Caracterización y comportamiento de las nuevas variedades de trigo blando
1Antoni López Querol, 2Joan Serra Gironella, 1Josep Anton Betbesé Lucas, 2Roser Sayeras Oliveras
1IRTA Lleida
2IRTA Mas Badia
12/02/2020Se ha renovado de manera drástica la gama varietal existente a disposición del agricultor, de manera que se ha pasado del cultivo habitual de variedades poco productivas y rústicas, mayoritariamente adaptadas a buena parte de los secanos españoles, a variedades de elevado potencial productivo, aunque de menor rusticidad, y que requieren condiciones de cultivo de mayor fertilidad. Esta evolución ha hecho concentrar la producción actual de trigo en España en zonas de secano con relativas garantías en cuanto al régimen pluviométrico esperado y a zonas de cultivo intensivo en condiciones de regadío en las que las nuevas variedades pueden desarrollar todo su potencial, alcanzándose últimamente en zonas concretas y cada vez con mayor frecuencia la cifra 'mágica' de 10.000 kg/ha, difícilmente imaginable en nuestras condiciones hasta hace pocos años.
Según datos provisionales del MAPA, la superficie sembrada de trigo blando en España fue de 1.652.900 ha en esta pasada campaña 2018-19. La figura 1 muestra la evolución de la superficie dedicada al cultivo de trigo blando durante el período 2007-2019. Se observa una estabilización de dicha superficie en los últimos años, a pesar de lo cual la tendencia durante la serie estudiada es creciente a razón de un 2,78% anual aproximadamente.
Evolución del material vegetal de trigo en España
Hasta hace unos 40 años, el cultivo del trigo harinero o trigo blando en España estaba ampliamente dominado por la siembra de variedades tradicionales, rústicas, muchas de ellas locales, relativamente adaptadas a condiciones difíciles de cultivo, fundamentalmente debidas a la sequía. Se trataba de variedades de talla alta, sensibles al encamado, poco productivas, aunque relativamente rústicas frente a estreses bióticos y abióticos.
La llamada 'revolución verde' proporcionó nuevos genotipos mucho más productivos que facilitaban la intensificación del cultivo en los lugares que lo permitían. Los trabajos en mejora genética en esos años consiguieron una importante mejora fenotípica en las nuevas variedades: una notable disminución de la altura de la planta que proporcionaba un notable incremento de su resistencia al encamado lo cual, a su vez, permitía un incremento en las aportaciones nitrogenadas al cultivo que se tradujesen en una mayor intensificación de su explotación y consecuente incremento de su potencial productivo. Dichos incrementos en los rendimientos fueron espectaculares en zonas como Andalucía o parcelas en regadío, con variedades como SIETE CERROS, CAJEME, YÉCORA, ANZA, etc., todas ellas alternativas, ideales para las condiciones de cultivo andaluzas o de zonas relativamente templadas. La introducción de nuevas variedades de tipo invernal, para siembras tradicionales de octubre habituales en la mayor parte de secanos interiores peninsulares tardó algunos años más.
Este cambio en la orientación productiva del cultivo ha provocado la desaparición de la mayor parte de los programas de selección y mejora de trigo en España. Dichos programas habían perseguido la obtención de variedades adaptadas en lo posible a las difíciles condiciones de los secanos poco húmedos o semiáridos, con el fin de poder destinar la mayor parte de superficie de cultivo posible a la producción de trigo. Estos programas eran mayoritariamente públicos y tuvieron una relativa tasa de éxito en su objetivo. Tal vez sus obtenciones más exitosas fueron las variedades ARAGÓN 03 y PANÉ 247, que muchos agricultores de cierta edad recordarán. ARAGÓN 03 hizo posible la producción de trigo en los secanos de los Monegros, gracias a su excelente resistencia a la sequía y a su rusticidad. Su cultivo se prolongó con éxito durante casi 50 años desde mediados de los años 40 del pasado siglo. Todavía hoy se pueden ver algunos campos de esta variedad de trigo en secanos áridos de la comunidad aragonesa, produciéndose incluso unos 5.000 Kg anuales de semilla certificada para siembra (Geslive, 2017). En cuanto a PANÉ 247, se siguen produciendo actualmente 261.000 Kg de semilla certificada para siembra (Geslive, 2017) que, tras 50 años de vida de la variedad, sigue siendo referente en zonas frías de Castilla y León, sobre todo de la provincia de Soria.
