“Un aval bancario no puede poner en jaque el futuro del sector porcino español”. Miguel Blanco, secretario general de
COAG, trasladó al Conseller de Agricultura de Catalunya, Josep María Pelegrí, la preocupación del sector ante la negativa de las entidades bancarias a la hora de conceder préstamos, el pasado 20 de julio en Lleida. “Sin acceso a la financiación, cerca de 20.000 explotaciones no podrán cumplir los plazos establecidos por Bruselas para adaptarse a la nueva normativa de bienestar animal y se verán obligadas a cerrar”, recalcó.
El próximo 1 de enero, la granjas de porcino deberán haberse adaptado a la nueva normativa que, entre otras exigencias, implica un aumento de la superficie mínima de suelo libre para cada animal, el alojamiento en grupo de las cerdas gestantes y un revestimiento específico para el suelo de la explotación. Según los cálculos realizados por los SSTT de COAG, el coste de la adaptación asciende a 250-300 euros/cerda, por lo que en una explotación media de 500 cerdas, la inversión total necesaria se situaría en torno a los 137.000 euros. “Para los ganaderos es muy difícil acometer las inversiones necesarias por la falta de liquidez y las trabas para acceder a créditos bancarios. Los márgenes de rentabilidad de los últimos dos años han sido en muchos casos negativos y no se conceden créditos al declarar pérdidas en la explotación. Pedimos a las diferentes administraciones que medien y busquen fórmulas de financiación público-privadas para evitar el cierre”, apuntó el secretario general de COAG.
Vista de la reunión de los portavoces de COAG con el Conseller de Agricultura, Josep Maria Pelegrí.
Respecto a la futura reforma de la PAC, el máximo responsable de COAG insistió al Conseller sobre la necesidad de apostar por el mantenimiento de los mecanismos de regulación del mercado con el objetivo de mitigar el impacto de la volatilidad de los precios de las materias primas básicas para la elaboración de piensos. “En una explotación de porcino, el 70% de los costes viene determinado por la alimentación animal. En el caso concreto de los ganaderos independientes, hablamos de explotaciones familiares de tipo medio, muy profesionales y eficientes, que para ajustar sus costes de de producción necesitan cierta estabilidad de precios. Sin embargo, es difícil conseguir esa estabilidad en un entorno de inestabilidad marcado por la presión especulativa de los fondos de inversión especializados en futuros de materias primas agrícolas”, lamentó Blanco.
España es el segundo productor de porcino de la UE y el cuarto a nivel mundial. El valor de la producción porcina en el año 2011 fue de 5.308 millones de euros, lo que representa el 12% de la producción final agraria y el 34% de la producción final ganadera.