"El Azufre, después del NPK, es uno de los nutrientes más importantes y fundamentales para el correcto desarrollo de los cultivos"

La utilización del Azufre en la actividad agrícola tiene cada vez una mayor importancia, debido entre otros factores a las limitaciones a la aplicación de Nitrógeno, por sus cualidades como producto sostenible y de bajo impacto ambiental y por la efectividad que demuestra en su faceta como fitosanitario. Para analizar el papel del Azufre en la agricultura actual, hablamos con el resposanble de I+D de Azufrera y Fertilizantes Pallarès (Afepasa), empresa familiar fundada en 1893 en Tarragona y que actualmente es uno de los líderes mundiales en fertilizantes y fitosanitarios agrícolas a partir de azufre.

El uso del Azufre elemental como fertilizante está en auge en los últimos años, pero su uso se remonta a una cuestión científica y medioambiental. Desde la Revolución Industrial, el uso de combustibles fósiles con alto contenido en Azufre hizo que se emitieran a la atmósfera gran cantidad de óxidos de azufre (SO₂) y de nitrógeno (NO₂). Este SO₂ y NO₂ se combinan con el vapor del agua de la atmósfera, provocando la famosa lluvia ácida.

Esto provocaba un daño terrible en el medioambiente, pero causaba un efecto beneficioso en los cultivos que eran fertilizados con Azufre procedente del ácido sulfúrico con la lluvia ácida. La intensificación de los sistemas agrícolas hacía necesario que fueran fertilizados con NPK (Nitrógeno, Fósforo y Potasio), pero nadie se percató de la necesidad del Azufre, porque este caía literalmente del cielo.

Cuando los científicos pudieron demostrar al mundo el daño medioambiental de la lluvia ácida, se dio un gran paso adelante en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente celebrada en Estocolmo en 1972. En esta conferencia se documentó y oficializó por primera vez la intención de acabar con la lluvia ácida. Posteriormente, en 1979 se firmó el Protocolo de la Convención sobre la contaminación atmosférica transfronteriza a larga distancia de 1979, cuyo objetivo era reducir las emisiones de azufre en un 30%.

Esto era una magnífica noticia para el medio ambiente y la población mundial. Se obligó a refinar el Azufre de los combustibles fósiles, reduciendo así de forma drástica las emisiones de SO₂ a la atmósfera, y por tanto acabando con la lluvia ácida. Pero el sector agrícola comenzó a detectar las primeras carencias de Azufre en los cultivos.

La primera respuesta fue aportar Azufre en forma de sulfatos, como el sulfato amónico o sulfato de potasio. Esto supuso generar dos problemas. Por una parte, medioambiental: los sulfatos son productos muy solubles, todo lo que no es absorbido por la planta, se pierde por escorrentía y contamina acuíferos, ríos, etc. Y por otra parte es la pérdida de dinero para el agricultor, todo lo que se limpia con el agua de lluvia y contamina las aguas, es producto que ha malgastado el agricultor.

Entonces fue cuando Afepasa y otras empresas del sector introdujeron la gama de fertilizantes basada en Azufre elemental. El Azufre elemental se libera gradualmente al suelo, las bacterias oxidantes del Azufre son capaces de transformar el Azufre elemental en sulfatos asimilables por la planta a medida que ésta lo necesita, reduciendo a cero la contaminación de aguas y no malgastando nada de lo que se aplica al suelo.

Hoy en día es fundamental para el sector agrícola, y en especial el hortícola, la aplicación de Azufre elemental como la única forma sostenible medioambientalmente y económica de aplicar este macronutriente secundario a los cultivos.

Aunque sí que es cierto que el mundo agrícola se fija cada vez más en el Azufre -lo que se está viendo en el volumen de ventas que incrementa cada año de forma importante-, aún queda mucho camino por recorrer.

Desde Afepasa estamos haciendo una gran labor de divulgación del uso del Azufre elemental, no solamente mediante labores de marketing y charlas, sino también, y especialmente, desde nuestro departamento de I+D con varios proyectos en esta línea de investigación, aplicando las tecnologías más punteras, como metagenómicas y transcriptómicas.

“Cada kilo de deficiencia de Azufre provoca una pérdida de 15 kg de Nitrógeno. Es decir, sin una nutrición correcta de Azufre, se desaprovechará gran parte del Nitrógeno aplicado a los cultivos”

Además, a su función anti oídio más conocida se complementa con su actividad preventiva contra ácaros y en cereales contra Septoria.

La verdad es que el uso del Azufre está creciendo de forma importante en los dos ámbitos dentro de los cultivos hortícolas. Por una parte, en el empleo como fertilizante, como he comentado anteriormente, pero especialmente en el ámbito de la sanidad vegetal.

Debido a que se están prohibiendo cada vez más productos fitosanitarios en Europa, el agricultor se está quedando sin soluciones para ciertas enfermedades de los cultivos, y mucho más si hablamos de la agricultura ecológica. Muchos agricultores y empresas de agroquímicos nos vienen a consultar nuevos usos del Azufre, que al estar catalogado como ecológico y conocido por todo el mundo como de bajo riesgo, es un gran candidato a investigar como remedio para más problemas o su combinación con otros agroquímicos para reducir sus dosis y hacerlos más “verdes” o “eco-friendly”. De hecho, en nuestro departamento de I+D tenemos varios proyectos en esta línea, de momento confidenciales.

La industria fabricante de agroquímicos, al igual que Afepasa, llevamos varios años trabajando en esta línea con el objetivo de reducir la aplicación de Nitrógeno sin que los cultivos sufran ninguna reducción de la productividad ni la calidad.

Por una parte, es más que conocido que el Azufre es un macroelemento secundario imprescindible para la nutrición de los cultivos. De hecho, cada kilo de deficiencia de Azufre provoca una pérdida de 15 kg de Nitrógeno (Singh and Schwan, 2011). Es decir, sin una nutrición correcta de Azufre, se desaprovechará gran parte del Nitrógeno aplicado a los cultivos.

Con la nueva normativa que limitará la aplicación de Nitrógeno, esto resultaría de gran pérdida para el agricultor y el medio ambiente. Es decir, el Azufre elemental ayuda a maximizar el aprovechamiento de cada gramo de Nitrógeno que se aplica al campo.

Y por otra parte tenemos los bioestimulantes que son una nueva gama de productos desconocida hasta hace unos años, pero que con esta nueva normativa se hacen prácticamente imprescindibles para que el agricultor maximice el rendimiento de sus cultivos.

En Afepasa hemos desarrollado una gama única de bioestimulantes que hemos denominado Sultech, donde le damos una nueva vuelta de tuerca al Azufre elemental. En este caso con un origen microbiológico, desarrollándolo con una formulación única en el mercado, con un conjunto de aminoácidos y elementos sinérgicos del Azufre microbiológico. Esto hace que, gracias a la bioestimulación natural, los cultivos se acerquen a su máximo potencial.