Mamitis en ovino: ¿qué escenario etiológico tenemos actualmente?
Cristina Baselga Julián
Técnica veterinaria en Exopol
05/10/2022¿Qué es la mamitis?
La mamitis, que normalmente tiene naturaleza infecciosa, es la inflamación de la glándula mamaria. Existen unos factores predisponentes, como es la patogenicidad y la virulencia del propio agente que está provocando el problema. También influye el estado inmunitario del animal y factores ambientales, que son los relacionados con el ordeño, las instalaciones y la higiene.
A grandes rasgos, existen dos tipos de mamitis: clínicas y subclínicas. En las clínicas se observan alteraciones en el aspecto de la leche, cambios en el aspecto de la ubre, el animal manifiesta dolor y signos clínicos generales que pueden acabar en la muerte del animal. En las mamitis subclínicas hay un aspecto normal de la leche y no hay signos clínicos en las ovejas, pero sí que hay parámetros alterados, como son una reducción de la producción y un aumento en el recuento de células somáticas.
Agentes etiológicos
Las mamitis se dividen, en función de su etiología, en bacterianas, víricas y fúngicas (hongos y levaduras). La mayoría de las mamitis están relacionadas con bacterias.
Por lo que respecta a las mamitis clínicas, las principales bacterias que pueden causar la enfermedad son:
- Mycoplasma agalactiae. Es el agente de la agalaxia contagiosa. De difícil aislamiento y debido a su alta capacidad de contagio y la presencia de portadores asintomáticos, es muy complicado llegar a una erradicación de la enfermedad en explotaciones que están infectadas.
- Staphylococcus aureus. Es el agente etiológico de la mamitis gangrenosa. Puede causar brotes importantes y tiene una baja tasa de recuperación. También puede llegar a causar la muerte del animal.
- Mannheimia haemolytica. También puede causar mamitis de tipo gangrenoso. Está muy relacionada con la lactancia natural. Los corderos pueden infectar con esta bacteria la ubre de sus madres durante el amamantamiento.
- Pseudomonas aeruginosa. Relacionada con el uso de aguas contaminadas para la limpieza de la máquina de ordeño.
- Trueperella pyogenes. Causa mamitis purulenta, con lesiones de tipo crónico. Son bacterias secundarias que actúan después de una lesión principal.
- Klebsiella pneumoniae.
- Escherichia coli. De la familia de las enterobacterias. Relacionadas con la falta de higiene durante y después del ordeño.
En las mamitis subclínicas, el principal agente etiológico es Staphylococcus coagulasa negativo. Las bacterias pertenecientes a este grupo son ambientales, que están en el pezón o en la piel de la ubre.
Respecto a la etiología vírica, el principal es el virus del maedi visna. Se trata de un lentivirus. Aunque la lesión típica que siempre se ha descrito es una mamitis intersticial indurativa, se ha descrito recientemente su implicación en las mamitis subclínicas.
Por lo que respecta a la etiología fúngica, destacan hongos del género Aspergillus sp. o levaduras como Candida sp. Causan mamitis de tipo purulento o hemorrágico, con unos brotes muy graves. Suelen ser esporádicas y se relacionan con el uso inadecuado de cánulas intramamarias.
Toma de muestras y técnicas diagnósticas
Es imprescindible para conseguir un buen diagnóstico.
Los animales que deben elegirse para la toma de muestras deben estar en el proceso inicial de la mamitis, que no hayan sido tratados con antibiótico porque inhiben el crecimiento bacteriano, y se deben incluir mamitis clínicas y subclínicas.
La recogida de la muestra debe realizarse con una buena limpieza del pezón, retirar los primeros chorros de leche para descartar las bacterias que puedan estar en la zona del canal del pezón y no se debe contaminar el interior del tubo.
El muestreo que se hace debe ser representativo. Si se tienen animales con mamitis clínicas que aparecen por goteo, se pueden congelar esas muestras de leche y también se debe coger muestras de mamitis subclínicas. También es importante coger una muestra de leche de tanque para valorar otros indicadores.
Respecto a los métodos de diagnóstico, se puede hacer un diagnóstico en campo, que incluye un examen clínico (valoración macroscópica de ubres y leche) y el test de California como medidor indirecto de las células somáticas. Hay otras herramientas como la conductividad de la leche, que se desarrolla en otras especies como el bovino, que mide la conductividad eléctrica de la leche a través del sistema de ordeño.
En el diagnóstico laboratorial, se utilizan el recuento de células somáticas (en tanque o individual), técnicas moleculares (qPCR). La microbiología es la técnica diagnóstica que más se utiliza para hacer el diagnóstico etiológico. Se utilizan diferentes medios de cultivo para favorecer el crecimiento de distintas especies bacterianas. La identificación bacteriana puede realizarse por técnicas bioquímicas o por otro tipo de tecnologías como el Maldi-Tof, que lo hace mediante espectrofotometría de masas y consigue una identificación precisa y rápida. Esta máquina ha ayudado a identificar las especies pertenecientes al género de Staphylococcus coagulasa negativo.
Cuando se tienen identificadas las bacterias, se pueden hacer pruebas de sensibilidad antibiótica. Una de las que más se utiliza es la técnica de Kirby-Bauer, que es el antibiograma en disco, o la Concentración Mínima Inhibitoria (CMI).
