecuadamente sectorizada, si tiene LED o bombillas de bajo consumo en la iluminación, si son adecuados los cerramientos y las ventanas… Todo esto cuesta dinero, pero acabará amortizando esa inversión.
¿Cuánto dinero puede ahorrarse el hotelero en su factura energética? ¿Cuánto tardaría en recuperar esa inversión de acondicionamiento?
Bueno, eso es muy difícil de concretar, ya que dependerá de muchísimos factores: la antigüedad del edificio del hotel, de cómo han llevado su mantenimiento hasta la fecha, de las maquinarias del hotel… No puedo asegurar que recuperará la inversión en 3, 6, 8 ó 10 años, pero sí te puedo decir que cualquier hotelero que decida implementar un modelo de gestión de eficiencia energética recuperará la inversión siempre, sin lugar a dudas. Además, estas mejoras no tienen por qué realizarse de golpe, es un proceso de mejora continua en el ámbito energético a largo plazo.
Supongo que, en el caso de un hotel de nueva construcción, adaptarse a estos requerimientos es relativamente fácil, pero ¿qué ocurre con aquellos hoteles alojados en edificios antiguos?
Claro, con la entrada en vigor del Código Técnico de Edificación queda resuelto en gran medida el tema energético en nuevos edificios. En España tenemos varias metodologías o sistemas de cálculo que catalogan los edificios nuevos como tipo A, B, C, D o E. El problema lo encontramos en los edificios construidos con anterioridad, muchos de ellos totalmente ineficientes desde un punto de vista energético. Este es un gran reto.
Dice que sí ve una preocupación por parte de los empresarios hoteleros en estos aspectos de eficiencia energética y de responsabilidad con el medio ambiente, pero ¿lo valoran los huéspedes?
Sin duda, los turoperadores y mayoristas, que tienen el 35% del mercado mundial, valoran ese compromiso social y medioambiental de los hoteles. Cuando tienen qué evaluar qué hotel recomendar o incluir en sus paquetes turísticos prevalecen los que tienen una ISO 50001 sobre los que no. Y eso se da porque el cliente lo empieza a demandar. Cuanto más nórdicos son estos turistas, más. Países como, por ejemplo, Dinamarca, Noruega o Alemania, más sensibilizados en este ámbito, valoran mucho ese compromiso social y medioambiental de los hoteles.
Y en el caso del turista español, ¿realmente cree que un cliente, un posible huésped aquí en España, elegirá entre varias opciones aquel que cuente con una certificación ambiental?
Bueno, no tanto. Muestra cada vez más sensibilidad, porque, quieras que no, oír continuamente en los medios de comunicación palabras como “eficiencia” y “sostenibilidad” acaba calando. Todavía estamos lejos de los ejemplos que comento de los países más al norte de Europa, pero esa sensibilidad existe. Además, yo creo que el propio hotelero español se siente orgulloso de mostrar su certificado.
Muchas veces el hecho de que el hotel sea eficiente energéticamente y respetuoso puede significar una reducción en el confort para el cliente…
Es cierto, de hecho, estamos hablando con la Administración, que a veces nos escucha y a veces no, para tratar de conseguir algo que hemos conseguido con otros modelos de gestión certificados como el de riesgos laborales.
¿De qué se trata?
En este caso, aquellas empresas y organizaciones certificadas en un referencial llamado OHSAS 18001 que demuestran baja siniestralidad pueden obtener un bonus de descuento en la Seguridad Social en sus cotizaciones. Con esto se premia a los que hacen bien las cosas.
Y ustedes quieren conseguir lo mismo con la ISO 50001…
Queremos que aquellos hoteles certificados que demuestren que obtienen ahorros energéticos y que consumen menos —y por tanto emiten menos toneladas de CO2 a la atmósfera— obtengan algún tipo de beneficio fiscal.
Pero de esta manera no se beneficia el cliente, sólo el hotel.
Si el hotel obtiene ese beneficio económico, puede a su vez hacerlo llegar al cliente, repercutírselo. Así todos ganan: el hotelero, el huésped y el medio ambiente.