La integración de España en la UE supuso un cambio drástico en la oferta varietal de la mayor parte de especies de cultivo extensivo, entre ellas el trigo. La irrupción de variedades centroeuropeas no registradas ni producidas en nuestro país ha provocado un enorme incremento en la oferta varietal de esta especie, actualmente muy extensa y especialmente dinámica. Este hecho, junto a la endémica baja tasa de utilización de semilla certificada, ha traído como consecuencia la práctica desaparición de los programas de selección y mejora que hasta ahora se llevaban a cabo en España, tanto públicos como privados, con lo que están desapareciendo las variedades obtenidas aquí y especialmente seleccionadas para las condiciones de cultivo mayoritarias del país, que son claramente diferentes de las centroeuropeas.
La mayor parte de las nuevas variedades de trigo que llegan actualmente al mercado español son obtenciones europeas, mayoritariamente francesas. Las condiciones para las que han sido mejoradas y obtenidas dichas variedades no son obviamente las que encuentran en buena parte de nuestros secanos, por lo que se hace necesario un trabajo de evaluación de todo ese material vegetal en las diversas zonas de producción españolas con el fin de caracterizar su comportamiento y valorar su adaptación a las mismas. Además de por las propias empresas de semillas, esta importante labor es realizada en España por los diversos institutos públicos dependientes de las diversas Comunidades Autónomas, que llevan a cabo esa tarea de evaluación y caracterización para poder poner toda esa información a disposición del agricultor a nivel local. La mayor parte de dichas entidades públicas llevan este trabajo de manera coordinada a través del grupo de trabajo GENVCE (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España). Dicho Grupo publica anualmente los resultados de su red de ensayos distribuida por todas las zonas españolas productoras de trigo, ofreciendo al sector una valiosa información sobre el comportamiento y características de todas esas nuevas variedades (www.genvce.org).
Nos encontramos pues actualmente con una oferta varietal del cultivo radicalmente distinta de la de hace unos años, con materiales en general de elevada productividad, pero de limitada rusticidad, pensados y seleccionados para condiciones de cultivo de altos potenciales de producción y escasas condiciones de estrés. Esto supone ventajas e inconvenientes que se valoran posteriormente en el presente artículo, pero que, en todo caso, obligan a determinadas modificaciones respecto al manejo tradicional del cultivo llevado a cabo hasta hace unos años, así como a la necesidad permanente de información sobre el nuevo material vegetal que va apareciendo en el mercado por parte de agricultores y técnicos asesores.
Distribución varietal actual del trigo en España
Las variedades más sembradas actualmente son ARTUR NICK y MARCOPOLO, con un 7,97% y 7,08% del total. Junto a las variedades CAMARGO y CHAMBO concentran en total el 26,43% de la superficie de trigo blando sembrada actualmente en España. La distribución varietal refleja las características más importantes de la variedad en función de las de la zona de cultivo. Así, las de tipo más invernal y ciclo más largo, como MARCOPOLO y CAMARGO son sembradas mayoritariamente en las zonas más frías, de siembras más tempranas, mientras que ARTUR NICK y CHAMBO, de ciclo corto, suelen sembrarse en época algo más tardía, y en zonas con menor rigor invernal.
Puede sorprender que la gran mayoría de variedades más sembradas sean de invierno y haya muy pocas de tipo alternativo. Sin embargo, si recordamos que el 65,86% del cultivo se concentra en los secanos fríos de ambas mesetas, parece plenamente lógico. Las variedades alternativas se siembran mayoritariamente en Andalucía y zonas templadas, o bien, con menor frecuencia, en siembras tardías de primavera en zonas frías.
Criterios a valorar en la elección de la variedad a sembrar
El ciclo de la variedad
En ambos grupos de variedades, alternativas y de invierno, las hay de ciclo largo y corto. Las alternativas suelen ser por lo general de ciclo corto, existiendo mayor variabilidad en cuanto al ciclo entre las de invierno. En ambos casos, los ciclos más cortos serán los más indicados en zonas en las que los rigores térmicos estivales sean más tempranos, mientras que los ciclos más largos permiten la prolongación de los últimos estadios de desarrollo del trigo, fundamentales en la definición del rendimiento final.
