Las organizaciones agrarias denuncian el cierre de 23.000 explotaciones ovinas en cinco años
28 de octubre de 2011
Durante los últimos cinco años, la ganadería española ha perdido 23.000 explotaciones de ovinos, tal y como han hecho público diversas organizaciones agrarias, como Asaja, Coag y Upa, junto a la interprofesional Interovic. El porqué del cierre de estas granjas se debe a la poca rentabilidad que consiguen los productores, obligados a asumir un encarecimiento de piensos e insumos junto al menor consumo de esta carne, que el usuario percibe como grasa y a un precio demasiado alto. De hecho, los censos han bajado un 6% durante el periodo 2009-2010, hasta alcanzar los 18,5 millones de cabezas, 16 de ellos correspondientes a reproductoras, mientras que el número de granjas se situó en 107.000, durante el periodo 2010-2011, por debajo de las 123.000 en funcionamiento tres años antes, según fuentes de Asaja.
A pesar de este contexto, en el último año los ingresos han subido un 15%, tal y como han dado a conocer desde la Interprofesional Interovic, debido a la revalorización de la piel y la lana, mientras la carne se mantiene estable. Además del encarecimiento de los precios de los productos ovinos mencionados, la gran esperanza para el sector sigue siendo el comercio con países extranjeros, y más si se tiene en cuenta que el sector atraviesa un proceso de reestructuración, donde cohabitan el cierre de granjas con la mayor eficiencia de las que aún se hallan en activo.
En cuanto a la propuesta de la Reforma de la PAC, presentada el pasado 12 de octubre por la Comisión Europea, las organizaciones agrarias ya han expresado sus críticas. Todas ellas coinciden en que no tiene en cuenta la especificidad del sector ganadero español, que no siempre dispone de tierras en propiedad para activar las ayudas europeas que primarán la hectárea o, que en el caso de tenerlas, éstas sean de pocas dimensiones.