"Al comerciante de cereales le toca lidiar en la posición más incómoda, entre fabricante y productores, aunque estamos comprometidos con ese papel"
Entrevista a José Manuel Álvarez, secretario general de ACCOE
José Antonio Martín / Alejandro de Vega
18/10/2021Entrevista publicada en el número 300 de la revista Tierras Agricultura para analizar la situación actual del sector de los almacenistas privados de cereal en España asociados en ACCOE.
¿Cómo ha evolucionado ACCOE en los 25 años de existencia de la revista Tierras?
El origen de la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (ACCOE) se remonta a 1977. Tras el final de la dictadura fuimos de las primeras organizaciones profesionales en ponernos en marcha, a defender los intereses de nuestros asociados en el nuevo marco democrático que surgía. En esos momentos quedó establecida la estructura de funcionamiento, que, aunque la asociación sufrió un par de cambios de nombres, se ha mantenido hasta la fecha.
La aparición de la revista Tierras coincidió con el final del periodo de acoplamiento a los nuevos retos en la comercialización, que supuso nuestro ingreso en la Unión Europea y el alejamiento definitivo a las condiciones autárquicas que habían predominado en el sector cerealista español.
Tierras fue muy bien recibida dado que demostró muy pronto que, con la calidad de sus contenidos y sus enfoques objetivos, había venido para convertirse en un referente con el que hemos tenido el placer de colaborar en numerosas ocasiones.
¿Cuáles son los objetivos principales de ACCOE en estos momentos?
Los mismos que mantenemos desde el principio. Es nuestro leitmotiv y razón de ser: la representación, defensa, gestión y promoción de los intereses profesionales comunes de todos los comerciantes de cereales y oleaginosas de España. Desde las grandes multinacionales, pasando por agentes comerciales, hasta los pequeños almacenistas de ámbito local tienen cabida en nuestra organización.
Eliminar el intrusismo profesional y mantener los altos estándares de capacitación y saber hacer que demuestran nuestras empresas en el día a día.
¿Cuáles son los retos de la asociación a corto y medio plazo?
Nuestra batalla es porque nos dejen en paz, nos permitan trabajar tranquilos en igualdad de condiciones en un mercado libre y abierto. En caso contrario, se eliminará para siempre la posibilidad de negociación y elección del agricultor, como ya ha ocurrido en algunas zonas, y tras haber convertido la tarea del operador tradicional en heroica, terminarán por expulsar del mercado a cientos de empresas que han sido el germen de esta situación encomiable.
¿Qué balance se hacen desde ACCOE sobre la cosecha de cereales en España?
A fecha de elaboración de nuestras estimaciones, principios de junio, concluimos que de mantenerse las condiciones climatológicas la producción total en España sería alrededor de un 17% inferior a la de 2020, que fue record histórico con más de 26 millones de toneladas.
No obstante, las lluvias de la primera quincena de junio en zonas tardías grandes productoras, favorecieron un incremento adicional en los rendimientos que nos han terminado por otorgar una cosecha por encima de los 24 millones de toneladas incluyendo maíz, con lo que podemos hablar de una buena producción, por encima de la media interanual.
¿Cómo ha afectado el COVID-19 al sector cerealista? ¿Ha sido diferente a nivel global que en el ámbito nacional?
Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de cereales no hablamos de cualquier cosa: el sector cerealista es estratégico y fundamental. Es la base de nuestra alimentación como seres humanos, bien directamente mediante su transformación en harinas o derivados, bien como materia prima para la elaboración de piensos para la alimentación de los animales que forman parte de nuestra dieta. Por tanto, todos los países mantenemos una dependencia equivalente y sufrimos de una manera similar las incidencias que puedan afectar a su comercialización, independientemente de si somos vendedores (exportadores) o compradores (importadores, como España).
Sin duda, las consecuencias de la pandemia podrían haber sido mucho más graves si la práctica totalidad de la cadena no hubiera puesto todo de su parte para mantener la normalidad en el suministro. Demostrado su capacidad para reaccionar con profesionalidad, frente a la incertidumbre provocada por las circunstancias sin precedente que estábamos sufriendo y, también, por la enorme volatilidad en las cotizaciones experimentada en el período.
¿En qué medida ha repercutido al sector almacenista nacional la escalada de precios del cereal en los mercados internacionales?
Siempre que nos encontramos en coyunturas volátiles las programaciones de compra de las fábricas se complican y las decisiones de venta de los agricultores se demoran y ahí aparecen las incidencias en los mercados con incumplimientos, retraso en pagos y retiradas, etc… La verdad es que probablemente al comerciante le toca lidiar en la posición más incómoda, entre fabricante y productores, aunque estamos comprometidos con ese papel con gusto y responsabilidad, asumiendo la inviabilidad del sistema sin nuestra aportación.
¿Es bueno para este sector unos niveles de cotización tan elevados como los actuales?
Depende de para quién. El agricultor te dirá que sí y el ganadero, obviamente lo contrario. En mi opinión, creo que estos niveles de precios tan elevados no son buenos en general, especialmente teniendo en cuenta que la capacidad para repercutirlos a los siguientes eslabones de la cadena comercial puede resultar escasa o nula, generándose una desestabilización de consecuencias imprevisibles.
No obstante, según muchos analistas y organismos oficiales, a pesar de los continuos éxitos en el aumento de producción, a nivel mundial la demanda anual cada vez se aproxima más a la oferta con la consiguiente tensión de las cotizaciones. En caso de que esas previsiones sean certeras, habrá que prepararse para enfrentarse a ese escenario y a las nuevas reglas del juego.
¿Cómo ha repercutido la Ley de la Cadena Alimentaria en el sector y qué grado de cumplimiento hay?
He comentado en ocasiones anteriores que, aunque no dudo de la buena intención de la idea, esa normativa cojea por la indefinición de sus aspectos más significativos y lo único que ha supuesto para nuestras empresas es el aumento de las tareas administrativas. O se termina por desarrollar adecuadamente o supondrá un impedimento a la competitividad y un obstáculo al acceso al mercado.