El problema de la roya amarilla en trigo
La mayoría de variedades cultivadas actualmente en España son resistentes a las infecciones de roya amarilla (Puccinia striiformis) que han afectado de forma periódica la producción de trigo en España, y sobre todo en Andalucía. Hace unos 6 años, sin embargo, una nueva raza del hongo irrumpió en los cultivos de trigo del norte de la península procedente de Centroeuropa. Los daños sobre el cultivo fueron importantes ya que la práctica totalidad de variedades cultivadas carecían de resistencia frente a esta nueva raza de roya amarilla. El problema se extendió rápidamente por todas las zonas productoras de trigo españolas. No se dispone hasta el momento de nuevas variedades de trigo con resistencia contrastada a esta variante de roya, por lo que el único sistema de lucha posible ha sido hasta ahora el tratamiento químico fungicida que ha hecho incrementar los costes de cultivo.
Las variedades que se han mostrado más susceptibles al ataque del hongo han visto declinar su vida comercial anticipadamente por este motivo, al mismo tiempo que se han visto sustituidas por nuevas variedades que parecen mostrar una mayor tolerancia a la infección, aunque no pueda hablarse de resistencia a la misma.
Tras unos 2-3 años de ataques importantes del hongo, la reacción de sensibilidad de las variedades actuales de mayor cultivo se ha vuelto más aleatoria, lo cual puede hacer sospechar que se han desarrollado nuevas razas del hongo o mutaciones en la raza invasora inicial que condicionen en cierto modo la respuesta a la infección de las distintas variedades.
Variedades de trigo blando de alta calidad
La calidad es uno de los pocos valores añadidos a los que puede dotarse a la producción convencional de trigo blando. Para ello es necesario controlar una serie de factores de la producción:
- Siembra de una variedad de trigo mejorante o de alta calidad que esté demandada por la industria harinera.
- Racionalización y/o incremento de las cantidades y momentos de aplicación de fertilización nitrogenada al cultivo, dentro de los límites establecidos por la legislación.
- Mantenimiento del cultivo en niveles óptimos de sanidad.
- Aportación de nitrógeno por vía foliar en estadios avanzados del cultivo.
- Presentación de una oferta de producción de cantidad, calidad y homogeneidad elevadas que resulte atractiva a la industria.
En lo que concierne a las variedades potencialmente atractivas para la industria harinera, ésta demanda ante todo harinas de fuerza y harinas extensibles. Las variedades que ofrecen harinas de mayor fuerza harinera suelen ser variedades alternativas, mientras que la extensibilidad de la harina se da en éstas y en las de invierno.
Se consideran variedades mejorantes aquellas cuya harina ofrece valores de fuerza harinera (W) superiores a W = 300, mientras que son valoradas asimismo harinas con una relación entre tenacidad y extensibilidad P/L = 0,8. Las producciones destinada a la industria harinera que ofrezcan estos niveles de calidad se comercializan a precios superiores a los del trigo para pienso que, en ocasiones, pueden resultar especialmente atractivos. Los valores de estos caracteres varían en función de las características climáticas de las campañas y del manejo del cultivo, pero el nivel de calidad de un trigo blando es un factor con fuerte componente genético, por lo que su factor determinante principal es la variedad cultivada. Por ello, cuando se tenga el objetivo de esta vía de comercialización de la producción de trigo, es fundamental la siembra de una variedad de calidad que garantice al máximo dichos caracteres. En este sentido, el R.D. 190/2013 estableció una clasificación de las variedades de trigo blando en función de su calidad harinera. Dicha clasificación establece 5 grupos de variedades en función de su fuerza harinera (W) y extensibilidad (Relación P/L), tal como muestra la figura 6. Las variedades más valoradas y con producciones mejor retribuidas son las del grupo 1 y algunas variedades del grupo 2 en función de la campaña, mientras que las variedades del grupo 5 serían las denominadas impanificables. La tabla 2 agrupa algunas de las variedades de trigo de mayor cultivo actual en España en función del grupo de calidad en donde se sitúan como promedio de diversas campañas.
Otro de los parámetros que suelen asociarse al concepto de calidad es el peso hectolítrico del grano. De hecho, se trata de un factor importante, no tanto desde el punto de vista de la harina y su transformación, sino de su aprovechamiento industrial y del rendimiento del grano en harina. Mide el peso del grano (Kg) para un volumen de 100 l del mismo, por lo que los granos con mejor llenado ofrecerán mayores pesos hectolítricos que los granos con llenado deficiente o migrado, en los que la proporción del almidón respecto a las otras partes del mismo (pericarpio, germen, etc.) es inferior. Es obvio pues que la industria prefiera granos con buen peso hectolítrico ya que aumenta con ello el rendimiento industrial en la molienda.