Resultados diagnósticos
Los resultados que se exponen a continuación proceden de más de 400 casos de mamitis analizadas en el periodo de 2019 a 2021. Son muestras de mamitis clínicas, subclínicas y muestras de tanque. Los análisis realizados fueron el cultivo microbiológico y qPCR y la prueba de sensibilidad antibiótica de Kirby-Bauer.
Respecto a la detección mediante qPCR, el diagnóstico se hace en el pool de leches, para tener una visión más completa del rebaño, y también en la muestra del tanque. Los resultados obtenidos fueron Mycoplasma agalactiae en un 19% del pool de leches y en un 16% de las muestras de tanque. El virus del maedi visna fue encontrado en el 27% del pool de leches y en un 25% de leche de tanque, son cifras que indica una prevalencia alta en los rebaños teniendo en cuenta que en algunas comunidades autónomas hay programas voluntarios, pero en otras no se trabaja su control. Además, en la muestra de tanque se encontró en un 27% la bacteria Staphylococcus aureus y en un 89% el Staphylococcus spp., que es un indicador de los Staphylococcus coagulasa negativo.
En los resultados del cultivo microbiológico, el gran grupo de bacterias que se aisló fueron Staphylococcus spp. En el 31% de las muestras analizadas se encontraba Staphyloccus aureus, mientras S. epidermidis fue el coagulasa negativo con una concentración más alta, en concreto, el 39%. S. chromogenes y S. simulans son las siguientes bacterias con mayor porcentaje de aislamiento. Por su parte, S. haemolyticus está en el 5%, pero desarrolla mamitis graves y de difícil control.
Por lo que se refiere a los Streptococcus en el cultivo microbiológico, S. dysgalactiae se encuentra únicamente en el 1,1%, aunque además de mamitis puede causar poliartritis en animales jóvenes. S. equi y S. agalactiae se encuentra en baja prevalencia. Otros Streptococcus se encuentran en el 18% de las leches analizadas.
Otros patógenos causantes de mamitis clínicas son los siguientes: Mannheimia haemolytica (9%), Escherichia coli (8%), Mycoplasma agalactiae (7%), Pseudomonas sp. (6%) y Trueperella pyogenes (4%). En el caso de los patógenos ambientales, el veterinario debe interpretar los resultados de ese aislamiento, porque puede estar causando el problema de mamitis o puede ocurrir que la muestra se haya contaminado. Otras bacterias de relativa importancia son el Corynebacterium pseudotuberculosis, que es el agente etiológico de la linfadenitis caseosa. Aunque se encuentra en muestras de leche, causa lesiones en linfonodos supramamarios o inguinales, ocupando el espacio de la glándula mamaria y atrofiándola, lo que provoca un descenso de producción.
En un 13% de las muestras no hubo crecimiento bacteriano. Puede ocurrir porque el agente etiológico no era una bacteria, porque se han tomado muestras de mamitis que ya han sido tratadas o porque no se selecciona bien a los animales porque se ha hecho un muestreo aleatorio.
Por lo que respecta a la sensibilidad antibiótica de Staphylococcus aureus, presentan menores sensibilidades a la penicilina, la tetraciclina, la estreptomicina y la tilosina. La resistencia a estos antibióticos puede ser debido a su amplio usoen ganadería. En la sensibilidad antibiótica para Staphylococcus epidermidis, que es la otra bacteria más prevalente, hay una mejor sensibilidad, pero la penicilina y la tetraciclina tienen una mayor resistencia antibiótica.
Estrategias de control
Las estrategias de control dependen de cada explotación: animales, instalaciones, forma de ordeño…
Es fundamental la recogida y análisis de datos. Se debe recopilar los casos con mamitis clínicas, los recuentos de células somáticas en tanque o individual, realizar controles de CMT en lactación o en el momento del secado y realizar un diagnóstico microbiológico periódico.
Para la prevención de la mamitis, se debe tener en cuenta el correcto funcionamiento del sistema de ordeño, un buen protocolo de ordeño y de secado, la vigilancia en la entrada de animales nuevos, la eliminación de animales con mamitis crónicas y un plan sanitario frente a la mamitis que incluya la vacunación.
Respecto al uso de antibioterapia, los tratamientos antibióticos de las mamitis clínicas deben hacerse en base a diagnósticos y utilizando la sensibilidad antibiótica para valorar si es eficaz. En la terapia de secado, debe valorarse si se puede hacer secado selectivo.
Conclusiones
- Para llegar a un diagnóstico concluyente es imprescindible realizar una buena toma de muestras.
- Los resultados diagnósticos corroboran lo descrito en la bibliografía: S. aureus es el agente más prevalente como causante de mamitis clínicas y S. epidermidis de mamitis subclínicas.
- La sensibilidad antibiótica es aceptable, pero no debemos bajar la guardia y los antibióticos deben utilizarse de manera responsable.
- El plan de control de las mamitis debe incluir diagnósticos clínicos y laboratoriales periódicos para ver la evolución de los procesos mamíticos y medidas preventivas y terapéuticas adecuadas a las instalaciones, los animales y los agentes infecciosos implicados.