Un estudio demuestra que la mayoría de las granjas porcinas segovianas tratan, de forma correcta, el purín
9 de enero de 2012
En realidad, el purín porcino contiene una baja cantidad y concentración de sustancias contaminantes, por lo que el principal conflicto se halla en las grandes cantidades de purín a gestionar, generado en las explotaciones intensivas. Cuando el purín se almacena en gran cantidad en un lugar determinado se origina un problema medioambiental.
El estudio, premiado por Caja Segovia, revela las buenas prácticas que en general se efectúan en el tratamiento del purín, teniendo en cuenta que el 90% de los ganaderos vierten este desecho en explotaciones de cultivo. Aun así, en los últimos años, algunos productores han dado los primeros pasos hacia otros tratamientos más eficientes, y rentables desde el punto de vista económico, que el vertido de este residuo en fincas de cultivo. Por ejemplo, otras iniciativas novedosas son la instalación de plantas de generación de biomasa –habituales en el resto del país, aunque no en Segovia– o la de centrales para su evaporación. A partir de la evaporación de este residuo líquido se producen vapores residuales útiles en la generación de energía eléctrica.
En síntesis, el estudio saca a la palestra la viabilidad técnica, ambiental y económica de cada uno de los métodos de tratamiento del purín mencionados, a fin de concretar el sistema más idóneo, en función de la situación. Asimismo, el trabajo aborda también la legislación vigente, así como las actuaciones puestas en marcha por la Administración en este ámbito.