Este parámetro se bonifica o penaliza ya desde hace varias campañas, de modo que se aplica un incremento o decremento del precio de compra del trigo en función de un peso hectolítrico “tipo”, que el comprador establece cada campaña en función de las características de la misma y de la cosecha. Lo que resulta importante saber y debería tener presente el productor, es que éste es un carácter varietal, es decir, que, a igualdad de condiciones de cultivo, hay variedades que producen un grano con mejor peso hectolítrico que otras. A igualdad de rendimiento final, el hecho de sembrar una variedad u otra, puede representar un valor añadido en el precio final de comercialización de la cosecha o, por el contrario, su depreciación.
Entre las nuevas variedades que ofrecen un buen peso hectolítrico del grano, se pueden citar, entre otras, las que muestra la tabla 3: LG ARROBA, LG ACORAZADO, LG HURACÁN, RGT MIKELINO, RGT PISTOLO, TUJENA, ARTUR NICK, IPPON, IDALGO, MUFASA, PORTICCIO, RGT ALTAVISTA, RGT QUIRIKO, RGT TOCAYO, SOLEHIO, BOTTICELLI, LAVANDOU, LG ALBUFERA, SOBERBIO, GAZUL, LAGASCA, BASILIO, CIPRÉS, NOGAL, NUDEL, OREGRAIN, TRIBAT 133, DIAMENTO, SOFRU, SY ALTEO, SY MOISSON,
Las nuevas variedades de trigo blando y su resistencia a problemas fitopatológicos
De todo lo expuesto se deriva la creciente importancia de conocer el comportamiento de estas nuevas variedades frente a los problemas fitosanitarios más habituales en nuestras explotaciones. Los problemas de plagas son comunes a todas las variedades y difícilmente puede hablarse de una variedad resistente a una determinada plaga. Los principales problemas son los originados por infecciones fúngicas, a los que los distintos genotipos responden de manera diferente, y es justamente esa diferente manera de responder frente a la infección la que hay que conocer. Dejando aparte el problema de la roya amarilla que se ha comentado anteriormente de manera más extensa, los principales problemas fúngicos que suelen afectar al cultivo de trigo blando en nuestras zonas productoras son la septoria (Septoria tritici), el oidio (Blumeria graminis), la roya parda de la hoja (Puccinia recondita) y algunos hongos del cuello de la raíz causantes del encamado parasitario (Gaeumannomyces graminis). Las características de suelo, clima y tipo de cultivo de cada zona y explotación, son las que hacen que algunos de estos potenciales patógenos adquieran mayor o menor importancia y es en ese nivel de probabilidad de potencial infección donde podemos actuar en la elección de variedades más resistentes o tolerantes a determinadas enfermedades.
Las tablas 4 y 5 muestran una aproximación a los distintos niveles de resistencia de algunas de las nuevas variedades de trigo blando cultivadas actualmente en España, frente a los principales patógenos citados anteriormente. Las tablas incorporan asimismo información sobre la altura de planta y el ciclo de nascencia a floración (ver apartado 4.1.) de las distintas variedades.
Las nuevas variedades de trigo blando con mejor comportamiento productivo
La enorme variabilidad en las condiciones edafoclimáticas de las zonas productoras de trigo en España hace difícil poder singularizar aquel nuevo material vegetal que muestra un mejor comportamiento productivo en cada una de ellas. Ello no es, sin embargo, impedimento para insistir una vez más en la necesidad de consultar la información que generan y ponen a disposición de agricultores y técnicos las diversas redes de experimentación y evaluación de nuevas variedades que se llevan a cabo por parte de las entidades públicas de las distintas CC.AA., y que pueden aportar una información más localizada y contrastada con las condiciones propias de cada zona.
De manera orientativa, las tablas 6 y 7 muestran las variedades de trigo que están mostrando una mejor adaptación y resultados productivos en las diferentes zonas productoras de Cataluña a lo largo de las 3 y 4 últimas campañas. La producción de trigo se concentra en las zonas de secanos subhúmedos fríos (precipitación media anual 500-600 mm), secanos húmedos fríos (precipitación media anual = 700 mm), secanos templados del interior de Girona (precipitación media anual 700 mm), secanos cálidos del litoral de Girona (precipitación anual 600-700 mm) y regadíos templados de Lleida. Esta zonificación en función de pluviometría y temperatura puede servir de algún modo como referencia para otras zonas productoras españolas.