Fenacore estima que los regantes ahorrarán un 20% en su factura eléctrica
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes de España (Fenacore) estima que los regantes ahorrarían al menos un 20% de sus costes eléctricos si pudieran firmar dos contratos al año, por lo que la Federación urge al desarrollo reglamentario de la disposición que recoge la enmienda aprobada recientemente, en el marco de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado.
De esta manera, se cumpliría con una de las más históricas reivindicaciones de Fenacore, que lleva insistiendo a lo largo de más de 10 años, con los distintos Gobiernos de turno, en la necesidad de poder suscribir un contrato eléctrico para la campaña de riego —la época de más consumo— y otro contrato para cuando no se riega y que, por tanto, se consume muy poca energía.
No obstante, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes recuerda el fiasco que supuso la Ley de la Sequía de 2018, que ya contemplaba en sus disposiciones adicionales la posibilidad de firmar un contrato de temporada para los meses de máximo consumo y otro con una potencia mínima para el resto del año, con el que simplemente mantener los equipos.
Los regantes sostienen que el abaratamiento de los costes serviría para avanzar en la modernización del casi millón de hectáreas de regadío aún pendiente, lo que a su vez se traduciría en un importante ahorro en el consumo de agua, tras haberlo reducido ya un 16% en la última década. Sin embargo, lejos de reconocérseles sus esfuerzos a los productores, desde que se suprimieron las tarifas especiales de regadío, el recibo eléctrico ha subido más del 120%, principalmente debido a los costes fijos, que se pagan siempre, aunque no se esté utilizando el servicio.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “los regantes somos el segundo consumidor de energía, después de ADIF. De ahí que el encarecimiento lastre la competitividad del sector. Frente a ello, también habría que fomentar la energía distribuida en las zonas regables para autoconsumo, impulsar la producción de renovables y permitir pagar en función de la potencia real registrada y no de la teóricamente contratada, ya que así se evitaría pagar todo el año aunque no se riegue”.